Armas

Estados Unidos: ¿puede desaparecer la poderosa Asociación Nacional del Rifle?

La fiscal general de Nueva York intenta disolver la NRA por fraude. Estados Unidos es el país del mundo con más armas de fuego en manos de civiles

NRA headquarters in Fairfax, Virginia
Imagen de la sede de la Asociación Nacional del RifleJIM LO SCALZOEFE

Letitia James, fiscal general de Nueva York, acusó el jueves pasado a la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), de malversar sus fondos en beneficio de algunos de sus últimos administradores. Según James, la NRA, una asociación sin ánimo de lucro, habría sido saqueada a conciencia por su director y vicepresidente, Wayne LaPierre, al frente de la NRA desde 1991. También acusa al asesor general, John Frazer, al ex directivo, y mano derecha de LaPierre, Josh Powell, y al ex tesorero de la organización, Wilson Phillips. La fiscalía entiende que los acusados habrían incurrido en fraudes contables, malas prácticas financiera y desvío de fondos teóricamente destinados a obras de caridad. Entre los gastos en los habrían incurrido citó todo tipo de regalos en tiendas de lujo, estancias en hoteles como el Four Seasons, viajes en yates y otros carísimos caprichos.

«La ANR está plagada de fraudes y abusos», dijo James, para añadir que «ninguna organización está por encima de la ley”.

Por todo ello James, que lideró una investigación que arrancó en 2018, exigirá que la asociación sea disuelta.

Se trata de uno de los mayores retos en casi 150 años de historia de la NRA, el todopoderoso lobby en defensa de las armas.

Y aunque la asociación todavía ejerce una influencia formidable en Washington, las luchas internas, los sucesivos escándalos en prensa y las grandes tragedias relacionadas con las armas de estos últimos años, minaron una organización que hace no tanto parecía intocable.

Wayne LaPierre, el vice presidente ejecutivo y CEO de la NRA, en una foto de archivo
Wayne LaPierre, el vice presidente ejecutivo y CEO de la NRA, en una foto de archivoLucas JacksonReuters

El eterno debate de las armas

Especialmente en un país que reconoce el derecho a portar armas en una enmienda, la II, de la Constitución, con el argumento, mil veces debatido, de que una sólo una milicia civil bien regulada garantiza que un hipotético gobierno con tentaciones autócratas no atropelle las libertades de sus ciudadanos.

«No se infringirá el derecho de las personas a mantener y portar armas», dice, y el sacrosanto principio ha garantizado que Estados Unidos sea, con mucha diferencia, el país del mundo con más armas de fuego en manos de civiles. Hasta el punto que un estudio de 2017, realizado por el Small Arms Survey y realizado a escala global, encontró que aunque la población de EE UU apenas suma el 4% de la población mundial, sus ciudadanos poseen el 47% de las armas de fuego en manos de civiles.

Concretamente 120,5 armas por cada 100 personas, para un total de 393 millones de armas en Estados Unidos del total de 837 millones de armas en manos de civiles.

El autor del estudio, Aaron Karp, explicó entonces que los estadounidenses compran de media unos 14 millones de armas al año. Otro estudio, del Pew Research Center, de 2019, certificó que 30% de los estadounidenses posee al menos un arma, que otro 11% afirma vivir con alguien que es propietario de un arma, que el 48% ha crecido en un hogar con armas, que el 56% afirma tener amigos con armas, que el 67% de los propietarios de armas afirma que las necesitan para protegerse, y que el 60% de los estadounidenses estima que las leyes debieran de ser más estrictas a la hora de regular la tenencia de armas en manos de civiles.

Con las inevitables diferencias entre partidos: hasta el 86% de los votantes demócratas se declaran partidarios de un mayor control legislativo, frente al 31% de los republicanos que se muestran favorables. Por otro lado casi todos los estadounidenses, con independencia de su ideología, estaría de acuerdo en que las prohibir el acceso a un arma de las personas con enfermedades mentales, así como de exigir chequeos de los posibles antecedentes penales del futuro comprador.

La demanda de la fiscal James provocó un efecto en cascada, con la fiscalía de Washington D.C. presentando su propia demanda contra la NRA. Vía Twitter el presidente Donald Trump escribió que «al igual que Izquierda Radical de Nueva York trata de destruir la NRA, si Biden se convierte en presidente la GRAN SEGUNDA ENMIENDA no tiene ninguna posibilidad. Les quitarán sus armas de inmediato y sin previo aviso. ¡Sin policía, sin armas!».

Precisamente ayer, el presidente de Estados Unidos fue evacuado de la rueda de prensa por un tiroteo en las puertas de la Casa Blanca.

“Ha habido un tiroteo a las afueras de la Casa Blanca. Parece que ya está todo bajo control. Me gustaría agradecer a nuestros servicios secretos por su siempre muy rápido y efectivo trabajo”, anunció Trump. Y es que minutos después, la rueda de prensa continuó.

Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, ha asegurado que «la NRA tiene una larga historia de desobedecer las reglas de las entidades no lucrativas de Nueva York. Hoy la fiscalía general de Nueva York tomó medidas para frenar esos abuso».

Pero la batalla será larga y cruenta, entre otras cosas porque la NRA, más que un lobby al uso, es una suerte de institución cultural enraizada en los hogares de millones de estadounidenses. Es posible que no pase por su mejor momento y hasta que buena parte de las nuevas generaciones ya no estimen como una suerte de seña de identidad nacional la propiedad de armas en manos de civiles, pero de ahí a que a que desaparezca existe un largo y complicado camino.

«Estamos tratando de disolver la NRA», sostiene la fiscal James, «tras años de conductas ilegales que violan las leyes de caridad de Nueva York, socavando su propia misión».

Armas y coronavirus

Otro dato importante que destacan las autoridades estadounidenses, es que desde que comenzó la pandemia de coronavirus, cada día los pasajeros viajan más con su arma en el equipaje de mano. En los últimos cinco meses, el número de pasajeros armados se ha multiplicado por tres.

Y el 80% de las armas están cargadas.

Este descubrimiento en los aeropuertos de EE UU llega en un momento en el que la venta de armas ha aumentado considerablemente y los analistas creen que muchas de estas compras se están realizando por “primerizos”.

Los vuelos y pasajeros han descendido, pero el número de pasajeros armados se ha multiplicado
Los vuelos y pasajeros han descendido, pero el número de pasajeros armados se ha multiplicadoDavid ZalubowskiAP

En julio, los agentes confiscaron alrededor de 300 pistolas, o 15,3 armas por cada millón de personas, comparado con la cifra de julio de 2019, que era de 5,1 armas por cada millón de personas, según indicó el lunes la Administración de Seguridad de Transporte (TSA).

El administrador de la TSA, David Pekoske, señaló a AP que había habido un incremento significativo de las armas cargadas en los puestos de seguridad de los aeropuertos. Ya hay suficientes riesgos, explicó Pekoske, “nadie debería introducir uno nuevo”.

“Es un accidente a punto de ocurrir”, concluyó.

Los vuelos y pasajeros han descendido por el coronavirus, pero el número de pasajeros armados se ha multiplicado.