Estatua del primer ministro Winston Churchill con la torre del Big Ben el pasado 1 de enero, el primer día de la salida a todos los efectos de Reino Unido de la Unión Europea, el mercado único y la unión aduanera

«Darme cuenta de las mentiras en 2016 me hizo sentir que me habían robado el voto»

David es uno del 11% de los brexiteers que si hoy volviera a emitir su papeleta lo haría a favor de permanecer en la Unión Europea. Una opción ahora imposible

Cuando David se dirigía el 23 de junio de 2016 a su colegio electoral, nunca imaginaba que la decisión que tomaría ese día iba cambiarle la vida. Aquel día votó por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, opción opuesta a la de su mujer, perteneciente entonces a varios grupos de apoyo a la permanencia dentro del bloque comunitario. «Mi mujer estaba tan involucrada en los grupos ’'Remain” y acabamos separándonos hace alrededor de un año. Duele cómo unas diferencias políticas pueden acabar con tu matrimonio», nos cuenta David. Este doctor de 58 años fue uno de los 17,4 millones de brexiteers que decidieron apoyar la ruptura con la UE en aquel referéndum.

Cuatro años y medio después, Reino Unido ha salido del bloque a todos los efectos y la postura de David ha cambiado radicalmente. «Darme cuenta de las mentiras vertidas por la campaña del Brexit antes del referéndum me hizo sentir que me habían robado el voto», lamenta.

Como David, son muchos los brexiteers e indecisos que se han arrepentido de su voto y tomarían una decisión diferente en caso de repetirse la votación.

El 51% cree que es un error

Una encuesta publicada hace una semana por la empresa YouGov señala cómo, a día de hoy, el 51% de los británicos consideran un «error» la salida de la UE, mientras que un 40% la apoya. Pero el dato más interesante es cómo dentro de los votantes de la opción «Leave» (salida de la UE), el 11% considera ahora que Reino Unido estaría mejor dentro del bloque europeo. Es decir, uno de cada diez votantes pro-Brexit cambiaría ahora su voto.

«Decidí votar por el Brexit porque no creo que la UE sea una organización muy democrática. Es una organización muy lejana y que desconoce lo que quiere el ciudadano. Sin embargo, nunca pensé que el voto por la salida ganaría. Era más bien un voto para mostrar mi protesta», explica David. Un pensamiento que comparte con otros votantes de «Leave».

Este doctor retirado, cuya opción política acabó incluso costándole el matrimonio, achaca la postura de los británicos en el referéndum a la desconexión con Europa. «Había una lucha entre los sentimientos y los hechos. No nos sentíamos tan europeos. Además, los medios de comunicación durante los últimos 30 años han lanzado continuamente mensajes anti europeos», sostiene.

Sin embargo, el trabajo de su mujer con europeos residentes en Reino Unido, cuyas vidas se iban a ver trastocadas por el Brexit, le hizo también abrir los ojos. «Pienso que tanto el Gobierno británico como las instituciones europeas utilizan a estos individuos sin tener en cuenta realmente sus necesidades y sus derechos».

Una decisión “poco meditada”

Mientras que David tomó su decisión en el referéndum como protesta por el «déficit democrático» de la Unión Europea, un debate universitario fue el causante de que Simranjeet se animara a votar también por el Brexit. Este joven de 25 años acudió a un debate celebrado en su universidad unos días antes de la votación, en el que los contendientes eran un miembro del partido nacionalista UKIP y otro del Partido Conservador.

«El discurso del miembro de UKIP me gustó. Nos habló de lo sencillo que sería mantener buenos acuerdos con la UE, pero también con Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos o Hong Kong», explica a LA RAZÓN. «Sin embargo, tengo que admitir que no investigué todo lo que debía haberlo hecho. Acababa de terminar mis exámenes y no lo pensé mucho», lamenta. Es por eso que, al igual que David, Simranjeet se encuentra también dentro del grupo de brexiteers arrepentidos que cambiarían su voto si pudieran.

«Cuando acabé la universidad pude ir de viaje por Europa con unos amigos y tuve la oportunidad de conocer a muchísima gente, pude visitar sitios como Bruselas, Brujas… y allí me di cuenta de que debido al Brexit, esas oportunidades y facilidades que estaba teniendo no podría tenerlas más. Me di cuenta claramente que íbamos a perder los derechos que teníamos hasta ahora para trabajar o vivir allí» en el continente, cuenta Simranjeet.

Fin del programa Erasmus

Una de las desventajas principales que tendrán que sufrir los jóvenes británicos será la desaparición del programa Erasmus. «Es algo que hemos podido disfrutar los jóvenes hasta ahora, pero que no podrán tener las próximas generaciones. Nosotros ahora como país somos más pequeños y estamos más aislados y esto hace a Reino Unido un lugar peor. Para la gente joven, la perspectiva de los próximos diez años será peor».

Pero la esperanza de este joven es que, a medio plazo, se pueda dar la ocasión para que Reino Unido vuelva a entrar en la Unión Europea. «Cuando se vaya demostrando que el Brexit no acaba de funcionar y que vamos perdiendo influencia en la Unión Europea, es posible que vuelva a surgir el interés por volver».

Pérdida de influencia

Precisamente la pérdida de influencia sobre la escena internacional, en general, y la Unión Europea , en concreto, es la razón por la que Andrew decidió votar también por el Brexit hace cuatro años y medio. «Pensé que había riesgo de que los intereses de aquellos miembros de la UE que eran miembros de la Eurozona anularan los intereses de Reino Unido en algunas situaciones».

«Tenía la idea de que quizás era mejor tener una relación algo más distanciada con la UE. Pero yo esperaba que a pesar de salir de la UE, mantuviéramos una buena relación en sentido económico y comercial», nos cuenta este abogado de 63 años. Sin embargo, poco tiempo después de depositar su voto, Andrew comenzó a darse cuenta de que su idea de Brexit distaba mucho de la visión oficial.

«Yo era miembro del Partido Conservador y recuerdo el primer discurso de Theresa May tras el referéndum, en Octubre de 2016. En ese momento me di cuenta de que su tipo de Brexit era completamente diferente al que yo tenía en mente”.

Y, es que, el día del referéndum nadie sabía exactamente qué ocurriría tras la votación. «A la gente le dieron solo dos opciones. Quedarnos o irnos. Pero mientras la opción de quedarse era muy clara, la de irse era muy poco clara. La gente que votó por la salida de la UE tenía ideas muy diferentes de lo que quería. Además, desde el referéndum he aprendido que fue una estrategia absolutamente deliberada por parte de Dominic Cummings [el polémico ex asesor de Boris Johnson] el no ceñir la campaña del “Leave” a un solo tipo de Brexit».A pesar de que la postura de Andrew es ahora muy diferente y que forma parte de ese 11% de brexiteers arrepentidos, no cree que vaya a ser sencillo que Reino Unido pueda volver a formar parte de la UE en un futuro. «Dudo que nos dejaran volver sin formar parte del Euro. Aunque creo que es posible, encuentro muchos problemas”.