Entrevista

«Sueño con una Bielorrusia donde se pueda pasear por la calle sin miedo a ser atrapado por matones”

Svetlana Tijanovskaya, la líder de la oposición bielorrusa, defiende en una entrevista con LA RAZÓN que «deben imponerse las más amplias y severas sanciones al régimen de Lukashenko»

La líder opositora bielorrusa, Svetlana Tijanovskaya
La líder opositora bielorrusa, Svetlana TijanovskayaMICHAL BURZA / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTOMICHAL BURZA / ZUMA PRESS / CONT

Una combinación de factores hacen que Svetlana Tijanovskaya sea reconocida como la única representante legítima de Bielorrusia en el exterior. Permanecer en silencio durante 27 años de Presidencia de Alexander Lukashenko es mucho tiempo, por eso no dudó en saltar a la primera línea política y presentarse como candidata a presidir el país cuando su marido, Serguei Tijanovski, fue encarcelado por el régimen un par de meses antes de los comicios. Después de unas elecciones fraudulentas se vio obligada a abandonar su país y vivir refugiada en la capital de Lituania por temor a represalias a ella y a sus dos hijos menores de edad. Sin experiencia política, pero con un profundo sentido de servicio público, ambiciona con echar a Lukashenko del poder. Fuerte, decidida y firme en cada respuesta, la líder de la oposición bielorrusa atiende a LA RAZÓN en una entrevista telemática desde República Checa, en medio de una gira europea.

Después del secuestro del avión y tras la detención de Roman Protasevich da la sensación de que Lukashenko vive en un mundo sin ley. ¿A usted qué le parece?

Lukashenko traspasó los límites. Si en el pasado cometió actos de violencia contra ciudadanos bielorrusos, ahora ha secuestrado un avión civil con ciudadanos de la Unión Europea y Estados Unidos, un avión que volaba entre países de la OTAN. Esto es el resultado de la impunidad de la que había disfrutado antes. Pero ahora nada es como antes. Las Fiscalías Generales de Lituania y Polonia han iniciado investigaciones sobre este delito. Además, por lo que sabemos, el FBI trabaja en el caso, ya que había ciudadanos estadounidenses en ese avión. Estoy segura de que con este acto todo el mundo civilizado ha entendido que se tiene que poner fin a estas actitudes y que Lukashenko y todos los que le ayudaron en este acto terrorista tendrán que rendir cuentas.

¿Cuáles son las peticiones que ha trasladado a los líderes internacionales desde que se vio obligada a dejar Bielorrusia?

Más sanciones, mantengo la petición a la UE, al G-7, a países individuales y a toda la comunidad mundial: Lukashenko ha capturado un avión civil y ha mantenido cautivos a ciudadanos de muchos países durante siete horas. Pedimos que se consoliden los esfuerzos y la acción conjunta para obligar al régimen a liberar a Raman Protasevich y a todos los rehenes. Debemos resolver la crisis de Bielorrusia para que este tipo de incidentes, que amenazan la seguridad internacional, no puedan volver a producirse. Para que todo esto ocurra deben imponerse las más amplias y severas sanciones al régimen de Lukashenko, así como a todas las empresas y países que cooperan con él. Las cuentas y activos de Lukashenko y su cartera de oligarcas que blanquean dinero deben ser bloqueados. Hay que hacer una advertencia dura a todos sus aliados para que dejen de cooperar con él.

¿Qué ha fallado? ¿Se necesita más coraje por parte de los que tienen en sus manos hacer cambios?

Lo que este mundo necesita es menos indiferencia. La democracia, en cualquier parte, requiere un trabajo constante. Para algunas personas es suficiente tener un Estado de Bienestar en el país en el que viven, y sienten que no es necesario ayudar a quienes luchan por sus derechos, lo cierto es que las tornas pueden cambiar fácilmente y en algún punto todos necesitamos apoyo.

Biden se reunirá con Putin el próximo miércoles en Suiza. ¿Qué espera Bielorrusia de la actual Administración estadounidense?

El pueblo bielorruso espera de Estados Unidos una posición firme basada en el Derecho Internacional. Ningún interés comercial puede pesar más que el sufrimiento de toda una nación. Miles de bielorrusos están en prisión solo por defender la verdad. Hay personas torturadas hasta la muerte: Vitold Ashurak, político y ecologista, su cuerpo estaba horriblemente mutilado cuando fue entregado a sus familiares para ser enterrado. Hace un par de días Stepan Latypov, terriblemente torturado en prisión, intentó cortarse el cuello en la misma sala del tribunal para acabar con su vida. Dmitry Stakhovsky, menor de edad y huérfano, saltó desde el piso 16 después de ser interrogado por el «comité de investigación» a causa de participar en una manifestación. Creemos que el mundo entero debe y puede detener a Lukashenko. Esperamos que Estados Unidos y el Gobierno de Biden respeten la voluntad del pueblo bielorruso que votó para sacar del poder a Lukashenko, y que se respete la soberanía de Bielorrusia. Esta posición debe ser transmitida con firmeza a todos los países del mundo y a los líderes mundiales, incluido Putin.

