Terrorismo

Armas de destrucción masiva, incluidas las bacteriológicas, objetivo prioritario del Estado Islámico

Los combatientes extranjeros (FTF) serían los encargados de cometer los atentados yihadistas

La Guardia Civil, al igual que las otras Fuerzas de Seguridad y los Ejércitos, forman a su personal para combatir las amenazas NRBQ
La Guardia Civil, al igual que las otras Fuerzas de Seguridad y los Ejércitos, forman a su personal para combatir las amenazas NRBQjmzn

La obtención de armas de destrucción masiva (ADM)es uno de los objetivos prioritarios del Isis (Daesh, Estado Islámico) con el fin de utilizarlas de manera indiscriminada. En alguna de sus últimas publicaciones han hablado de ello. Si los terroristas no las tienen todavía no ha sido por falta de voluntad sino por las medidas que han adoptado las potencias internacionales, en especial los Estados Unidos.

En la memoria correspondiente al año pasado del Departamento de Estado se subraya que la adquisición de este tipo de armas y, sobre todo, el aprendizaje de su utilización, resulta fundamental para los yihadistas. Lo que buscan son materiales químicos, biológicos, radiológicos y nucleares (NRBQ) “con el fin de perpetrar atentados masivos”.

A continuación, enumera algunas de las iniciativas que se han adoptado detrás de las que hay un trabajo ingente y que no pueden ser interpretadas como meras conferencias internacionales detrás de unas siglas.

“La comunidad internacional ha establecido numerosas asociaciones internacionales para contrarrestar la amenaza NRBQ de los terroristas y otros actores no estatales. Los Estados Unidos brindan asistencia técnica y financiera, así como capacitación a países socios y organizaciones internacionales, con el fin de ayudarlos a fortalecer sus habilidades para proteger y asegurar adecuadamente la experiencia, las tecnologías y el material NRBQ”, señala.

Recuerda que “la Asociación Mundial contra la Propagación de Armas y Materiales de Destrucción Masiva se creó en 2002 para evitar que los terroristas, o los estados que los apoyan, adquieran o desarrollen Armas de Destrucción Masiva (ADM)”.

“Estados Unidos continúa apoyando a la División de Seguridad Nuclear de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), que ayuda a los estados miembros a desarrollar la capacidad de prevenir, detectar y responder a las amenazas del terrorismo nuclear mediante el desarrollo de orientación y la capacitación, asesoramiento técnico, revisiones y otros servicios”, agrega.

Asimismo, se refiere a “la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear (GICNT)”, que agrupa a 89 naciones y seis organizaciones como observadores oficiales. Su misión es la de fortalecer la capacidad global para prevenir, detectar y responder a un incidente de terrorismo nuclear.

En 2019 se ha mostrado particularmente activa con la organización de ocho eventos multilaterales sobre la amenaza del uso terrorista de materiales nucleares y radiactivos. Estos foros sirvieron para que los distintos países compartieran informaciones, experiencias y prácticas”.

“A través del Programa Global de Reducción de Amenazas (GTR), el Departamento de Estado continuó su trabajo para evitar que los estados y los grupos terroristas adquieran o proliferen las ADM para atacar a los Estados Unidos. En 2019, los programas de seguridad química, biológica y nuclear implementaron más de cien proyectos.

A los Estados Unidos, y a todos los países de los que salieron para combatir en Siria, les preocupan los combatientes extranjeros FTF (Foreing Terrorist Figther) que puedan intentar retornar a sus naciones de origen para cometer atentados de destrucción masiva. Para evitar esta amenaza también se han adoptado las medidas precisas, con especial incidencia en Egipto, Jordania, Libia, Nigeria, Filipinas.

Por otra parte, el Programa de Control de Exportaciones y Seguridad Fronteriza (EXBS) del Departamento de Estado financia programas para combatir al ISIS y otras organizaciones terroristas con el fin de que los terroristas no puedan adquirir ADM. Para lograr este objetivo, se continuó con la ayuda y capacitación de los gobiernos socios en las regiones de Medio Oriente y África del Norte para “detectar, interceptar y contrarrestar los materiales, tecnologías y tácticas que los terroristas podrían usar para llevar a cabo ataques de baja tecnología en el transporte público”.