Coronavirus
Pobreza, pandemia y autoritarismo, “la olla a presión” que amenaza a América Latina
Expertos del Real Instituto Elcano analizan los efectos de la pandemia en los países de la región y su respuesta a la crisis sanitaria y económica
América Latina está en el centro de una tormenta perfecta con pocos elementos de protección. A la emergencia sanitaria se le unen el riesgo de un crecimiento de la pobreza extrema, el aumento del presidencialismo y la pérdida de libertades, además de la falta de cooperación y solidaridad regional. Todos estos chaparrones están cayendo al mismo tiempo sobre una región que ya presentaba antes de la pandemia muchas más debilidades que otras zonas del planeta también sometidas a las urgencias del coronavirus.
Expertos convocados por el Real Instituto Elcano y la Fundación Botín mantuvieron este jueves un encuentro online en el que analizaron la situación de América Latina, que suma más de 200.000 contagios y 10.500 muertos por Covid-19. Aunque no es la región más golpeada, existe un potencial de propagación importante por los países que la conforman. El profesor Carlos Malamud, investigador de Elcano, llamó la atención del caso mexicano, con 18.000 infectados y 1.700 fallecidos, “unas cifras bastante bajas en relación a su vecino Estados Unidos”. “También son llamativos los casos de Venezuela, con menos casos oficiales que Cuba y República Dominicana. Y el de Nicaragua con solo trece positivos y tres muertos”.
Malamud citó los casos de gobernantes exitosos en la gestión de la pandemia, como Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Sebastian Piñera (Chile), Iván Duque (Colombia) y Alberto Fernández (Argentina), frente a los no tan eficaces (los “Covid populistas”) como Jair Bolsonaro, en Brasil, y Andrés Manuel López Obrador en México, los dos países más afectados por la infección.
Rafael Estrella, vicepresidente del Real Instituto Elcano, se refirió a la caída de las remesas y del precio del petróleo y a la fuga de capitales en un contexto de bajo crecimiento del PIB generalizado en la región desde hace siete años.
Jorge Sicilia, economista jefe del BBVA, señaló otras debilidades como son la menor demanda de exportaciones (cobre, soja, petróleo), la caída del precio de las materias primas, la contracción del turismo, especialmente en el Caribe, y la interrupción de la cadena de valor. A ellos se suma un sistema sanitario y una institucionalidad débiles, lo que anticipa, dijo, una crisis más dura que la de 2008 y que la crisis de la deuda de 1981. “Habrá una recuperación en V pero no volverá el PIB anterior a la pandemia”, añadió.
También se habló del tipo de empleo de la región, donde una media del 40% del trabajo es informal (los empleos con ingresos al margen del control tributario del Estado). “La informalidad lo complica todo porque el confinamiento está muy relacionado con el tipo de empleo”, apuntó Sicilia. Es difícil pedir a quien vive al día y sin el colchón de un contrato laboral que se quede en casa sin trabajo y, por tanto, sin ingresos.
Freno a las protestas en las calles
También se mencionó el enfriamiento de las protestas sociales que estallaron el año pasado en países como Chile, Colombia, Ecuador o Perú, entre otros. “La pandemia ha puesto en el congelador la protesta y el distanciamiento fuerte entre la ciudadanía y sus gobiernos”, señaló Susana Malcorra, exministra de Asuntos Exteriores de Argentina y miembro del Consejo Científico del Real Instituto Elcano. “Había colectivos muy diversos enfrentándose a los gobiernos. El miedo ha puesto un límite", añadió Malcorra, quien no descartó que ese malestar pueda resurgir ante la magnitud de la crisis económica, lo que podría crear "una olla a presión”.
Ese temor al contagio y la nula actividad de protestas en la calle tiene otros aspectos preocupantes para los expertos, uno de ellos es el de las libertades. “Cuando surgen los miedos hay una tensión muy clara entre libertad y control”, añadió Malcorra, quien puso sobre la mesa “la tentación por parte de varios Gobiernos de inclinarse por medidas de una gran severidad en recortar libertades y derechos”
A este respecto, Malamud descartó “un repunte del militarismo” en América Latina en estos momentos. “No veo riesgo de involución militar. La única duda podía ser Brasil pero ni siquiera ahí veo que las circunstancias nos lleven a una dictadura militar”.
A diferencia de otras regiones, como la europea, donde se han activado mecanismos de solidaridad, la pandemia ha evidenciado la ausencia de integración y cooperación en el conjunto de países de la zona. “La falta de integración quedó clara desde el inicio de esta crisis. Países que tienen una enorme frontera compartida no han habilitado ninguna mesa de diálogo ni se ha formalizado un mecanismo para compartir información. Es realmente una carencia de integración que se ha llevado al extremo”. Malcorra indicó que “las posiciones ideológicas generaron una fractura tal que era imposible sentarse alrededor de la mesa”.
¿Cómo se están enfrentando los gobiernos nacionales a la crisis económica que asoma ya la cabeza? Jorge Sicilia explicó que algunos países “tienen más margen para activar politicas públicas” que otros y señaló el caso concreto de Perú, donde ha habido una política monetaria “más agresiva”. “Sorprende la poca ambición de los programas en Brasil y México”, añadió Sicilia.
La ingente cantidad de dinero en forma de subvenciones y en préstamos a bajo interés vista en Estados Unidos y Europa no ha llegado a América Latina. Para Malcorra, “es impensable que haya en nuestros países algo equivalente a los paquetes de estímulo de Europa -del 20% del PIB- cuando las demandas en nuestra región son mayores”.
Cristina Gallach, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe, explicó que desde España se ha activado la solidaridad internacional. “Hemos puesto a disposición de los países de América Latina nuestra experiencia y hemos sido eco y apoyo de América Latina en foros internacionales”. Gallach animó a reducir la brecha digital, poner más esfuerzos en temas de salud pública y apoyar a empresas y enfrentar la economía informal “que debilita el músculo económico de los países”. Asimismo valoró la rapidez de América Latina en cerrar fronteras y extender las medidas de distanciamiento social, lo que “ha evitado muchas muertes”.
Preguntado por el papel de las empresas españolas con inversiones en América Latina, Sicilia apuntó que esta crisis “no va a frenar el interés y el apetito por tener presencia en distintos mercados”, si bien matizó que cada país va a tener un ritmo de recuperación distinto.
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