Polémico referéndum

México vota el juicio populista de López Obrador

Asociaciones de víctimas y oposición rechazan la consulta sobre juzgar o no a los predecesores de AMLO por inútil y revanchista

Un hombre y su bebé hacen fila para votar en el referéndum sobre el juicio a los ex presidentes en San Miguel Topilejo, en Ciudad de México
Un hombre y su bebé hacen fila para votar en el referéndum sobre el juicio a los ex presidentes en San Miguel Topilejo, en Ciudad de MéxicoChristian PalmaAP

Unos 93 millones de mexicanos han sido llamados a las urnas este domingo a participar en una consulta popular sin precedentes: “La votación para juzgar a los expresidentes”, como se conoce popularmente el referéndum impulsado por el presidente, AndrésManuel López Obrador (AMLO), para “enjuiciar” a los cinco últimos exmandatarios del país azteca. López Obrador ha descartado que la consulta vaya a fracasar, como ha pronosticado la mayoría de la oposición, ya que “es muy importante la democracia participativa, no se agota la democracia sólo en elegir a nuestros representantes, el pueblo tiene que estar participando constantemente”, ha defendido con su habitual tono pausado en una rueda de prensa el sábado en Sinaloa.

La consulta ha estado marcada por la polémica y las acusaciones de inconstitucionalidad debido al riesgo que puede suponer para la reparación a las víctimas y la presunción de inocencia. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, equivalente al Tribunal Constitucional español, cambió la pregunta propuesta por el presidente ya que prohibió citar con nombres y apellidos a sus cinco predecesores. El referéndum es inédito. El apoyo o rechazo a los juicios contra expresidentes es la primera consulta formal que se organiza en todo el territorio mexicano siguiendo los cauces establecidos por la Constitución desde que la figura de consultas populares se incluyera en la Carta Magna por una ley federal en 2014.

Tras vacilar sobre su participación, AMLO ha confirmado su intención de acudir a las urnas y, sorprendentemente, “votar no porque estoy pensando hacia adelante” en esta consulta prometida en su campaña de 2018: “Si hay una casilla donde estaré caminando en la sierra de Nayarit, tengo mi credencial. Ya expresé que voy a votar en contra. Pero no se le puede quitar a la gente el derecho de participar”. Por el contrario, el partido del presidente, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha intensificado en las últimas semanas su campaña en redes por el “sí”.

AMLO resume su postura en pocas palabras: “Perdón sí, olvido no”.

Tras una larga discusión sobre su constitucionalidad, la Suprema Corte aprobó la consulta en octubre de 2020 por 6 votos a favor y 5 en contra con la pregunta modificada: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?” Las opciones para responder han sido “sí” o “no”. “La pregunta es ambigua y confusa. Es otro texto, pero en esencia es eso”, destacó el presidente. Los resultados del conteo rápido estaban previstos para el domingo a las 10 de la noche hora mexicana. Al cierre de esta edición, los 93 millones de mexicanos llamados a las urnas continuaban votando. Otras propuestas fueron declaradas inconstitucionales dado que la Carta Magna no permite someter a votación popular los derechos humanos o la seguridad nacional de este país de 126 millones de habitantes.

¿Es útil la consulta popular?

La consulta no busca eliminar ninguna inmunidad legal que impida juzgar a los expresidentes ya que en México no existe esta protección. La ley mexicana no incluye fueros que eviten procesar a los antiguos jefes del ejecutivo. La participación debe llegar al 40% para que la votación sea vinculante. La validez se obtendrá si 37,5 millones de mexicanos acuden a votar. El volumen de la abstención es la gran incógnita. Se instalarán menos de 60.000 casillas electorales, un tercio respecto a la votación parlamentaria de mitad de mandato el pasado 6 de junio. El gobierno mexicano trató de hacer coincidir esta polémica consulta con estas últimas elecciones en las que el partido de AMLO, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), perdió la mayoría absoluta pero mantuvo el control del Congreso con el apoyo de sus socios. El Gobierno no ha proporcionado al Instituto Nacional Electoral (INE) presupuesto adicional para esta consulta. AMLO ha criticado al INE, sin citarlo, por la falta de publicidad de la cita: “Lamentablemente los que están promoviendo la consulta no quisieran que se supiera nada. No hay casillas suficientes”. Sea cuál sea el resultado, los expertos indican que los expresidentes podrán ser juzgados.

Las asociaciones de víctimas de asesinados y desaparecidos han exigido “detener la farsa” de la consulta popular. “La consulta del 1 de agosto es un show, solo le sirve al presidente para mantenerse en campaña y para argumentar que él sí quiere combatir la corrupción”, denunció Leonardo García, coordinador de la Misión Rescate México, en una protesta frente al Palacio Nacional hace 10 días. “Detrás de nuestras demandas está nuestro dolor. Las 4.000 fosas clandestinas, las casi 90.000 personas desaparecidas y cientos de miles de víctimas de la violencia. El 1 de agosto debe ser una jornada nacional de visibilización de nuestras atrocidades con miras a la creación de Comisiones de la Verdad. Pero que no se quede ahí”, exigieron en un comunicado más de una decena de colectivos. La consulta parece orientada a impulsar estas Comisiones de la Verdad sobre la acción de los anteriores gobiernos.

Las polémicas de los ex presidentes según AMLO

El dardo populista de AMLO va dirigido a los cincos presidentes que le precedieron en el cargo. El presidente reiteró sus acusaciones contra Carlos Salinas de Gortari de beneficiar a sus allegados. A Ernesto Zedillo por convertir deudas privadas en deuda pública en el caso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro. El mandatario de 67 años ha acusado a Vicente Fox de robar las elecciones presidenciales de 2006 en las que quedó en segundo lugar y denunció fraude electoral: “Cargó los dados para imponer a Felipe Calderón, es un atentado a la democracia”. Calderón es señalado por liderar la “guerra contra el narco” que “convirtió al país en un cementerio”. El líder de la “Cuarta Transformación” imputa a su predecesor, Enrique Peña Nieto, “actos evidentes de corrupción” por el señalamiento que el exdirector de la petrolera estatal PEMEX, Emilio Lozoya, hizo contra él por participar supuestamente en una red de sobornos. Fox ha insultado a los participantes en la consulta: “El domingo veremos cuántos pendejos quedan en el país”.

Pese a promover esta votación contra “la corrupción del periodo neoliberal entre 1988 y 2018”, AMLO ha defendido a cargos de su partido involucrados en graves escándalos. El presidente protegió al exgobernador de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, denunciado por varias mujeres por agresión sexual y relegado de su candidatura a la reelección por irregularidades en los gastos de campaña. Las consultas populares es una de las herramientas políticas preferidas del presidente mexicano. Obrador ha organizado referéndums sobre el Tren Maya y la suspensión de la construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco, a 28 kilómetros del centro de Ciudad de México. AMLO obliga ahora al pueblo a impartir justicia sobre las sombras del pasado.