Anfitrión

Biden organiza la IX Cumbre de las Américas sin contar con las naciones de los “dictadores” del hemisferio

El encuentro entre líderes del continente americano no empezaba, sin embargo, exento de polémica y con muchas ausencias

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe BidenYuri Gripas / POOLAgencia EFE

La IX Cumbre de la Américas reúne esta semana en Los Ángeles a los jefes de Estado y de Gobierno de todo el hemisferio para enfocarse en desafíos grandes comunes, tales como “la prosperidad económica, el cambio climático, la crisis migratoria y la pandemia de COVID19″, adelantaba la Casa Blanca pocas horas antes del viaje del presidente de Estados Unidos a la otra costa del país.

El encuentro entre líderes del continente americano no empezaba, sin embargo, exento de polémica. Algunas sonadas ausencias por falta de invitación del país organizador provocaban la cancelación de última hora del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como muestra de su malestar por no querer integrar a todas las ideologías de la región.

Pero Biden, como anfitrión de esta edición del encuentro, que se organiza cada 3 o 4 años, quiso dejar claro al trasladar las invitaciones que no todos serían bienvenidos a la cita. Tras semanas de especulación e incertidumbre en torno a los países que quedarían descartados, finalmente ni Cuba, ni Nicaragua ni Venezuela recibieron el visto bueno de la Administración estadounidense para participar en la Cumbre de las democracias con el resto de los líderes del hemisferio.

“No creemos que los dictadores deban ser invitados”, justificó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ante la polémica decisión, apuntando a su historial contra los derechos humanos y su falta de espacio democrático en una cita que pretende fomentar esos principios. Aún así, AMLO visitará a Joe Biden en la residencia presidencial el mes que viene.

Las voces críticas a la señal de imperialismo estadounidense y falta de voluntad de abordar de frente los problemas complejos del continente no se hicieron esperar. Y el boicot tampoco. Ni México ni, como consecuencia, los líderes de El Salvador, Honduras y Guatemala, asistirán a la Cumbre de Biden. Enviarán, en su lugar, a sus cancilleres como señal de protesta.

Decisión que, además, deja en entredicho la falta de entendimiento entre las naciones centroamericanas y la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, asignada personalmente por Biden para abordar las causas y paliar los efectos de las consecuencias de la llegada de inmigración ilegal al país.

El Salvador, Honduras y Guatemala, junto con México, representan el 66% de la migración ilegal en la frontera de Estados Unidos, pero la relación de Harris con los gobiernos del Triángulo del Norte no ha sido tan fluida ni ha avanzado por ahora en soluciones que al presidente Joe Biden le hubieran ayudado a mejorar la crisis migratoria de la frontera y, con ella, su popularidad de cara a las decisivas elecciones legislativas de noviembre.

Nada más lejos de la realidad, con el tema de la migración ilegal de fondo en la lucha bipartidista, el problema lejos de disminuir aumenta. De hecho, la IX Cumbre de las Américas coincide en California con la llegada de una nueva caravana con miles de migrantes que se dirigen al norte de México.

Biden se ha visto obligado este año a abordar la crisis mundial por el conflicto de Rusia en Ucrania creando estrechos vínculos con sus socios y aliados europeos, pero según funcionarios de su Gobierno el presidente de Estados Unidos tiene un interés genuino en las naciones vecinas del continente y está decidido a enfocar parte de sus esfuerzos en la devastación económica, el comercio y la desestabilización política y social del hemisferio.

Se espera que la agenda de Biden en Los Ángeles, además de las palabras de apertura y clausura, así como reuniones con sus homólogos regionales, también incluya una serie de anuncios importantes encaminados a abordar temas trascendentales de interés conjunto como la “desigualdad, salud, clima y seguridad alimentaria”, confirmó la portavoz de la Casa Blanca. “Estados Unidos sigue siendo la fuerza más poderosa para impulsar acciones hemisféricas que aborden los desafíos centrales que enfrentan los pueblos de las Américas. Y el presidente sigue siendo un líder en el hemisferio”, añadió Jean-Pierre.

Será también la primera vez que Joe Biden y Jair Bolsonaro se vean las caras. Un esperado encuentro tras las buenas relaciones del presidente de Brasil con el predecesor de su homólogo estadounidense, Donald Trump, y sus elogios mutuos en múltiples decisiones políticas conflictivas, tachadas en su día de populistas. La primera dama Jill Biden acompaña a su marido a la Cumbre de Los Ángeles, en la que tienen previsto permanecer el miércoles, jueves y viernes de esta semana.