Coronavirus

Unión Europea

“Los populistas que se quejan de que la UE no ha hecho suficiente son los que no nos dieron la capacidad para actuar más rápidamente”

La eurodiputada húngara Katalin Cseh, que ha sido voluntaria en un hospital de Budapest durante la pandemia reconoce que “el coronavirus nos golpeó sin que estuviéramos preparados”

Katalin Cseh, eurodiputada húngara
Katalin Cseh, eurodiputada húngaraAdrian Hancu© Adrian Hancu

Cada político ha vivido y aprovechado el confinamiento de manera diferente, por eso llama tanto la atención el caso de la eurodiputada húngara, Katalin Cseh. Licenciada en Medicina y especializada en Ginecología, la europarlamentaria por Renew Europe fue también voluntaria en un hospital de Budapest. Desde su hogar en la capital húngara, donde también teletrabajaba, Cseh contó a LA RAZÓN que cuando vio que llegaba la pandemia, con las imágenes de Italia y España, sintió que tenía que hacer todo lo que pudiera para ayudar.

“Estoy en el servicio de Urgencias. Trato a enfermos con covid-19, también a otros pacientes con emergencias”, reconoce la eurodiputada de 31 años. “Los turnos son de 12 horas al día, varias veces a la semana” y lo compagina con su actividad parlamentaria. Para ella la clave reside en que “los políticos solemos demandar a la sociedad más acciones, pedimos paciencia, avisamos de que son tiempos difíciles, que se necesitan sacrificios... Y siento que estaría mal por mi parte solo exigirlo”. Cseh asevera que ella, que lleva un año en el Hemiciclo, es de “la nueva política” y quiere hacer las cosas de forma diferente.

Sentí que mi sitio estaba en la primera línea, es donde pertenezco, y así podré mostrar a los demás que se pueden hacer las cosas de manera distinta. Los políticos no sólo somos de discursos, también pasamos a la acción".

Katalin Cseh, eurodiputada húngara
Katalin Cseh, eurodiputada húngaraLa RazónLa Razón

La ayuda de Cseh a la lucha contra la covid-19 es palpable, pero ¿cómo ha visto la respuesta de las instituciones europeas?

La pandemia nos ha golpeado sin que estuviéramos preparados. Deberíamos haber hecho más en el terreno sanitario europeo antes de la crisis. Siempre hemos abogado por mayores competencias para un sistema de sanidad europeo, para que en caso de una emergencia, la UE pueda ayudar mejor. A menudo, estos populistas que ahora se quejan de que la UE no ha hecho suficiente, son específicamente los que no nos dieron la capacidad para actuar más rápidamente. La respuesta de la UE fue lenta, pero aún hay tiempo para arreglarlo. Deberíamos ser mucho más solidarios entre nosotros. Me desconcierta que en esta crisis, que no es culpa de nadie, todavía la eurozona no se pusiera de acuerdo en los «coronabonos», nos tomara demasiado tiempo organizar los suministros de EPIs, los intercambios de pacientes entre fronteras... Esta crisis podría haber sido una oportunidad para Europa de demostrar que está ahí cuando sacude un problema. He hecho campaña activamente para una mayor respuesta europea y solidaridad y solo puedo esperar que podamos corregir los errores que hemos cometido en los meses pasados con el próximo presupuesto. Necesitamos un «plan Marshall» europeo, ayudar a estos países cuyas economías se hundirán si no hacemos nada. Predecimos una oleada de pobreza inimaginable, adversidades en tantas zonas de Europa, las divisiones sociales se profundizarán mucho más...

En Italia y España se necesita ayuda y una vez más han salido a la luz los desacuerdos y la tensión norte-sur...

Siempre me gusta referirme a la UE como la familia europea. Las familias se ayudan cuando hay problemas. Me frustra que aquellos países que han tenido más suerte esta vez con la pandemia piensen que tienen la garantía de que en un futuro periodo de la historia no necesitarán la ayuda de españoles o italianos. Debería haber un mínimo indispensable para ayudarnos con respaldo financiero y solidaridad. Son tantos los países del norte que piensan que salen perdiendo si ayudan al sur. Creo que al contrario, si la comunidad europea es fuerte, el mercado único funciona mejor, y no hay nadie por debajo del umbral de la pobreza... Ellos también se benefician.

Dentro de su partido, está, precisamente, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte. ¿Ha habido discusiones a este respecto?

Por supuesto que tuvimos acaloradas discusiones dentro del partido. Pienso que es la belleza del Parlamento Europeo, que cada persona puede votar de acuerdo a su conciencia. Algunos asuntos económicos, no los comparto con algunos de mis colegas. En cambio, en otros asuntos estamos en el mismo barco. Tenemos un gran entendimiento en cuanto a derechos humanos, el estado de Derecho... Económicamente existe un debate polarizado. Yo voté personalmente a favor de los “coronabonos”, en la resolución. Sé que varios colegas tienen una posición distinta. Pero eso es la belleza de la comunidad europea, no siempre estamos de acuerdo pero trabajamos por la misma causa.

La deriva de Orban

El gesto de la eurodiputada cambia cuando se refiere a la política doméstica. Al preguntarle por los principales retos en Hungría durante la lucha contra el coronavirus, Cseh reconoce que “el mayor problema de la pandemia son las mentiras del Gobierno. La confianza y una comunicación abierta por parte de nuestros líderes deberían ser básicas en las situaciones de crisis. Lamento mucho que Viktor Orban, una vez más, haya usado la crisis del coronavirus para centralizar sus poderes, cancelar a sus oponentes...”.

El mes pasado, la ONG Freedom House indicó que Hungría es ahora un “régimen híbrido”, es decir, ha perdido su estatus de “democracia semiconsolidada” debido a los asaltos del primer ministro Viktor Orban a las instituciones democráticas. ¿Hungría ya no es una democracia?

Durante los últimos diez años Victor Orban y su Gobierno ha sistemáticamente anulado el sistema de de control y equilibrio en Hungría. Hemos visto como se ha rescrito la Constitución completamente, hemos visto cómo se ha reducido el papel de la sociedad civil: los periodistas están cada vez en una situación más preocupante, los periódicos cierran, y como culmen, al principio de la crisis Orban lanzó un decreto que le garantiza poder ilimitado para su Gobierno, sin una ley que lo limite. Creo que en los países democráticos, los estados de emergencia tienen una fecha de caducidad. No tiene precedentes que algo así haya ocurrido. Siento que la decisión de Freedom House está justificada. Me sorprende que el Partido Popular Europeo todavía tolere a Orban en sus filas. El PPE es una fuerza proeuropea y moderada y Orban no es ni moderado ni proeuropeo. Creo que todos los que se identifican con estos valores deberían ponerse en contra de compartir familia política con alguien que lidera el país de esta forma.

¿Debería ser expulsado del PPE?

Si fuera miembro del PPE o eurodiputado por el PPE, ciertamente no querría compartir grupo político con aquellos que violan los valores democráticos europeos, con un alto nivel de corrupción alrededor de los fondos europeos... Creo que está en la conciencia de cada uno de los miembros del PPE y el líder del partido en particular. Definintivamente, a mí nunca me gustaría compartir familia política con él y no me puedo imaginar cómo conviven con ello.