Propuesta

Estados Unidos y la UE evalúan las condiciones de Irán para reanudar el pacto nuclear

Teherán ha enviado a Bruselas sus “líneas rojas” para revivir el acuerdo atómico

El presidente iraní, Ebrahim Raisi
El presidente iraní, Ebrahim RaisiVahid SalemiAgencia AP

Irán informó este martes que mandó una “respuesta escrita” a la propuesta final emitida por la Unión Europea (UE) para reanudar el acuerdo nuclear con las grandes potencias. Si bien no se reveló el contenido del escrito, el régimen de los ayatolá sigue exigiendo mayores garantías para retomar el pacto firmado en 2015.

La agencia IRNA destacó que “siguen existiendo diferencias en tres cuestiones, y en dos de los casos EE UU se mostró flexible, pero se debe incluir en el texto final. El tercer punto se refiere a garantizar que el acuerdo continuará, algo que depende del realismo estadounidense”. Desde la toma de poder del presidente ultraconservador Ebrahim Raisi, Teherán ha acusado continuamente a Washington por los sucesivos retrasos para zanjar el acuerdo. Antes de su toma de posesión en 2020, Joe Biden avanzó su intención de reavivar el moribundo pacto, del que su predecesor Donald Trump se retiró en 2018.

El acuerdo original firmado en 2015 pretendía limitar el programa nuclear, con la intención de evitar que Teherán acabe obteniendo armamento nuclear y alejar así un posible choque a gran escala con Israel o Arabia Saudí, sus enemigos regionales. Irán se comprometió a desmantelar buena parte de su plan, así como aceptar el ingreso de inspectores internacionales a sus instalaciones de enriquecimiento de uranio. A cambio, Occidente se prometió relajar las sanciones económicas que estrangulan a la economía iraní.

La UE, que se erigió como principal mediador desde que Irán rechazara dialogar directamente con EE.UU., se limitó a comunicar que están evaluando la respuesta obtenida. “Estamos estudiando y consultando con los otros participantes del acuerdo para ver como proseguir”, señaló la portavoz europea Nabila Massrali. Josep Borrell, comisario de asuntos exteriores de la UE, mandó a Teherán la propuesta europea el pasado 26 de julio.

Desde la Casa Blanca, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, consideró que Irán ha estado emitiendo “demandas inaceptables” alejadas del texto original firmado en 2015. “Si pretenden desactivar las sanciones, deben alterar su conducta. En primer lugar, cambiar las actividades peligrosas que supusieron la imposición de las sanciones”, consideró.

Enriquecimiento de uranio cercano al 60%

En paralelo a las negociaciones, Irán ha impulsado su maquinaria nuclear en los últimos meses. El acuerdo original de 2015 establecía un límite de enriquecimiento de uranio a un grado de pureza del 3,67%, así como la limitación de acumular 300 kilos de uranio bajo constante supervisión internacional Sin embargo, actualmente enriquece uranio a niveles de pureza cercanos al 60%, algo inédito hasta la fecha. Ello supone estar a un solo paso de llegar al 90%, que permitiría la confección de bombas atómicas. Desde la retirada de Trump en 2018, las limitaciones quedaron en el limbo, así como la actividad de vigilancia de los inspectores internacionales.

Pese a que Teherán sigue insistiendo en que su programa nuclear es “pacífico”, Occidente y especialmente Israel consideran que Irán puso en marcha un programa organizado para lograr armas nucleares desde 2003.

Ante algunos rumores optimistas respecto a los últimos esfuerzos diplomáticos, el ministro de exteriores iraní Hossein Amirabdollahian puntualizó que “si los tres asuntos se resuelven (demandas iraníes), podremos lograr un acuerdo en los próximos días”. Y añadió: “nuestras líneas rojas deben ser respetadas, ya hemos mostrado suficiente flexibilidad”.

Una de las disputas centrales gira en torno a la demanda iraní de eliminar a las Guardias Revolucionarias de la lista de organizaciones terroristas de EE UU, una medida que impulsó Trump y que Washington no pretende deshacer. Pese a ello, la agencia IRNA aseguró que Washington aceptó verbalmente las otras dos demandas iraníes, sin especificar su contenido.

Si bien oficiales europeos se mostraron convencidos de que el acuerdo se acabará cerrando, desde Israel consideran que Teherán no aceptará un texto que no suponga una “mejora significativa” respecto al de 2015.