Ampliación

Bruselas presenta una descafeinada reforma institucional

La Comisión Europea propone que los países candidatos puedan entrar en el mercado común antes de la adhesión

El vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, durante una rueda de prensa sobre el Brexit este miércoles en Bruselas
El vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, durante una rueda de prensa sobre el Brexit este miércoles en BruselasPOOLREUTERS

Bruselas mira en el espejo retrovisor cómo, en un futuro más cercano de lo que parece, el club comunitario puede acabar albergando una treintena de miembros, lo que hace indispensable reformar la casa común pensada para un número de socios mucho menor. Con la mirada puesta en Ucrania, Moldavia y los países de los Balcanes Occidentales, la Comisión Europea ha presentado una primera hoja de ruta en la que propone que los países candidatos puedan unirse gradualmente al mercado único, aunque oficialmente no pertenezcan todavía al club europeo siempre y cuando el proceso esté basado en el mérito.

“La ampliación es una inversión geoestratégica que aumenta el peso político y económico de la UE en el escenario mundial”, ha asegurado el vicepresidentes encargado de Relaciones Institucionales y Previsión, Maros Sefcovic, al presentar esta comunicación.

Una iniciativa que va en la misma línea que las ideas presentadas por países como Alemania, Francia y Portugal. A pesar de esto, la Comisión Europea quiere evitar que este plan cristalice en una Europa a la carta, en la que cada miembro potencial pueda decidir qué partes de la Unión Europea elige sin hacer frente a las obligaciones derivadas de la pertenencia al club. Por eso, corresponderá a las capitales europeas establecer los diferentes pasos y los deberes que contrae el país candidato según se va acercando paulatinamente al proceso de integración europeo. El documento, que todavía no es una propuesta legislativa, analiza las implicaciones para el presupuesto, la gobernanza, los valores y la políticas.

El otro punto de este plan consiste en hacer cambios a la regla de la unanimidad que rige para la adopción de ciertos ámbitos como fiscalidad y política exterior. Un modus operandi que a menudo supone que un solo país pueda bloquear la adopción de un paquete legislativo y que esto se convierta en una arma de chantaje político, como ha sucedido en los último años con los vetos de la Hungría de Viktor Orban.

Bruselas propone que, sin tener que recurrir a una complicada e incierta reforma de los Tratados, se puedan apelar a una serie de “pasarelas” ya incluidas en la legislación europea para terminar con esta regla de unanimidad. Esta idea no es nueva y ya fue planteada por el anterior presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. La iniciativa quedó en punto muerto, ya que para cruzar estas “pasarelas” se necesita la unanimidad de las capitales, lo que no fue posible de alcanzar. Consciente de esto último, el texto presentado este miércoles pide incrementar el número de votaciones por mayoría cualificada, pero con salvaguardas para los intereses nacionales considerados estratégicos.

Aunque este debate será uno de los puntos fuertes del previsible segundo mandato de Ursula von der Leyen al frente del Ejecutivo comunitario, la presentación de este plan se ha realizado con un tono sorprendentemente bajo y después de que se haya retrasado varias semanas. Todo indica que las reticencias de muchas capitales a la Ampliación debido a sus repercusiones económicas ha propiciado esta estrategia en vísperas de los comicios europeos del mes de junio. La entrada de Ucrania podrá condicionar el reparto de las ayudas agrícolas y puede que todos los Países del Este se conviertan en contribuyentes netos ( aporten más del dinero que reciben al presupuesto comunitario).