Análisis

“Las elecciones en Colombia fueron un gran éxito desde el punto de vista democrático”

El analista político y abogado colombiano Rodrigo Pombo analiza para LA RAZÓN una primera vuelta electoral exitosa que, según él, “ha disipado el susto y el fantasma del fraude y la corrupción”

El candidato presidencial Gustavo Petro (centro) frente a sus partidarios en la noche de las elecciones en Bogotá, Colombia
El candidato presidencial Gustavo Petro (centro) frente a sus partidarios en la noche de las elecciones en Bogotá, ColombiaFernando VergaraAgencia AP

Tras los resultados de la primera vuelta en Colombia, el próximo 19 de junio, tendrá lugar la segunda ronda entre los dos candidatos más votados: Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. El primero de los candidatos obtendría un 44,9 por ciento de votos en la segunda vuelta, mientras que su rival, Hernández, lograría un 41 por ciento de apoyo, según una encuesta elaborada por el Centro Nacional de Consultoría para la revista colombiana ‘Semana’.

El experto Rodrigo Pombo analiza para LA RAZÓNuna primera vuelta electoral exitosa que, según él, “ha disipado el susto y el fantasma del fraude y la corrupción”.

-Después de esta primera vuelta electoral, ¿cree que Colombia ha ratificado la solidez de su sistema democrático tras las preocupaciones y los discursos de fraude atizados durante la campaña?

La fragilidad del sistema electoral colombiano recientemente demostradas en las pasadas elecciones del 13 de marzo de 2022 pues siguen pasándole factura a la democracia colombiana, a su seriedad, a su solidez y a la tranquilidad que le debe ofrecer el juez arbitral a los agentes políticos y a la comunidad en general. Sin embargo, las elecciones de ayer fueron calmadas, fueron un gran éxito desde el punto de vista democrático y de alguna manera legitimó los resultados.

Todos quedaron tranquilos, reconocieron los resultados y entendieron que los escrutinios arrojados por las autoridades institucionalizadas en Colombia son válidos y legítimos. De tal manera que se ha disipado en gran medida el susto y el fantasma del fraude y la corrupción. Eso genera tranquilidad en un pueblo que está sumergido en un conflicto armado que utiliza cualquier excusa política para usar la violencia.

-A pesar de que los comicios transcurrieron en completa calma y fue un triunfo de la democracia, parece que la nota negativa este domingo la puso el asesinato de Nelly Bedoya, jurado de votación, tras un ataque de disidencias de las FARC, ¿cierto?

Sí, tristemente se siguen presentando algunos problemas como en cualquier Estado democrático. La diferencia con otras democracias es que Colombia se encuentra inmerso en un conflicto armado pavoroso, que tiene distintos grupos armados al margen de la ley, distintos grupos terroristas nacionales y extranjeros. Es una multinacional del terror que pasa su cuenta de cobro.

Sin embargo, frente a la cantidad de mesas de votación, al flujo de gente que salió a votar y a nuestra historia reciente creo que el saldo es altamente positivo. En términos generales, hubo problemas por el clima, por delitos electorales y algunos pocos por cuestiones de orden público, pero fue absolutamente menor. El Gobierno de Ivan Duque estuvo a la altura en mantener el orden público y eso no se puede negar.

-El ingeniero Rodolfo Hernández se ha marcado como objetivo duplicar sus votos hasta los 12 millones en la segunda vuelta para gobernar y así “limpiar de una vez por todas del Gobierno nacional a los ladrones”. ¿Cree que lo conseguirá?

Es muy posible que Hernández, en el caso de que no genere algún escándalo en las tres próximas semanas y se mantiene alejado de los debates y no se mete a confrontar directamente las ideas y se concentra en su mensaje efectivista, logrará entre 10,5 a 12 millones de votos. Es la sumatoria de los cinco millones de votos que sacó Federico Gutiérrez, que creemos que el 90%-95% son votos por cierto antipetristas, con lo cual se irían a respaldar la candidatura de Hernández más algunos pocos de los casi un millón de votos que sacó Sergio Fajardo, unos 200.000-300.000, más los 300.000 votos que sacaron los cristianos y el Movimiento de Salvación Nacional. Eso da básicamente una victoria relativamente importante cercana al 5% de las votaciones efectivas.

-Por su parte, el ex revolucionario Gustavo Petro asegura que su victoria en la primera vuelta supone el fin del uribismo y promete “un cambio de verdad”. ¿Cuáles son las claves ahora para que el candidato de izquierdas logre la victoria final?

En Colombia, casi todos los candidatos eran proclives a las doctrinas socialistas del siglo XXI, las más radicales y fanáticas que encabezan el Pacto Histórico y de su líder Gustavo Petro, u otras más socialdemócratas como las de Sergio Fajardo, los hermanos Galán, Íngrid Betancourt, Rodolfo Hernández y todos los que estuvieron al otro lado de la centro-derecha, la derecha, las ideas libertarias, las conservadoras y las demócrata-cristianas.

Esa es la realidad electoral e ideológica que compone a día de hoy Colombia. Casi el 60% del Congreso está compuesto por socialistas o socialdemócratas, tienen la mayoría pues. A día de hoy, en Colombia nos encontramos ante una izquierda de cambio contra una izquierda radical de cambio, y como esa es la realidad actualmente pues el discurso de los fanáticos quedó sin fundamento porque el discurso de Petro era el de acabar con una izquierda tradicional representada fundamentalmente por el uribismo y, de alguna manera, después de muchos esfuerzos judiciales, políticos y culturales, lo han logrado después de 20 años.

De tal manera que a día de hoy tenemos una izquierda fanática sin base ideológica porque su objetivo principal era acabar con el uribismo y en buena o mala hora lo han logrado. En cambio, en otro populismo, se encuentra la izquierda socialdemócrata que no abrazó las armas, el fanatismo y el rigor de la violencia. Se trata de un populismo muy indescifrable porque procede de un empresario que está cansado por su avanzada edad, que no tiene equipo ni programa, pero a pesar de ello pretende llevar a cabo grandes cambios en el sistema capitalista, y eso es lo preocupante.

Rodrigo Pombo es analista político y abogado colombiano