Covid-19
Así crea Estados Unidos su ejército de rastreadores del coronavirus
Estados Unidos necesita unos 100.000 especialistas en identificar contagiados para frenar rebrotes de la pandemia
Mientras Europa hacía cálculos sobre cómo hacerlo y los países asíaticos ya lo hacían, Estados Unidos puso la mirada en un recurso imprescindible para controlar la pandemia: el rastreo de contagios. La semana pasada, el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo y el alcalde de la ciudad, Mike Bloomberg, lanzaron el programa Covid-19 de seguimiento de contactos para controlar la tasa de infección. Según la presentación en sociedad, se realizará en “coordinación con la región del sur del estado, así como en Nueva Jersey y Connecticut” y contará con el soporte con la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, que será la encargada de desarrollar el plan de estudios y un programa “de capacitación en línea para rastreadores de contactos”.
Pretende Estados Unidos formar telemáticamente a un “ejército” de rastreadores que se ocupen de que no se escape nadie contagiado. Pero la selección no es fácil, y el Departamento de Salud del Estado de Nueva York (DOH) trabaja con Bloomberg Philanthropies para reclutar a estos candidatos entre personal del DOH, personal investigador de las agencias estatales y estudiantes de la Universidad Estatal y de la ciudad de Nueva York, en campos relacionados con la medicina. Bajo el título “Seguimiento de contactos Covid-19”, se pretende reclutar a 30 rastreadores por cada 100.000 residentes en el Estado de Nueva York, a los que se irán añadiendo más especialistas según los casos de contagios que vayan surgiendo. Se espera “que el programa tenga entre 6.400 y 17.000 rastreadores” en todo el territorio.
Para poder apuntarse al curso online, “que está abierto a cualquier persona del mundo”, que ya ha tenido más de 13 millones de visitas y más de 180.000 inscritos oficiales, primero hay que pasar una entrevista inicial y su solicitud será revisada, y ya podrá formar parte de esta formación 100% online y que prepara para ser rastreador de contactos y también sirve para “simplemente entender el proceso”. Actualmente, según un informe del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud de la Escuela Bloomberg se estimó que la situación de Estados Unidos “requiere una nueva fuerza laboral de al menos 100.000 rastreadores de contactos para limitar la propagación del Covid-19 y comenzar a reabrir la economía”.
¿Qué se estudia?
El curso consta de unas 5 horas lectivas en inglés y subtitulado, tras las cuales, y una vez superados los contenidos y ejercicios, permiten obtener un certificado que te capacita como rastreador de contactos. Durante el aprendizaje, y según la instructora principal del curso, la Doctora Emily Gurley, epidemióloga de enfermedades infecciosas en la Escuela Bloomberg, se ofrece, información básica sobre el virus, para aprender cuáles son los síntomas de infección y cómo se transmite; cuáles son los fundamentos del rastreo, como cómo definir un caso, identificarlo a sus contactos y saber calcular cúanto tiempo debe aislarse; los pasos necesarios para investigar los casos, que incluye escenas simuladas realizadas por “actores profesionales que ilustran posibles interacciones” para que los candidatos puedan experimentar con individuos infectados y sus contactos; la ética que subyace al seguimiento de contactos, con el necesario equilibrio entre salud pública y privacidad y ejemplos prácticos de “tecnologías básicas que pueden facilitar el seguimiento”; y por último, formación en “habilidades para una comunicación efectiva en el proceso”, para conseguir ser un “oyente activo” y cómo solucionar los problemas habituales que se pueden encontrar los rastreadores.
¿Cómo funciona?
La Universidad explica que el proceso comienza cuando se habla con una persona que ha dado positivo por coronavirus y recabar toda la información sobre sus actividades, datos demográficos básicos, historial de síntomas y cualquier tratamiento que se haya recibido; también que sepa qué debe hacer y que medidas tomar para autoaislarse. Después de eso y con esta información se arma “una lista de contactos” y hablar con todos y cada uno de ellos con los que haya tenido un contacto cercano. Los departamentos sanitarios ya están acostumbrados a obtener esta información con casos de enfermedades como las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y Tuberculosis (TB).
¿Qué preguntas hay que hacer?
Tras obtener el listado de positivo de fuentes oficiales, se han de hacer preguntas específicas como "Ha viajado?, ¿Ha estado en una reunión o conferencia? ¿Ha ido al cine? Estas cuestiones de control deben hacerse sobre los dos días anteriores a los primeros síntomas para luego seguir cronológicamente indagando, ahondando a pesar de la dificultad de algunos individuos de acordarse de hechos acaecidos hace dos o tres semanas. Ante las dudas y negaciones con frases como “no hice nada ayer”, las cuestiones planteadas deben ser más directas: ¿Dónde comió?, ¿cómo llegó hasta allí?, y la información sale sola.
Cuando el contacto ha estado en algún tipo de acto público, cualquier información aporta nuevas evidencias. La Universidad Johns Hopkins apunta a un caso práctico: "Podría ser hablar con personas que han viajado a conferencias, por ejemplo, o que fueron a un teatro [y] luego a una gala. Entonces también obtendríamos la mayor cantidad de información de contacto posible, haciendo preguntas como “¿Sabe quién estuvo a cargo de la conferencia? ¿Hay algún número al que podamos llamar? ¿Puede recordar si se sentó en una mesa específica con ciertas personas, y cuáles son sus nombres”. Tras colgar con el contagiado habría que informar a esos lugares de que ha habido una posible exposición a la enfermedad. Tras la lista de contactos hay que informar a todos ellos, pero sin identificar la persona que ha dado positivo, pero sí cotejando el momento en el que han podido entrar en contacto y se les informa de la cuarentena que deben guardar.
Reacciones
No todo el mundo reacciona igual de bien cuando se les informa de que pueden haber estado en contacto con otra persona contagiada de coronavirus y que deben guardar cuarentena. Lo primero es averiguar si reúnen las condiciones para poder aislarse con seguridad, si comparte baño con el resto de sus familiares y si se puede arreglar que alguien le traiga la comida para que no tengan que salir y minimizar el contagio a otros. Hay que informarles de que el proceso requiere que se le llame desde el departamento de Salud cada dos días para una evaluación continua.
Según la Johns Hopkins y su propia experiencia, “la persona promedio tiende a ser muy comprensiva” y su estado de ánimo e parece más al de una persona asustada y llena de preguntas que agradecen cualquier ayuda e información. Según la investigadora y rastreadora Jackie Powder, “en mi experiencia ha sido más raro, pero hay personas que simplemente no están dispuestas o no pueden participar. La mayoría de las veces, no levantarán el teléfono, y estamos viendo tasas más altas de esos casos en este momento. Hasta cierto punto, lo entiendo. Estamos tratando de transmitir el mensaje de que si está enfermo, si tuvo un resultado positivo, espere una llamada telefónica del departamento de salud. Es importante atender esa llamada tanto para usted como para su comunidad”.
Aparte de la información necesaria para poder hablar con propiedad con los infectados, lo principal es “la escucha activa”. Para ser un buen rastreador de contactos hay que acompañarlo con mucha “curiosidad”, porque las preguntas hay que ir dirigiéndolas y no conformarse con las preguntas al uso y las respuestas automáticas. La “meticulosidad” es el tercer factor importante, ya que el rastreo de contactos tiene que tener todo tipo de detalles para ser exitoso.
Cualquiera puede ser entonces un gran rastreador de contactos, para más información sobre el curso online puede accederse a través de la plataforma gratuita Coursera en este enlace.
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