Ucrania

Biden culpa a los republicanos de la retirada ucraniana de Avdivka

Los congresistas más conservadores amenazan la ayuda militar de 60.000 millones de dólares para Ucrania

A Ukrainian self-propelled artillery vehicle Gvozdika fire towards the Russian positions on the frontline in the Donetsk region, Ukraine, Friday, Feb. 16, 2024. (Roman Chop via AP)
Soldados ucranianos disparan su artillería contra posiciones rusas en DonetskASSOCIATED PRESSAgencia AP

Cuando están a punto de cumplirse dos años de la invasión rusa de Ucrania, el retraso en la ayuda militar por parte de Estados Unidos podría inclinar la balanza hacia el lado de Moscú. El presidente Joe Biden le ha asegurado a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en una llamada telefónica que «confiaba en que obtendría ese dinero» que tanto espera, pero es el Congreso quien debe tomar ahora la decisión y la cosa no pinta bien. El sábado, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, dijo que la retirada de Ucrania de la ciudad oriental de Avdivka, la primera gran pérdida del país desde la caída de Bajmut en mayo del año pasado, era «el coste de la inacción del Congreso». Un mensaje que secundó el secretario de Seguridad Nacional, John F. Kirby, asegurando que los problemas de Ucrania en Avdivka se debían a la escasez de su arsenal de municiones de artillería.

El Senado, de mayoría demócrata, aprobó el pasado martes un paquete de ayudas de 95.300 millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwán. De esta cifra, 60.000 millones están destinados sólo a Ucrania, y de ellos, 14.000 millones permitirían al país un rearme militar importante gracias a la compra de armas y municiones en un momento crítico de la contienda. Otros 15.000 millones de dólares se invertirían en entrenamiento militar e intercambio de inteligencia y el resto está pensado para al sector privado (1.600 millones), y sobre todo para reponer al Ejército ucraniano. El trumpismo ha puesto en el punto de mira a los senadores que votaron «sí».

Los números están hechos y el momento es crítico, pero el proyecto de ley se encuentra bloqueado en la Cámara de Representantes, que está controlada por los republicanos y no parece que vayan a dar su brazo a torcer. Sus condiciones son claras, quieren ayudas y planes que aumenten la seguridad en la frontera sur del país o no hay trato. Es «el tema más apremiante que enfrenta nuestro país», insiste el presidente republicano de la Cámara Baja, Mike Johnson.

Biden no lo ve igual. Cree que la negativa a no aprobar esta ayuda es «hacerle el juego a Putin» y que sería «absurdo» y «poco ético» que los legisladores no aprobaran un nuevo paquete de ayuda militar, porque eso es «contrario a todo lo que somos como país». «Así que voy a luchar hasta que consigamos las municiones que necesitan y la capacidad que necesitan para defenderse», añadió el mandatario estadounidense.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que se ha reunido en Múnich (Alemania) con Zelenski en el marco de la anual Conferencia de Seguridad, acusa a los republicanos de «astucia política». Por su parte, el líder ucraniano tiene fe en «la sabia decisión del Congreso de Estados Unidos». Pero lo cierto es que sus integrantes no están por la labor, y, de hecho, han decidido tomarse un descanso hasta el 28 de febrero. Una decisión que el portavoz de EE UU, Andrew Bates, ha lamentado tachándola de huida «para disfrutar de unas vacaciones anticipadas».

La propuesta de ayuda enfrenta el ala más dura republicana, los alineados con el expresidente Donald Trump, candidato favorito del partido, que se niega a que 60.000 millones de esa ayuda se destinen sólo a Ucrania. Los miembros del MAGA presionan a Johnson para que no apruebe ningún apoyo más a Ucrania, y el líder de la Cámara Baja ha comentado en sus círculos más íntimos que va a redactar su propio proyecto de ley, pero no cree que comience a hacerlo hasta el próximo mes.

Demasiada espera cuando el tiempo apremia y Europa empieza a ponerse cada vez más nerviosa. Sobre todo, después de que Trump amenazara durante un mitin de campaña con abandonar a los países de la OTAN a su suerte con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Si bien es cierto que muchos en el Congreso ven a Putin como una amenaza global, el ala derecha más extremista cada vez se está polarizando más en este sentido, como se pudo apreciar en las muestras de admiración recogidas tras la entrevista que hizo recientemente el presentador conservador estadounidense Tucker Carlson a Putin en Moscú.

Ni siquiera la repentina muerte del mayor opositor ruso, Alexei Navalni, ha impulsado un compromiso por parte de los republicanos de la Cámara de Representantes, lo que da una idea de hasta que punto podrían paralizarse las ayudas al pueblo ucraniano.