Hitler

Así era la habitación donde quisieron asesinar a Hitler

Todo el búnker de la “Guarida del Lobo” ha sido restaurado con detalle a como era hace 75 años

Reconstrucción con el antes y el después de la sala donde detonó lo bomba
Reconstrucción con el antes y el después de la sala donde detonó lo bombaLa RazónAgencias

A las 7 de la mañana del 20 de julio de 1944 aterriza en el aeropuerto de Berlín Rangsdorf un avión con el oficial de la Wehrmacht Claus Schenk Graf von Stauffenberg y su ayudante Werner von Haeften. En seguida se suben a un coche que les llevará a la Wolfsschance (“Guarida del lobo”) el búnker nazi cerca de Rastenburg. Llevan entre su equipaje dos maletines idénticos. Uno contiene documentos; el otro, la bomba con la que intentarán asesinar a Adolf Hitler.

Todo había sido planeado con cautela: el maletín bomba contiene dos paquetes de explosivos plásticos británicos, cada uno de un kilo. Serán activados mediante los llamados detonadores lápiz. AL activarse, una sustancia química comienza a desconponer un cable. Tras unos minutos, el cable se rompe y se suelta un percutor. Stauffenberg y Haeften son conducidos desde el aeropuerto hasta la sede del líder, a unos seis kilómetros de distancia, a donde llegan sobre la 11:30 de la mañana.

Claus Schenk Graf von Stauffenberg
Claus Schenk Graf von Stauffenberglarazon

Pero de repente todo el plan parece tambalearse, Wilhelm Keitel, jefe del Alto Mando de la Wehrmacht, le dice a Stauffenberg que la agenda del día sufrirá modificaciones porque Mussolini llegará por la tarde, con lo que la reunión tapadera para asesinar al Fuhrer se adelanta media hora. Con las prisas sólo consiguen armar uno de los dispositivos y el otro de queda con su ayudante fuera de la reunión. Mientras tanto, en Berlín, se han reunido los conspiradores contra Hitler para comenzar su asalto al poder cuando reciban la palabra clave que les confirmará la muerte del líder nazi: “Valkiria”.

El plan de atentar contra Hitler fracasa casi antes de empezar. La detonación sería amplificada por los muros de hormigón del búnker, pero la reunión se ha trasladado a un cuartel de madera. La climatología tiene la culpa, hace mucho calor y, además, se abren todas las ventanas de la sala. Von Stauffenberg cuenta 23 oficiales junto a Hitler debatiendo sobre la situación en el frente oriental ante una pesada mesa de roble. El traidor coloca su maletín con la carga en el suelo y lo empuja con el pié por debajo de la mesa. Luego se disculpa y abandona la reunión.

Así quedó la sala tras la bomba
Así quedó la sala tras la bombaLa RazónLa Razón

La explosión se oye en toda la base, pero los resultados no son los esperados: “El Fuhrer está vivo” y han muerto sólo cuatro oficiales. La sala de reuniones ha quedado destrozada y Hitler sólo tiene rasguños. La palabra “Valkiria” nunca sería pronunciada, el atentado había fracasado.

Así es la reconstrucción de la sala
Así es la reconstrucción de la salaLa RazónLa Razón

Ahora, la exposición "Wolfsschanze 20.07.1944″ ha conseguido recrear fielmente la famosa sala de reuniones justo antes de que explotara la bomba: una mesa de roble, un maletín igual que el utilizado por Claus Stauffenberg, los mapas antiguos de las paredes... hasta el mínimo detalle. Los investigadores buscaron durante meses en la guarida del Lobo para recuperar objetos habituales de los que allí residían, así como instalaciones eléctricas, de calefacción y de agua. La instalación es administrada actualmente por el Distrito Forestal de Srokowo. Los forestales decidieron cumplir con las expectativas de los turistas y entusiastas de la historia y mostrar uno de los lugares más importantes del complejo de búnkeres.

Hitler muestra a Mussolini los restos del atentado
Hitler muestra a Mussolini los restos del atentadoLa RazónArchivo

La sala recreada no está en la actual utilizada durante la guerra. Se hizo en el búnker que fue utilizado por Wilhelm Kietel, Jefe del Alto Comando de las Fuerzas Armadas, un criminal de guerra ejecutado por ahorcamiento en 1946. Solo quedan vestigios de la sala de reuniones real. Fue destruido completamente al retirar las fuerzas alemanas como la mayoría de los edificios en el sitio. Entre los hallazgos arqueológicos se encuentran botellas, platos, envases de cosméticos, maquinillas de afeitar y tubos de pasta de dientes.