Fenómeno extremo

La “riada de la muerte” de Alemania deja ya 103 fallecidos y 1.300 desaparecidos

Algunas de las víctimas perdieron la vida cuando sus casas fueron arrastradas por el río Ahr, en el estado de Renania del Norte-Westfalia

En una imagen reproducida por todas las televisiones alemanas, una caravana es arrastrada por la crecida del río Ahr contra un puente de piedra a punto del colapso. Las grandes dimensiones del vehículo hacen presagiar que taponará uno de sus arcos, pero la fuerza del agua es tal que el caudal destroza y engulle la carrocería en cuestión de segundos. En otra, se puede ver a vista de pájaro la localidad de Schuld bei Adenau, en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Uno de los más devastados. La imagen es sobrecogedora.

Nada queda de aquel pueblo pintoresco, salpicado de casas bajas, muchas de ellas construidas con vigas de madera. La “Todesflut” o riada de la muerte, como ha bautizado el diario “Bild” a las inundaciones más graves que han azotado a Alemania en los últimos tiempos. “El temor es que la cifra tenga que ser corregida al alza”, dijo un portavoz de la policía de Coblenza, ciudad ubicada en la desembocadura del río Mosela, cuyas aguas van al Rin, una de las zonas afectadas.

Una carretera afectada por el temporal en Bad Muenstereifel, Alemania
Una carretera afectada por el temporal en Bad Muenstereifel, AlemaniaSASCHA STEINBACHAgencia EFE

La Policía de Alemania ha confirmado que son al menos 94 personas las que han perdido la vida y 1.300 se encuentran desaparecidas como consecuencia de las inundaciones que azotan el oeste del país. La canciller Angela Merkel ha anunciado que volverá de Estados Unidos, conde se ha reunido con Joe Biden, para ponerse al frente de la gestión de esta catástrofe ambiental.

El ministro del Interior de Renania-Palatinado, Roger Lewentz, ha indicado que han muerto otras nueve personas, cuyos cuerpos han sido recuperados por los bomberos, ha informado en la cadena de televisión SWR y recoge ‘Bild’. A esto se suma que otras 100 personas siguen desaparecidas.

En este contexto, el Gobierno ha enviado otros 850 soldados para ayudar en las operaciones de emergencia en medio de la que los medios ya consideran catástrofe meterológica. Cerca de 4.500 personas han sido evacuadas de las aldeas de Schweinheim, Flamersheim y Palmersheim en Renania del Norte-Westfalia.

Las imágenes de ciudadanos subidos al tejado de sus casas, a la espera del rescate, o el hallazgo de más y más fallecidos atrapados en sótanos o al tratar de ponerse a salvo han conmocionado a todo el país. Las regiones más afectadas están entre las más densamente pobladas del país -el “Land” de Renania del Norte-Westfalia, con 18 millones de habitantes, y el vecino de Renania Palatinado-. Parte de su territorio fue en el pasado zona minera, por lo que su subsuelo sigue cruzado por pozos abandonados propensos a inundarse. En ambos estados federados están acostumbrados a hacer frente a esas situaciones. Pero la rapidez con que ahora quedaron anegadas carreteras, extrarradios y cascos urbanos, así como el caudal adquirido por sus ríos ha desbordado todas las previsiones. El tráfico rodado quedó cortado, lo mismo que las conexiones ferroviarias.

Merkel garantizó “todo el apoyo” a los afectados. En una declaración desde Washington, donde llegó en el que previsiblemente será su último viaje como canciller a su aliado transatlántico, Merkel afirmó que había abordado la cuestión tanto con el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, como con el de Interior, Horst Seehofer. “Hemos hablado de ayudas a la reconstrucción a largo plazo, aunque lógicamente el objetivo prioritario ahora es prestar ayuda inmediata en las regiones afectadas”, aseguró la canciller.

