Venezuela

Colas kilométricas para repostar gasolina en Venezuela

Los ciudadanos esperan hasta cuatro días para poder llenar sus depósitos

El país petrolero mantiene su estado de alarma por el coronavirus, mientras pierde el control de las calles por la falta de crudo. Las importaciones de gasolina que presuntamente organizaba el gobierno de Maduro no han sido suficientes para satisfacer las necesidades de los ciudadanos que se aglomeran en largas colas durante varios días para poder llenar sus tanques hasta un total de 20 litros, el máximo permitido por la regulación establecida por el Presidente desde principios de abril.

La Razón ha logrado conseguir un testimonio de la situación actual en Valencia, una de las ciudades mas industrializadas después de la capital, Caracas. Este venezolano relata cómo salió a buscar combustible el viernes por la tarde, a las 18h, a una gasolinera ubicada a tres kilómetros de su domicilio y comenzó a hacer la cola con varios conocidos.

“La idea era irnos todos juntos por si se alargaba la espera, para poder ir un rato a la casa a comer e ir al baño. No se puede andar dejando solo el carro ni moverse mucho porque te roban el puesto.” La medida fue más que necesaria porque este venezolano pasó cuatro días en la cola esperando por la gasolina.

No fue hasta el martes a las once de la mañana cuando finalmente pudo regresar a su hogar con los veinte litros correspondientes en el tanque. Durante esos cuatro días tuvo que comer y dormir en el vehículo para asegurarse de no perder su puesto y de que no le pasara nada a su coche, por la inseguridad que se vive en las calles. Se organizaba con su grupo de amigos para ir por turnos a sus casas a ducharse, cambiarse y hacer sus necesidades.

Los “bachaqueros” entran al juego

Este venezolano cuenta que volverá pronto a la gasolinera a hacer la cola porque es la única manera para acceder al combustible al precio oficial de 6 bolívares soberanos por litro (equivalente a un centavo de dólar).

Paralelamente, en las calles, florece la reventa de contrabando de la gasolina, donde el precio del combustible vendido por comerciantes informales llega a ser el triple.

“Yo prefiero hacer la cola porque luego en la calle los bachaqueros te venden el litro a un dólar y la cosa no está para andar pagando sesenta dólares en gasolina para llenar el tanque. Si gasto esa cantidad, después me quedo sin dinero para la compra ya que no estoy trabajando por la cuarentena.”

Las colas en los lugares próximos a las gasolineras son tan largas que los empleados han comenzado a repartir números con turnos para organizar la espera. La necesidad ha empujado a muchos venezolanos al contrabando.

“El miércoles regresé a la gasolinera para hacer otra vez la cola y tener más gasolina para vender en caso de que me quede sin dinero. De momento la guardo en unos “bidones grandes” para tenerla ahí guardada en caso de emergencia. Pero cuando llegué me dieron el número 200 y me tuve que volver, me dijeron que no me tocaba hasta el sábado, así que voy relajado.”

Sobornos oficiales

La competencia por el combustible está tan descontrolada que incluso se hacen sobornos con él. Cuando el ciudadano volvía el miércoles a la gasolinera para recoger su numero, fue interceptado por un control policial en el que le exigieron presentar varios documentos de su vehículo.

“Me pidieron un montón de papeles, pero no los tenía todos, algunos nunca los llevo encima porque no son necesarios. Los policías me dijeron que se iban a llevar el coche en la grúa. Solo después de un rato acordamos que por veinte dólares me dejaban pasar. Solo tenía quince en efectivo así se llevaron esa plata y lo completaron sacándome cuatro litros de gasolina del tanque.”