Histórico

La curiosa historia de Michel Lotito, el hombre que era capaz de comer cristales, bicicletas y hasta un avión entero

Apodado como Monsieur Mangetout, este hombre francés comenzó su adicción con 16 años para conquistar a una chica

Michel Lotito fue capaz de comer hasta nueve toneladas de metal a lo largo de su vida
Michel Lotito fue capaz de comer hasta nueve toneladas de metal a lo largo de su vidaYouTube

Los seres humanos tenemos aficiones que, en algunos casos, pueden ser muy extrañas o transformarse en vicios. Ludopatía, síndrome de Diógenes... más allá de padecer, por desgracia, enfermedades mentales o patologías que nos llevan a la obsesión, a veces hay historias que incluso superan la ficción. Un caso muy peculiar es el de Michel Lotito. Este hombre francés, natural de Grenoble, comenzó a comer trozos de vidrio y cristales a los 16 años.

La razón, según explicaba en varias entrevistas, era querer conquistar a una chica, con una forma peculiar que nadie pudiera igualarle y, así, poder estar con su amor platónico. Por supuesto, nunca lo consiguió. Pero con el tiempo, comenzó a cambiar su dieta, debido a esta extraña afición.

De esta forma, estuvo el resto de su vida comiendo, además de cristales, productos o materiales que encontraba en la basura y que, para las personas, no son comestibles o digeribles, además del peligro que supone ingerirlas. Tal fue el caso, que Lotito empezó a alimentarse de gomas, trozos de madera, fragmentos de bicicletas y todo tipo de cosas tóxicas y peligrosas.

También era capaz de comer zapatos, plásticos y hasta llegó a tragarse quince carritos de hacer la compra, dieciocho bicicletas, siete televisores y una cama. Y en el trascurso de dos años, consiguió comerse un avión (en concreto, un Cessna 150).

Fue apodado como Monsieur Mangetout (‘Señor Tragalotodo’) por los espectadores de programas de televisión a los que acudía, y aunque parezca increíble, nunca tuvo problemas de salud. Según contaban los medios, su secreto estaba en que ingería una buena cantidad de aceite mineral y mucha agua entre trozo y trozo de chatarra que podía comer. Se calcula que llegó a tragar unas nueve toneladas de metal durante su vida.

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando comes cristal?

La posibilidad de que una persona se come un trozo de cristal o vidrio por accidente (o adrede) siempre existe. Por ejemplo, si se rompe un vaso y cae sobre nuestra comida. Así, sin darnos cuenta, no solo estamos metiendo en nuestra boca los alimentos que ingerimos, sino también el cacho de este material. Una hipótesis que, por supuesto, tiene sus riesgos.

En primer lugar, es muy probable que se pueda dañar gravemente cualquier parte de la boca, la garganta, el estómago o los intestinos, produciendo sangre. La ingestión de vidrio suele pasar desapercibida por el tracto digestivo, debido a que no se trata de un producto digerible. En principio, tal como entra, puede salir al defecar.

No obstante, en algunas personas, puede causar dolor abdominal, flatulencias y distensión. Es posible que la persona que haya comida un trozo de cristal o vidrio, sin embargo, no sienta síntomas, por lo que no debería de preocuparse. De todas formas, es necesario acudir a un médico o a urgencias, para descartar cualquier posible consecuencia.

¿Qué es la hialofagia?

Sin embargo, existen personas que sufren de hialofagia, que es la obsesión de comer vidrio de forma voluntaria, consiente y como si se tratara de algo normal. Un trastorno que, por supuesto, es peligroso para la salud.

Esta práctica puede dañar l sistema digestivo e incluso el respiratorio, además de las consecuencias anteriormente mencionadas.