Cuba
622 médicos cubanos contra el régimen castrista
La organización Prisoners Defenders amplía su denuncia ante la Corte Penal Internacional por las normas cubanas que convierten las misiones médicas en una “forma contemporánea de esclavitud”
Las misiones médicas de Cuba en otros países han sido calificadas por varias organizaciones como una forma de “trabajo forzoso” y hasta de “esclavitud”. En esta línea se sitúa Prisoners Defenders, cuyo presidente, Javier Larrondo, ha presentado hoy la ampliación del proceso penal llevado ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra las normas del Gobierno cubano que han convertido las misiones en “una forma contemporánea de esclavitud”. Ese documento sirvió para acusar por crímenes de lesa humanidad a altos funcionarios del Gobierno cubano, incluyendo a Raúl Castro y a Miguel Díaz-Canel, ante la CPI y las Naciones Unidas.
La queja se apoya en un amplio documento que fue entregado el 24 de agosto a Naciones Unidas y a la CPI y reúne el testimonio de 622 profesionales cubanos que formaron parte de las llamadas “misiones internacionalistas” de La Habana. Al menos 405 son testimonios protegidos recopilados con ayuda de formularios online y divulgados en diversas plataformas mediáticas, mientras que otros 217 son testimonios hechos públicos por los afectados.
Muchos denuncian que fueron forzados a salir del país pese a que es una práctica de carácter voluntario y que no les dieron tan siquiera un contrato de trabajo; también se quejan de que el salario que perciben no es suficiente para vivir dignamente, ya que el gobierno confisca el 85% de sus sueldos en el exterior. En total, Prisoners Defenders cree que más de 50.000 profesionales cada año sufren de estas condiciones.
No es una situación nueva. Desde 1963 Cuba envía al extranjero grupos de profesionales, ya sean médicos, deportivas o docentes. En Brasil, antes de la llegada al poder de Jair Bolsonaro había más de 8.400 médicos y enfermeras. Todos fueron expulsados.
Prisoners Defenders presenta en la denuncia numerosas sentencias a favor de los médicos cubanos en países donde desempeñan su labor, incluyendo un juez federal de Brasil que expone “las condiciones violatorias de los derechos humanos”. Los médicos cubanos no pueden llevarse a sus familias cuando son enviados al extranjero, ni conducir vehículos sin autorización. Tienen que firmar “clausulas abusivas” por las que renuncian a contraer matrimonio siendo residentes en Brasil “con gravísimas sanciones en caso de casarse” o “la negación de poder trabajar durante o después de la misión”. Algunos artículos de las leyes que rigen las misiones “resultan ignominiosos”, explica Prisoners Defenders, como “la obligatoriedad por ley de informar de las relaciones ya sean sociales o sentimentales que los colaboradores tienen en el exterior con cualquier persona”.
Las leyes cubanas contemplan el impedimento de entrar al país hasta pasados ocho años a los cubanos que abandonan la misión o que tras terminar ésta no vuelven a Cuba, tengan o no familia e hijos menores a su cargo. A éstos se les clasifica como “traidores” y “desertores”. En la denuncia se presentan 50 casos de profesionales que han intentado entrar a la isla para ver a sus familiares, “muchas veces por causa de una enfermedad grave”. La doctora Dayaimy, según se recoge en la denuncia, decidió no volver a la isla tras acabar su estancia en Brasil, y tras comunicárselo al jefe de la misión, éste la amenazó de que “no volvería a Cuba y que, si algo les sucediera a sus hijos pequeños, ella no podría hacer nada”.
Los datos aportados por Prisoners Defenders están extraídos de misiones de médicos en distintos países, como Angola, Ecuador, España, Brasil, Guatemala, Honduras, Mozambique, Arabia Saudí, etc. En los testimonios recogidos no aparecen siempre los nombres de los profesionales cubanos para proteger su seguridad. La mayoría ofrecen relatos dramáticos de su experiencia trabajando en otros países. Por ejemplo, el testigo protegido con el código 3155, en misión en Venezuela en 2014, explica que “fue muy duro tener que desechar medicamentos que se necesitan en Cuba para la población. Todo lo que faltaba en Cuba estaba de sobra en Venezuela”.
Otro médico cubano que estuvo en Brasil en 2018 relata que “fuimos mentidos sobre el pago real de dinero en Brasil. Nunca se nos informó de que el 70%-75% del dinero de la misión de Brasil era devuelto a Cuba”. Otros testimonios son públicos, como el de la doctora Eva María, quien denunció cómo en la misión de Brasil era vigilada por agentes enviados por La Habana; no podía salir de un municipio a otro sin autorización y eran acosados sexualmente y extorsionados de modo habitual.
La venta de servicios por las llamadas misiones de internacionalización de Cuba, que incluyen no solo atención médica sino también en sectores como la docencia y la ingeniería, es la mayor fuente de ingresos del Gobierno de Cuba, asegura Prisoners Defenders, y representa entre el 40% y el 50% de su balanza de pagos exterior. Entre 2001 y 2015 el promedio de ingresos de Cuba fue de 11.543 millones de dólares, cuatro veces más que los ingresos por turismo.
En enero de 2020, la ONU emitió una comunicación acusatoria en la que aseguraba que las misiones médicas “podrían elevarse a trabajos forzosos” según los indicadores de la Organización Internacional del Trabajo. En julio de este año, Human Rights Foundation emitió un informe sobre los sesenta años de la Revolución cubana y en un apartado se refería a las misiones médicas “como una forma moderna de esclavitud”. Ese mismo mes, Human Rights Watch aseguró que Cuba aplica “normas draconianas a los médicos en misiones sanitarias que vulneran sus derechos humanos”.
En el acto de presentación del informe este martes, Dita Charanzová, vicepresidenta del Parlamento Europeo, dijo que “los gobiernos que reciben ayuda de Cuba deben ser firmes y exigir cambios. Y la UE debe hacer frente a los hechos. La existencia de las misiones medicas bajo el modelo actual -un modelo de esclavitud, como destaca la denuncia de Prisoners Defenders- constituye una clara violación del Acuerdo con la Unión Europea”.
Por su parte, el europarlamentario del Grupo Popular Leopoldo López-Gil, afirmó que “la influencia que tiene Cuba en el continente latinoamericano mediante herramientas como estas misiones de médicos constituye un gran desestabilizador, no solo de próximos procesos electorales, sino también derribando los órdenes constitucionales de democracias poco asentadas”.
Javier Larrondo, de Prisoners Defenders, instó a “eliminar el capitalismo-esclavista ejercido por un régimen desde inicio dominado por la Seguridad del Estado y que no tiene ningún parecido ni comparte los principios con la social-democracia europea".
Por su parte, la institución Prodie Santé presentó en el encuentro mantenido este martes un proyecto que cuenta con más de 2.000 médicos que han sufrido esta persecución y con los que ha creado la primera Brigada Médica Internacional Libre, un proyecto basado en la integración, la solidaridad y la salud.
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