Joe Biden
La trágica vida personal de Joe Biden: la muerte de su primera mujer y dos de sus hijos
Neilia Biden murió en accidente de coche junto a su hija de trece meses cuando el candidato demócrata acababa de ser nombrado senador
El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, ha vivido lo que nadie merece vivir: la muerte de su primera mujer y la de dos de sus hijos. Biden despegaba en política, la vida le sonreía, estaba felizmente casado y era padre de tres hijos, dos niños y una niña. Hasta que una llamada le cambió la vida para siempre. En 1972, Biden acababa de ser elegido senador por Delaware y se encontraba en Washington trabajando. Era el 18 de diciembre. “Su mujer y su hija han sufrido un terrible accidente. Tiene que regresar a casa".
Neilia, su mujer desde hacía seis años, y Naomi, de apenas 13 meses, habían muerto. Volvían de comprar el árbol de Navidad. Un camión con remolque embistió su coche. Beau y Hunter, de 4 y 2 años y medio estaban en el hospital, gravemente heridos. Biden evocó aquel momento en un discurso en 2015: “Seis semanas después de mi elección, mi mundo entero cambió para siempre”. Su hijo Hunter también recordaría años después ese momento: “Mi primer recuerdo está en esa cama de hospital, acostado junto a mi hermano. Tenía casi 3 años. Recuerdo a mi hermano que era 1 año y 1 día mayor que yo, sosteniendo mi mano, mirándome a los ojos y diciendo “Te amo, te amo, te amo” una y otra vez”.
Joe Biden juró su cargo como senador junto a aquella cama de hospital.
Aquellos primeros días después de la tragedia el candidato demócrata estuvo a punto de no levantarse. Pero lo hizo. Su hermana se mudó a su casa en Wilmington, Delaware, y el recién estrenado senador iba y volvía a diario de Washington. Más de 3300 kilómetros diarios para no perderse a sus hijos. Para poder meterlos en la cama y despertarlos cada mañana.
Tres años después, en una cita concertada por su hermana, conoció a Jill, una estudiante universitaria. "Me devolvió la vida. Me hizo pensar que mi familia podría volver a estar completa”, escribiría Biden. En 1977, Jill aceptó casarse con Joe. Era la quinta vez que se lo pedía pero ella necesitaba estar muy segura, no quería que los niños volvieran a perder a una madre. En 1980 completaron la familia con llegada de Ashley.
Pero la tragedia volvió a golpear al demócrata en 2015. La familia pierde a un héroe, como se describe en la página web del candidato: “Beau Biden, fiscal general de Delaware, fallece después de luchar contra un cáncer cerebral con la misma integridad, coraje y fuerza que demostró todos los días de su vida”. Biden menciona a su hijo mayor en muchos de sus discursos. Su muerte le devastó, otra vez. En un libro publicado en 2017 titulado “Prométeme, Papá”, Biden explica que su hijo, poco antes de morir y consciente de que el final se acercaba, le dijo: ‘Papá, sé que me amas más que nadie en el mundo. Pero prométeme que estarás bien. Yo estaré bien, papá’. Beau Biden, escribe su padre, “tenía lo mejor de mí, pero se había quitado los defectos y errores de fábrica”.
Lo que viene después parece digno de una telenovela: Hunter,, la oveja negra, con problemas de adicciones y alcohol, separado, anuncia que ha vuelto a encontrar el amor en... la viuda de su hermano. La relación duró un año de convivencia con los tres hijos de él y los dos de ella.
Pero Biden no se rindió. Y no está dispuesto a hacerlo.
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