Pescadores franceses

“Si comenzamos una guerra naval con los ingleses, no terminará. Son tercos”

Pescadores franceses creen que si no hay acuerdo entre París y Londres sobre el conflicto pesquero tendrán que vender sus barcos

Pescadores británicos en el puerto francés de Le Havre
Pescadores británicos en el puerto francés de Le HavreSTEPHANE MAHEREUTERS

El pescador francés Loic Fontaine está a punto de cerrar un acuerdo para vender su barco. Tras el Brexit y sin acceso a las aguas británicas para faenar donde las flotas francesas pescaban tradicionalmente, ya no puede ganarse la vida con el barco. Fontaine, sin embargo, ha decidido posponer la venta de su barco unos días más, mientras Reino Unido y Francia intentan resolver su disputa sobre las licencias de pesca que esta semana los llevó al borde de las sanciones comerciales. Finalmente, Francia dio un paso atrás.

“Los ingleses son tercos, no se van a calmar. Es mejor ser amistosos y buscar un acuerdo”, dijo a Reuters este hombre de 45 años desde el puerto de Calais, después de un día de pesca de apenas minutos para asegurarse de que no se desviara hacia aguas británicas. “Si comenzamos una guerra naval, no terminará”.

Las tensiones se intensificaron la semana pasada después de que un barco británico fuera retenido en el puerto de Le Havre y Francia amenazara con establecer más controles sobre los camiones y productos provenientes de Reino Unido, además de prohibir a los arrastreros británicos atracar en los puertos franceses a partir de la medianoche del lunes.

Francia acusa a Londres de no respetar un acuerdo post Brexit sobre el acceso a los caladeros británicos. Este jueves culmina el plazo para encontrar una salida a un conflicto que podría dinamitar el pacto comercial alcanzado entre la UE y Reino Unido.

Hasta ahora, se han otorgado 35 licencias a barcos de pesca en la región de Hauts-de-France, en el norte de Francia, y el barco de Fontaine, el Sainte Catherine Labouré, es uno de los 45 barcos que todavía están esperando, según un recuento francés.

Las negociaciones de estos días son la última oportunidad para Fontaine, quien dice que no vale la pena continuar en la profesión sin una licencia para trabajar en aguas británicas. Este año ha visto caer sus ingresos en un 60% en comparación con años anteriores. “Ahora todos estamos pescando en la misma zona y cada vez hay menos porque vamos a por lo mismo, así que en algún momento no obtendremos nada”, dijo.

En el puerto de Boulogne-sur-Mer, el pescador Gaetan Delsart también se está preparando para ver cómo sus capturas nadan más allá de su alcance durante los próximos meses. Al igual que Fontaine, cuenta con que los dos países lleguen pronto a una solución para seguir trabajando.

“Creo que colgaré las llaves en menos de un año”, dice el hombre de 35 años, que perdió una licencia porque no tenía el equipo de rastreo aprobado instalado en su barco para demostrar que pescaba en aguas británicas antes de 2016, uno de los requisitos impuestos por Londres. Si tiene que vender, es pesimista, obtendría un precio decente porque, dijo, “¿quién compraría un barco sin licencia?”