
Diplomacia
El Gobierno talibán de Afganistán, reconocido por primera vez por otro país: Rusia
El Kremlin subraya que la medida reforzará la cooperación en ámbitos como la seguridad y la lucha antiterrorista

Rusia ha anunciado este jueves que acepta las credenciales del nuevo embajador de Afganistán, lo que la convierte en la primera nación en reconocer al gobierno talibán del país.
Esta decisión representa un giro significativo en la política internacional respecto a Afganistán, donde la mayoría de los países, incluidos los occidentales, no reconocieron oficialmente al régimen talibán
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha manifestado su convencimiento sobre las "buenas perspectivas para desarrollar lazos con el nuevo gobierno talibán". Esta postura refleja un interés estratégico en fortalecer relaciones en sectores cruciales como seguridad, energía, transporte, agricultura e infraestructura.
Contexto geopolítico
La decisión de Rusia genera un movimiento sísmico en el panorama diplomático mundial. Estados Unidos, que firmó el Acuerdo de Doha en 2020, mantiene una postura cautelosa sin reconocer formalmente al régimen talibán. Mientras tanto, China ha mantenido relaciones diplomáticas limitadas sin llegar a un reconocimiento oficial.
"Esta valiente decisión será un ejemplo para otros (...) Ahora que ha comenzado el proceso de reconocimiento, Rusia ha estado por delante de todos”, ha reivindicado Amir Khan Muttaqi, el líder político talibán afgano en un video publicado en la red social X.
Desde 2022, Afganistán ha incrementado sus importaciones de recursos rusos, incluyendo gas, petróleo y trigo, lo que evidencia una creciente interdependencia económica. Esta estrategia posiciona a Rusia como un actor principal en la región de Asia Central, buscando expandir su influencia geopolítica.
Implicaciones y desafíos
El reconocimiento ruso no solo representa un espaldarazo al régimen talibán, sino también una apuesta por explorar nuevas dinámicas de cooperación internacional. La comunidad global observará con atención cómo este movimiento puede influir en futuras relaciones diplomáticas y económicas.
Las restricciones sobre derechos fundamentales, especialmente para mujeres y niñas, siguen siendo un obstáculo significativo para un reconocimiento más amplio.
Esta postura de Moscú podría, en un sentido más amplio, animar a otras naciones euroasiáticas o del mundo musulmán a adoptar una estrategia similar. Esto alteraría el equilibrio de poder en Oriente Medio y Asia Central, ya que otorgaría a los talibanes acceso a canales diplomáticos, inversión extranjera y, potencialmente, comercio de armas o tecnología.
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