Polémica

Macron cambió el color de la bandera de Francia hace un año, pero casi nadie se da cuenta hasta ahora

El presidente introdujo en las banderas de el Eliseo un azul marino en sustitución de un azul cobalto en un gesto a la Revolución Francesa

El secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, anuncia los nuevos ministros del Gobierno de Macron en el Palacio del Elíseo en París
El secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, anuncia los nuevos ministros del Gobierno de Macron en el Palacio del Elíseo en Paríslarazon

En ocasiones, un sutil cambio que pueda parecer desapercibido encierra una enorme carga simbólica. Esto es lo que lleva pasando desde hace algunos meses con el color azul de la bandera francesa. Desde hace tiempo, la presidencia de Emmanuel Macron ha ido oscureciendo la franja azul de la bandera tricolor de la República. A simple vista, un cambio paulatino que podría pasar desapercibido para la mayoría, pero que ha sido finalmente confirmado por el Elíseo esta semana.

La idea la tuvo un consejero muy cercano al actual presidente, Arnaud Jolens, director de operaciones del Elíseo. En el libro “Elysée Confidentiel”, publicado a mediados de septiembre por los periodistas Eliot Blondet y Paul Larrouturou, confiesa que visitó a Macron en su despacho en vísperas de la Fiesta Nacional de 2020, presentando dos banderas con las diferentes tonalidades de azul. “Valéry Giscard d´Estaing había cambiado este azul por razones estéticas durante el acercamiento a Europa, pero la bandera que todos los presidentes arrastran desde entonces no era la verdadera bandera francesa”, relata el libro que desarrolla la conversación entre Jolens y Macron.

La decisión final partió del propio Macron, quien escogió para las banderas tricolor que adornan el Elíseo el azul marino que evoca el imaginario de los héroes que lucharon durante la Revolución Francesa, así como tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, según indicaba el pasado lunes la presidencia. Este cambio supone el fin a 45 años de utilización de un azul más claro, adoptado en 1976 por Giscard d’Estaing y que seguirían utilizando sus sucesores hasta que Macron comenzó a introducir la tonalidad más oscura en algunos de sus discursos.

Pero lo cierto es que el historial de cambios sutiles en símbolos de la República para reactualizarlos a contextos no es algo nuevo. Por ejemplo, Giscard suavizó el azul como guiño a Europa e hizo ralentizar el himno nacional, la Marsellesa, para dotarlo de más solemnidad. Más recientemente, en 2018, el actual mandatario ya añadió al logo de la presidencia la cruz de Lorena, utilizada por la Francia Libre del general Charles de Gaulle durante su lucha contra la ocupación de la Alemania nazi.

El Elíseo decidió no comunicar sobre este nuevo cambio hasta ahora y no quiere imponerlo como obligación sino como una forma de “incitar” a otras instituciones. Por el momento la bandera con azul marino ondea en el Elíseo, la Asamblea Nacional o el Ministerio del Interior. La medida no es inconstitucional porque la Constitución solo estipula que la bandera nacional es azul, blanca y roja.

La bandera tricolor nació durante la Revolución Francesa de la combinación de los colores de la monarquía (el blanco) y de la ciudad de París (el azul y el rojo). Se colocaron las bandas en vertical para distinguirlas de la bandera holandesa que ya ondeaba desde hacía un siglo.

El coste de esta operación simbólica que ahora confirma la presidencia francesa a cinco meses de las elecciones ha sido de 5.000 euros y ha generado un debate relativo en el país. Algunos comentaristas y usuarios de redes sociales critican que un cambio simbólico pero trascendental se haya operado casi en secreto y por la simple decisión del presidente.