Cámara Baja de EE UU

La división interna lleva al Partido Republicano al caos

El congresista conservador Kevin McCarthy pierde su sexta votación para convertirse en el presidente de la Cámara de Representantes por la oposición de una minoría del ala dura

Kevin McCarthy, el candidato de los republicanos a la presidencia de la Cámara de Representantes de EE UU, volvió a naufragar este miércoles a pesar de la intervención a su favor de un furioso Donald Trump. Un grupo minoritario de su propio partido votó por sexta vez en contra del propio aspirante elegido por los conservadores para ocupar la presidencia de esta cámara, lo que automáticamente le colocaría como tercera máxima autoridad del país por detrás del presidente y la vicepresidenta.

El líder republicano volvió a recabar, como en las dos votaciones anteriores del día de ayer, 201 votos. Para convertirse en el presidente de la Cámara de Representantes necesita la mayoría simple de todos los presentes en el momento de la votación, es decir, 218 votos, aunque el umbral puede bajar si alguno de sus miembros se ausenta. El martes, McCarthy solo logró 203 votos de los suyos dando lugar a un escenario inédito. La última vez que los republicanos no fueron capaces de ponerse de acuerdo para elegir al «speaker» fue hace más de cien años. El reglamento no contempla otra alternativa a que se siga repitiendo votaciones hasta que alguien logre la mayoría necesaria.

Podrían pasar días e incluso semanas si no hay un pacto entre los republicanos. De momento, la Cámara Baja estadounidense decidió aplazar a las 12.00 hora local de este jueves la séptima votación de su nuevo presidente.

El ala dura de los conservadores negoció durante horas con McCarthy, que ofreció varias concesiones para salvar su candidatura. El aspirante, congresista por California, contaba con el apoyo del ex presidente Donald Trump, que «quiere ver a los republicanos unidos para poder lograr exactamente las cosas que dijimos que haríamos». McCarthy perseveró y no tiró la toalla, asegurando que no iba a dimitir hasta conseguir el puesto. Las turbulencias en la Cámara de los Representantes para elegir a su presidente pueden ser un anticipo de los problemas que se avecinan dentro de las filas republicanas, que han comenzado el año sumidos en la división. La preocupación por el caos inicial ha alertado incluso a los conservadores del Senado, que temen que el Partido Republicano sea más frágil y esté más dividido a medida que se aproxima la gran batalla electoral de 2024.

El grupo que bloqueó la elección de McCarthy representa el ala más dura del partido conservador. Se les denomina Freedom Caucus o Grupo por la Libertad y juntos no suman más de 5% de los votos de la Cámara Baja. Sin embargo, con sus exigencias han sido capaces de bloquear el Capitolio justo cuando se cumplen dos años de la irrupción de una turba de exaltados en la sede del Congreso en Washington en una hecho insólito y gravísimo que fue objeto de una investigación en la Cámara en la que se pidió que se imputara a Trump por liderar una conspiración contra la democracia norteamericana. El expresidente de esta cámara, el republicano John Boehner, se refirió una vez al Freedom Caucus como «terroristas legislativos». Otros compañeros les han calificado en privado en las últimas horas como «talibanes».

Los analistas estadounidenses han mostrado su inquietud ante la posibilidad de que el caos en el Partido Republicano acabe afectando a la estructura financiera mundial este otoño, cuando el Congreso someta a votación subir el techo de la deuda. No es descartable que esta facción extremista de los republicanos vuelva a poner contra las cuerdas a la Cámara de Representantes negándose a apoyar un aumento de la deuda.

Antes de las elecciones de mitad de mandato de noviembre del año pasado, los conservadores veían esta cita como una gran ocasión para lograr grandes mayorías con las que poder gobernar de cara a las aspiraciones de retomar el control del Senado y de la Casa Blanca en 2024. Sin embargo, no fueron capaces de ganar el Senado, donde tienen 49 asientos frente a 51 de los demócratas; mientras que en la Cámara Baja sí que vencieron los republicanos, pero con un margen estrecho que debilita su fuerza en el Capitolio.

Los republicanos tienen como objetivo torpedear en la medida de lo posible la agenda legislativa de Joe Biden, quien calificó de «vergonzoso» el bloqueo de la elección del «speaker». La Casa Blanca quiere centrar sus esfuerzos en un programa que incluye la ampliación del seguro médico para los más desfavorecidos y el acceso a la vivienda para los jóvenes, así como la prohibición de las armas de asalto. «El objetivo del presidente será reconstruir la economía desde abajo hacia arriba», dijo recientemente la secretaria de prensa de la Casa Blanca, quien añadió que Biden buscará proporcionar espacios para una agenda bipartidista.

Biden tilda de “vergonzoso” el bloqueo

El presidente de Estados Unidos ha tildado este miércoles de “vergonzosa” la situación de bloqueo en la Cámara de Representantes después de que la votación haya sido repetida en hasta seis ocasiones por la falta de consenso en el lado republicano.

Somos el país más grande del mundo. ¿Cómo puede ser eso? Y ya hemos tenido muchos problemas con los ataques a nuestras instituciones”, ha recordado Biden, agregando que “obviamente” está preocupado por el bloqueo en la Cámara, según ha informado la cadena CNN.

Asimismo, el mandatario estadounidense también se ha pronunciado más pronto en la misma jornada de este miércoles, asegurando que el retraso en la elección es “bochornoso”. “El resto del mundo está observando”, ha afirmado Biden, en unas declaraciones ante los medios en las que, sin embargo, ha evitado valorar las discrepancias internas en sus rivales políticos. “No es mi problema”, ha dicho.