Son las inundaciones más devastadoras de lo que va de siglo, peores que las que sufrió el este del país en 2002. Entonces la ciudad de Dresde quedó sitiada durante días por la crecida del Elba. Merkel afirmó estar en contacto también con los líderes regionales. Es decir, el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, candidato conservador para sucederla en las elecciones generales de septiembre, así como la de Renania Palatinado, la socialdemócrata Malu Dreyer. Laschet visitó Altena, donde murió un bombero, y Hagen, una ciudad cuyas calles se han visto inundadas. La situación es asimismo dramática en Colonia, donde se han confirmado ya veinte muertos.

El monto de las ayudas necesarias todavía no ha sido calculado porque no hay una estimación total de los daños ocasionados por el temporal. Los servicios meteorológicos prevén que las intensas lluvias remitan en las próximas horas. La defensa medioambiental planea sobre la catástrofe, que se produce además en plena precampaña para las generales de septiembre, tras las cuales Merkel dejará el poder. Laschet lidera los sondeos, con clara ventaja frente a perseguidora, la verde Annalena Baerbock, y del tercero en liza, el socialdemócrata Scholz.

Bélgica y Países Bajos

En diferentes partes de Países Bajos y Bélgica también se ha registrado una gran cantidad de precipitaciones que han provocado este miércoles graves inundaciones, lo que ha obligado a activar las alertas rojas por el posible desbordamiento de ríos y a interrumpir el tráfico ferroviario y por carretera entre diferentes regiones.

Las fuertes lluvias llevan afectando Bélgica desde la pasada noche, provocando desbordamiento en un gran número de ríos de Valonia e inundaciones de viviendas y carreteras, lo que ha obligado a los bomberos a intervenir para rescatar a algunos vecinos y evacuar municipios y campamentos juveniles.

En la zona sudeste de Países Bajos, se ha activado el código rojo, sobre todo en Limburgo, debido a las graves inundaciones que se espera que ocurran en esta provincia del sudeste de Países Bajos, y se espera que caigan de 30 a 50 milímetros de lluvia esta próxima noche, aunque han caído más de 100 milímetros en los últimos días.

Se espera que el río Roer, que atraviesa Limburgo, alcance el nivel de agua más alto jamás medido, según las autoridades de seguridad local, que creen que el riesgo es alto de que el río se desborde en las próximas horas.

El Instituto Meteorológico de Países Bajos (KNMI) ha emitido un código amarillo para gran parte del país, con la excepción de las tres provincias occidentales, por lo que ha incluido en la alerta también a las provincias del norte, Groninga y Drente, donde pueden caer fuertes tormentas que resulten en inundaciones.

El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, aseguró que las autoridades “están haciendo todo lo necesario” para salvaguardar la seguridad de los vecinos de Limburgo. Al igual que en la región neerlandesa de Limburgo, el código rojo en Bélgica también se aplica ahora en Lieja, Namur y la región de Luxemburgo, entre otras zonas de Valonia, y las imágenes que llegan de los dos países muestran a los transeúntes tratando de cruzar las calles con el agua hasta las rodillas, o vehículos flotando en el agua que se ha acumulado en las carreteras.

Según el canal flamenco VRT Nieuws, cerca de 1.700 personas han sido evacuadas de aproximadamente 1.350 viviendas de la ciudad belga del municipio de Chaudfontaine, en la provincia de Lieja, aunque algunas casas en otros lugares, como Spa y Theux, también están siendo evacuadas como medida de precaución. También se han desalojado unos 120 campamentos de jóvenes de Namur por los temores a que el río Lesse se desborde en los próximos días.

Tanto en Bélgica como en Países Bajos, las autoridades han movilizado al Ejército, que está suministrando sacos de arena para frenar el agua y camas para que los residentes de las zonas más afectadas por las lluvias torrenciales puedan acampar en la próxima noche.

Las lluvias amenazan diferentes zonas de Benelux la próxima noche, incluido Luxemburgo, un país donde la alerta naranja lanzada por MeteoLux ha obligado a los bomberos a intervenir más de un centenar de veces debido a problemas causados por el mal tiempo, aunque la gravedad no ha alcanzado niveles de Países Bajos y Bélgica. EF