Misterio

Polonia, en alerta tras rescatar a tres buzos españoles junto a una infraestructura estratégica en el Báltico

El primer ministro Mateusz Morawiecki pide un informe ante las dudas sobre la identidad y el objetivo de los submarinistas que fueron rescatados en plena noche y bajo un gran temporal

El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki
El primer ministro polaco Mateusz MorawieckiCLEMENS BILAN / POOLAgencia EFE

En torno a la 1:53 de la madrugada del pasado sábado, tres buzos de nacionalidad española fueron rescatados en mitad del mar Báltico durante un temporal. El motor de la pequeña lancha que los transportada se había averiado a unos 8 kilómetros de la costa polaca, a la altura de la ciudad norteña de Gdansk, cerca de la región rusa de Kaliningrado y de las instalaciones estratégicas del puerto de la ciudad, que es el más grande del Báltico.

El misterio de los tres buzos españoles detenidos junto a instalaciones estratégicas de las aguas del Báltico que ha puesto en alerta a las autoridades polacas | Fuente: Trojmiasto
El misterio de los tres buzos españoles detenidos junto a instalaciones estratégicas de las aguas del Báltico que ha puesto en alerta a las autoridades polacas | Fuente: TrojmiastoLa Razón

Los tres buceadores trataron de arreglar el motor durante seis horas, pero no tuvieron éxito. Así que, cuando la situación se volvió desesperada, avisaron a los servicios de rescate polacos, quienes fueron rápidamente en su búsqueda. Al llegar al lugar, los buzos -por entonces al borde de la hipotermia- explicaron que habían ido allí a buscar ámbar.

Una respuesta poco convincente para las autoridades polacas, porque si bien es cierto que el Báltico es una de las mayores reservas de ámbar del mundo, las inmersiones nocturnas en las gélidas aguas del mar de Polonia, durante un temporal y sin el equipo adecuado no son nada comunes (ni recomendables).

La Policía polaca aseguró que los buceadores no disponían ni de los permisos para bucear ni para conducir la lancha, así como tampoco tenían contratados los seguros necesarios para realizar su “excursión”. Cuando fueron rescatados, su localización era muy cercana al puerto de Naftoport, considerado como una infraestructura crítica por las autoridades del país. Pero, pese a todo lo anterior, los tres hombres no fueron detenidos. Todo ello -además- cuando Polonia se encuentra bajo alerta antiterrorista.

El comportamiento de la Policía, que dejó libres a los “pescadores de ámbar” sin siquiera verificar su identidad es desconcertante para los medios del país; que recuerdan en varias ocasiones que ley antiterrorista de 2019 les habría permitido detener a los sospechosos en espera de una investigación que aclarase la situación.

El misterio de los tres buzos españoles detenidos junto a instalaciones estratégicas de las aguas del Báltico que ha puesto en alerta a las autoridades polacas | Fuente: rp.pl
El misterio de los tres buzos españoles detenidos junto a instalaciones estratégicas de las aguas del Báltico que ha puesto en alerta a las autoridades polacas | Fuente: rp.plLa Razón

Hay muchas especulaciones sobre la posible identidad de estos tres ciudadanos españoles y sobre las motivaciones que les empujaron a bucear en el Mar Báltico, de madrugada y sin las precauciones necesarias. Las hipótesis más sonadas en las redes sociales apuntan al espionaje ruso o a “un asunto de drogas”. Aunque la teoría del espionaje ruso y el ataque a una infraestructura crítica ya ha sido descartada por el periódico polaco Rzeczpospolita, que dio voz a fuentes cercanas a la investigación. Pese a todo, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha encargado un informe a los servicios de inteligencia del país para despejar incógnitas.

Según las averiguaciones de la prensa local, los hombres viajaron a Polonia en automóvil con matrícula española. Por lo que no utilizaron el avión, lo que habría facilitado su identificación. Los tres españoles compraron la lancha el día anterior, con un intérprete que -al parecer- no era polaco haciendo de intermediario. Se trataba de una embarcación que llevaba entre cinco y siete años sin utilizarse, por lo que no estaba inscrita en ningún registro oficial.

Y el hecho de haber estado tanto tiempo sin utilizarse tampoco daba las mejores garantías de que fuese a funcionar de una forma óptima. En cuanto al equipo de buceo, se trataba de trajes profesionales de muy buena calidad que habían alquilado en Gdynia, una población a una media hora de Gdansk. También llevaban consigo cuerdas, combustible y un patinete submarino diseñado para impulsar al buceador.