Delincuencia

Comienza el juicio contra el senador nigeriano acusado de tráfico de órganos

Ike Ekweremadu y su esposa fueron detenidos el pasado mes de junio por traer a un joven nigeriano a Londres con la intención de extirparle un riñón para trasplantarlo a su hija

Journalists try to take pictures of the inside of a prison van moving into the Old Bailey, the Central Criminal Court in London, Tuesday, March 16, 2021. Serving British police officer Wayne Couzens stands accused of the kidnap and murder of 33-year-old Sarah Everard, who went missing while walking home in south London on March 3. (AP Photo/Frank Augstein)
Journalists try to take pictures of the inside of a prison van moving into the Old Bailey, the Central Criminal Court in London, Tuesday, March 16, 2021. Serving British police officer Wayne Couzens stands accused of the kidnap and murder of 33-year-old Sarah Everard, who went missing while walking home in south London on March 3. (AP Photo/Frank Augstein)Frank Augstein

Uno se queja de lo que tiene en casa hasta que visita la del vecino. El mejor ejemplo es el del senador y ex vicepresidente del senado nigeriano, Ike Ekweremadu, que se pasó el juego de los descalabres políticos cuando fue detenido junto a su esposa en el aeropuerto de Londres, atención, bajo la acusación de tráfico de personas y tráfico de órganos. Ekweremadu, de 60 años, es senador del Partido Democrático Popular por el estado de Enugu y muy conocido en el panorama político nigeriano.

Según informó la policía metropolitana en el momento de su detención, en junio de 2022, Ekweremadu y su esposa habrían traído a un niño de 15 años de Nigeria para extraerle un riñón y trasplantarle luego el órgano a su hija. El juicio comenzó este martes ante un tribunal londinense y su caso tiene muchas más entresijos de lo que parece.

La policía británica fue puesta en alerta cuando el “donante”, David Ukpo Nwamini, acudió a una comisaría para informar de los hechos, luego de negarse a dar su consentimiento tras unas pruebas médicas preliminares en un hospital de Londres. Neamini había conseguido el visado para viajar a Reino Unido gracias a la intervención del senador Ekweremadu, que alegó frente a las autoridades consulares que el joven viajaría a Europa a raíz de una “investigación relacionada con el trasplante de órganos”. Esta coartada estuvo respaldada en todo momento por un médico amigo de la familia y que también fue detenido en el pasado mes de junio. Las primeras declaraciones policiales confirmaron que Nwamini se trataba de un sin techo de 15 años que había sido traído a Londres desde las bulliciosas calles de Lagos, Nigeria, lo que suponía, según la legislación británica en lo que respecta a la esclavitud moderna, un delito relacionado con el tráfico de niños, agravado hasta el extremo por el uso que se le pretendía dar: el de un recambio para la hija enferma del senador, Sonia, una joven de 25 años que también está acusada por estos chocantes delitos.

Glomeruloesclerosis focal y segmentaria

Sonia sufre de una enfermedad rara del riñón, conocida como glomeruloesclerosis focal y segmentaria, que afecta principalmente a la filtración de la sangre llevada a cabo por los riñones. La dolencia es grave, ya que puede derivar en una insuficiencia renal y sólo puede tratarse con una diálisis permanente o un trasplante de riñón. La propia Sonia difundió antes de los hechos un comunicado donde pedía ayuda a la comunidad de Instagram: “Apelo a quien sea para que me asista voluntariamente con una donación de riñón, en el nombre de Dios”. Especificaba que “según las leyes de Inglaterra y Gales, la donación de órganos debe ser consecuencia de la compasión, sin ninguna recompensa económica”. Sonia no compareció el martes ante los tribunales, previa la presentación de un informe psicológico indicando que no está en condiciones para ser juzgada.

Está por ver si su padre ofreció dinero al joven Nwamini para que le donase un riñón a su hija. Que, por cierto, el senador todavía mantiene su asiento en el Senado de Nigeria y su sueldo como tal, lo cual ha motivado no pocas protestas. La última de estas protestas tuvo lugar el mismo día que comenzó el juicio, cuando una multitud se congregó frente a los juzgados para reclamar la dimisión del acusado de su cargo político.

El caso no hizo sino complicarse cuando los documentos de identidad del “donante” demostraron que no tenía 15 años, tal y como se pensaba en un inicio, sino 21. Sin embargo, y dado que el senador participó en la emisión del pasaporte de Nwamini, podría ser que la edad se hubiera falseado con el fin de evitar mayores represalias en el caso de ser descubiertos. Tanto Ekweremadu como su esposa permanecen en prisión sin fianza por el temor del tribunal a que intenten escapar.