La represión de Lukashenko echó a los bielorrusos de las calles ¿Cómo se siguen organizando sin manifestaciones públicas?

Las protestas siguen en la mente y en el corazón de los bielorrusos. Los ciudadanos no aceptan a Lukashenko y nunca lo harán después de las violaciones, torturas y asesinatos cometidos por su régimen. Podrá mantener el control del país mientras tenga el poder, de esta manera tiene acceso al dinero de las arcas públicas y puede pagar a matones armados que torturan a la carta. Según Naciones Unidas, en Bielorrusia hay 924 agentes de seguridad por cada 100.000 habitantes. Esto es mucho más que en otros países del mundo, el doble que en España. Nuestro objetivo es privar a Lukashenko del dinero que mantiene a estos mercenarios. En cuanto a las manifestaciones, cada bielorruso encuentra su propia manera de luchar. Hay quienes se preparan para una huelga uniéndose al Movimiento Obrero y saboteando empresas estatales desde sus puestos de trabajo. Otros hacen boicot a productos gravados con altos impuestos para dejar de llenar las arcas del régimen. Algunos imprimen panfletos contrarios al Gobierno, dibujan nuestra bandera en las paredes y el asfalto para que todos vean que cada vez somos más. Por las noches, desde las ventanas y balcones se gritan consignas, se recitan poemas y cantan canciones. La gente se reúne, crea organizaciones horizontales, trabajan juntos, se apoyan mutuamente. Se están poniendo los cimientos de una futura sociedad civil, hay un movimiento que se está estructurando y fortaleciendo.

Después de 27 años en las presidencia, ¿cree que la salida de Lukashenko tiene que pasar por un proceso «digno»?

Creo que Lukashenko ha perdido la oportunidad de irse con dignidad. Utilizó una violencia terrible contra el pueblo cuando éste le dijo: «¡Vete!». Violó, torturó y mató. ¿De qué tipo de atención digna hablamos? Para salir con dignidad, hay que tenerla.

Pensando a largo plazo y en una Bielorrusia el día dos sin Lukashenko. ¿Quién o qué podría dirigir el largo proceso de transición que necesita el país?

Para el periodo de transición contamos con representantes en varias áreas, para la reforma de la ley electoral (el borrador de la reforma está listo), la reforma constitucional (el borrador está listo y en debate), trabajamos en la reforma económica y de educación. Además, junto con la comunidad internacional hemos preparado un Plan Integral de Asistencia a Bielorrusia para el Periodo de Transición, que incluye, además del apoyo intelectual y de expertos en diferentes áreas, más de 10.000 millones de dólares de ayuda financiera. Así pues, para el período de transición hay muchas cosas preparadas, solo hay que sacar a Lukashenko del poder y comenzar la transformación. Estoy segura de que superaremos este período.

¿Cómo es la Bielorrusia a la que usted aspira?

Sueño con ver a Bielorrusia libre e independiente. Un país en el que se pueda caminar por la calle sin miedo a ser atrapado por matones enmascarados y sin distintivos. Un país en el que nadie sea obligado a abonar sus estudios por sus opiniones políticas. Aspiro a que los desempleados no tengan que pagar un impuesto al Gobierno por no tener trabajo, como hacemos ahora, al contrario, recibirán prestaciones por desempleo del Estado hasta que encuentren trabajo. Quiero un país donde se pueda elegir un nuevo presidente y cambiarlo si no hace bien su trabajo, donde no tengas que temer por ti, por tu marido o por tus hijos.

¿Cómo está su marido?

Sigue en la cárcel, pero no se rinde. Cree en nosotros, el pueblo bielorruso.

Hace poco tiempo no tenía experiencia política. ¿Qué es lo que más le cuesta entender de la política?

Lo más difícil de aceptar para mí es que algunos políticos, por intereses propios, comprometan principios humanos y democráticos. Sustituyen los valores morales por los materiales, olvidando para qué fueron elegidos. Por suerte, no son la mayoría y me da esperanza encontrarme con políticos que entienden que su misión es servir a la gente y hacer el bien.

Usted emergió en medio de una revolución. ¿Cuál es su consejo para los bielorrusos que siguen viviendo bajo el mando de Lukashenko y que quieren continuar con esa rebelión que usted misma empezó?

Cada uno debemos elegir nuestro lugar en esta lucha, cuestionarse sobre qué puede hacer para ayudar a la causa común. Levantarse del sofá y actuar. No solo hablar, sino hacer algo. No discutir y juzgar a los demás, sino pasar a la acción. No comentar lo preocupado que estás por la situación, sino hacer algo al respecto. Este es un momento histórico que determinará la historia de nuestro país, debemos superar este período con una honradez que nos permita estar orgullosos de nosotros mismos.