Idioma oficial

El «America First» llega también al inglés en EE UU

La declaración de Trump como idioma oficial implica alterar tradiciones que no se habían tocado en 250 años

(Foto de ARCHIVO)February 7, 2025, Washington, District Of Columbia, USA: United States President Donald J Trump participates in a news conference with Prime Minister of Japan, Shigeru Ishiba at the White House in Washington, DC, February 7, 2025Europa Press/Contacto/Chris Kleponis07/02/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN
La web de la Casa Blanca también ha dejado de publicar información en españolCONTACTO vía Europa PressEuropa Press

La búsqueda del «American First» de Donald Trump no tiene límites y llega a lugares insospechados, incluso a tradiciones que no se habían tocado en 250 años. El presidente estadounidense ha declarado el inglés como la lengua oficial del país, lo hizo un día de fin de semana, sin que se le diera mucho seguimiento en los medios de comunicación más allá de la curiosidad inicial por esta orden ejecutiva. Sobre todo porque ¿no era ya el inglés el idioma oficial del país?, se preguntaron muchos. Qué significa exactamente esta nueva orden, y lo más importante, por qué «con la que está cayendo» el mandatario le dedica tiempo a un aspecto que, en principio, no parece prioritario en Estados

Unidos.

Sin embargo, lo es, y mucho. Para empezar la página web de la Casa Blanca que permite estar informado acerca de las decisiones que se toman en el país, ya está en un solo idioma, el inglés.

Trump aseguró que su orden ejecutiva «reforzaría los valores nacionales compartidos y crearía una sociedad más cohesionada y eficiente», y justificó su decisión asegurando que los fundadores de EE UU crearon la Constitución de 1787 en inglés, pero eso no es del todo cierto. Después de redactarse, se imprimieron copias en otros idiomas como el holandés y el alemán para algunos de los habitantes de Nueva York y New Jersey.

Ya desde sus inicios, el país norteamericano fue un lugar que recibía con los brazos abiertos a miles de inmigrantes, y con los años, la historia le acabó dando una reputación de territorio santuario al que no han dejado de llegar extranjeros en busca de una vida nueva, buscando cobijo o simplemente persiguiendo el famoso sueño americano. Quizás por eso se hablan en todo el país alrededor de 350 lenguas distintas, según la Oficina del Censo, siendo las más comunes el español, el chino, el tagalo, el vietnamita y el árabe.

Casi el 80% de la población estadounidense habla solo inglés, y a pesar de que, desde hace mucho tiempo, a los inmigrantes se les exige pasar una prueba de idioma para convertirse en ciudadanos estadounidenses, el examen es tan sencillo que cuando salen de la entrevista para recibir la ciudadanía regresan automáticamente a su idioma original. De hecho, un 20% de la población utiliza un segundo idioma para comunicarse en su casa.

Declarar el inglés idioma oficial del país supone, además, que las organizaciones y agencias públicas no estarán obligadas a facilitar la información en cualquier otra lengua que no sea el inglés. A menos que las entidades decidan invertir dinero en las traducciones, en los hospitales solo se publicará la información y se hablará en una lengua, igual que en las escuelas públicas.

Adiós a la educación bilingüe con el impacto psicológico que esto puede suponer para muchos jóvenes cuyos padres solo hablan su idioma nativo de otro país. Por no hablar de las barreras que se levantarían a la integración académica de estudiantes de familias inmigrantes. En caso de desastre natural, la información sobre dónde están ubicados los refugios, por ejemplo, o dónde acudir en caso de necesitar ayuda solo se facilitaría en el idioma oficial, y quien no lo entienda puede estar jugándose la vida. «En momentos críticos, cada segundo cuenta. Si la información no es comprensible para todos, podrían ponerse en riesgo muchas vidas», advirtió en un comunicado el Centro Nacional de Leyes de Inmigración. Son solo algunos ejemplos extremos, pero reales.

La orden ejecutiva de Trump tira por tierra un mandato firmado por el expresidente Bill Clinton en el año 2000 que requería a cualquier entidad que recibiera dinero federal proporcionar documentos traducidos, de ahí que, hasta ahora, muchas comunicaciones federales, como cartas del seguro médico gubernamental para personas de avanzada edad o con limitado poder adquisitivo, vengan traducidas en varias lenguas distintas.

Antes del decreto de Trump ya existían 30 Estados que habían establecido el inglés como idioma oficial, incluyendo California, pero esto es peligroso, aseguran los expertos, porque podría excluir a quienes hablan otro idioma.

Esta cruzada de Trump contra la riqueza que aportan los idiomas y las lenguas es otra derivada de su lucha contra la diversidad y la libertad en la cultura. De hecho, en los últimos días la tensión ha ido en aumento por el pulso con la Universidad de Harvard, que ha rechazado plegarse a las decisiones del presidente y ha recibido como castigo la retirada de subvenciones. Además, el Servicio de Impuestos Internos (IRS, en inglés) estudia ya si eliminar también la exención de pagar impuestos a la Universidad de Harvard, según adelantan varios medios como CNN, «The Washington Post» y «The New York Times», que citan distintas fuentes anónimas cercanas al asunto.