Una familia tuvo que permanecer en lo que quedaba del techo de su casa, la cual había quedado prácticamente destrozada por el temporal y cuyo techo apenas se sostenía, para sobrevivir de las terribles inundaciones en el municipio de Altenahr, ubicado en el distrito de Ahrweiler, en el estado de Renania-Palatinado de Alemania.

Milagrosamente, la familia fue rescatada por un helicóptero, y los salvaguardas les lanzaron un arnés y un cable de acero para que los cuatro integrantes pudieran subirse al vehículo. Por desgracia o por fortuna, solo hubo que lamentar la pérdida de todos los bienes materiales de la familia, que dejaba atrás lo poco que quedaba de su vivienda y la que probablemente acabaría completamente destrozada en el tiempo por la situación climática.

La ciudad de Insul, en el mismo distrito, tampoco se libró del temporal. Una residente del municipio tuvo que huir a un puente con su hijo y quedó atrapada allí. Y el resto de los vecinos tuvieron que abandonar sus casas porque el temporal estaba acabando con ellas y se habían convertido en un lugar casi inhabitable. “Lo he perdido todo, salimos como pudimos por la ventana y fuimos donde veíamos que podíamos salvarnos. Estábamos atrapados en el agua, en la única parte no inundada en la que podíamos quedarnos”, dice esta mujer al diario alemán Die Welt.

Otra de las supervivientes a este temporal en el país germano que tuvo que ser rescatada contó al rotativo Nuevo Diario cómo fueron liberados de sus ya inundadas casas “como pudieron” y milagrosamente se salvaron: “Decenas de familias quedaron atrapadas en los tejados de sus casas, esperando ser evacuadas por helicópteros y botes hinchables”.

Los fuertes aguaceros sorprendieron Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica y, sobre todo, a Alemania, que se llevó la peor parte de este terrible suceso. Ya son más de 100 personas las fallecidas y en torno a 1.300 personas están todavía desaparecidas. Edificios, construcciones, parques... Una buena parte de lo que era el estado de Renania del Norte-Westfalia, de lo más afectado, se ha perdido con las lluvias torrenciales. Y no solo se lamentan daños materiales, sino también personales.

El temor es que la cifra de muertes va a seguir “subiendo al alza”, y no se puede prever hasta dónde van a llegar los fallecidos, tal y como dijo un portavoz de la policía de Coblenza, ciudad ubicada en la desembocadura del río Mosela, cuyas aguas van al Rin, una de las zonas afectadas.