Cargando...

Chile

"Chile demuestra que el centro derecha es capaz de conciliar crecimiento con protección social"

Teodoro Ribera, tras la entrevista en Madrid larazon

Teodoro Ribera (1958), ministro de Justicia desde 2011, ha ejercido como abogado constitucionalista y como profesor en varias universidades chilenas. Es un hombre de carisma, amante de la conversación. Ha visitado Madrid estos días para reunirse con catedráticos, abogados y jueces españoles de cara a la reforma del código procesal civil en Chile. En esta entrevista concedida a LA RAZÓN se muestra convencido de que el Gobierno de centro derecha de Sebastián Piñera tendrá el respaldo para una reelección en las elecciones presidenciales de noviembre de 2013 a pesar del batacazo electoral cosechado en los recientes comicios locales y de unas encuestas que dan a la coalición gobernante, la Alianza, cinco puntos de desventaja frente a la Concertación. Asegura que el éxito de su Gobierno ha sido conjugar las cifras macroeconómicas -se han creado 700.000 empleos- con la protección social.

-¿Los resultados de las elecciones municipales son extrapolables a las presidenciales del próximo año?

-Los resultados fueron una sorpresa para todos, porque contradecían a las encuestas, que daban apoyo al Gobierno en menoscabo de la oposición. Esto en parte debe atribuirse a que se modificó la ley electoral y el sufragio, que pasó de obligatorio a voluntario. Sin embargo, la diferencia entre lo que obtuvo la oposición y el Gobierno mantiene a ambas fuerzas en carrera para la elección presidencial. Mientras que en las municipales no había grandes temas de discusión, en las presidenciales sí se van a plantear temas más relevantes en el campo social, económico y político. Tener un país como Chile abierto al mundo, con una crisis global que se prolonga, con un crecimiento en el país del 5%, un paro del 6% y una inflación del 3% son aspectos que terminarán siendo valorados por las personas, ya que son parte del éxito del liderazgo que ha ejercido el presidente Piñera. No ha sido el azar, hemos generado una política de confianza, de inversión y de desarrollo. Y lo más relevante es que estas políticas han sido generadas por un Gobierno de centro derecha, que ha logrado tener no solamente buenos resultados macroeconómicos sino reducir porcentualmente los niveles de pobreza, incrementar los beneficios sociales de los trabajadores, aumentar la protección de la mujer, los niños y la familia. En definitiva, ha demostrado que el centro derecha es capaz de conciliar crecimiento económico con protección social.

-Las encuestas dan un triunfo claro a la candidatura de la ex presidenta Michelle Bachelet (ahora directora de la ONU Mujeres en Nueva York) como candidata de la izquierda en las elecciones presidenciales.

-Bachelet es un candidata ausente hoy día. Cuando ella aterrice en Chile, si es que lo hace, tendrá que enfrentarse a una disyuntiva no menor de decidir cuál es su proyecto político, cuáles son sus aliados y cuál es su plan económico. Hoy día representa una visión quimérica alejada de la realidad. Ella llegará a un país diametralmente distinto al que le tocó gobernar, con un mundo en crisis, incluida Latinoamérica. Esos elementos requieren visiones de Estado muy profundas, capacidades técnicas muy desarrolladas, que son las que ha tenido el presidente Piñera más allá de este incordio de generar o no simpatías entre el electorado.

-¿Qué ha aprendido el Gobierno chileno de las protestas universitarias?

-Después de veinte años de sistema democrático, la derecha accedió al poder y eso conllevó necesariamente un proceso de aprendizaje. Este Gobierno ha tenido una parte de la oposición que le ha negado fuertemente el derecho a gobernar y ha procurado a través del control de la calle condicionar la voluntad democrática. Han salido a la luz problemas generados por otros gobiernos, como el de las universidades públicas. Para solucionar problemas así no siempre hemos encontrado el apoyo de una oposición que pudo ser más participativa. No ha sido fácil gobernar. A la Concertación, después de 20 años de gobierno, le ha costado asumir un rol más constructivo.

-Chile puede perder territorio marítimo si la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya falla próximamente a favor de Perú en un litigio fronterizo. ¿Es optimista ante el fallo de la CIJ?

-Hay dos convenios de los años 1952 y 1954 que establecen que el límite marítimo de Chile y Perú se traza con el paralelo. Con posterioridad, los dos países pusieron dos torres de enfilamiento para determinar exactamente el límite con el fin de evitar una imprecisión desde alta mar. Si uno mira documentos internacionales referentes a la navegación marítima y aérea, se ve que todos asumen como una verdad indiscutible que el límite marítimo es el paralelo. Bajo esa perspectiva, es decir, normas de derecho más práctica internacional, no cabe duda de que Chile tiene la razón. Pero cuando una situación así se transforma en un hecho litigioso, quien está en posesión nada puede ganar, porque lo que ya tiene es lo que se cuestiona. Ahora sólo cabe esperar que el tribunal actúe de acuerdo a derecho.

-¿Contempla Chile la posibilidad de retirarse del Pacto de Bogotá, que reconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, tal y como ha anunciado el Gobierno colombiano tras perder en su litigio marítimo con Nicaragua?

-No creo que esté dentro de las consideraciones que hoy día tenemos presentes. Chile basa parte importante de sus fronteras en acuerdos internacionales y, por tanto, el fortalecimiento del derecho internacional es parte de nuestros ejes en política internacional.

-Unasur ha planteado la posibilidad de estudiar una "ciudadanía suramericana". ¿Cree que es un proyecto viable?

-Los procesos de integración de Latinaomérica se encuentran hoy día limitados porque existen concepciones económicas diversas. Hay economías orientadas a la protección de la industria nacional y otras que se la han jugado con la apertura al mundo, como son Chile, que lleva la vanguardia en la materia, Colombia y Perú. Una nacionalidad común no es el comienzo de un proceso, es el término del mismo. Está más en el marco de los pensamientos que de la realidad.

-Las empresas medianas y pequeñas españolas han desembarcado en Chile. ¿Es un modelo para otros países que tienen economías abiertas?

-Eso se debe a que tenemos un sistema abierto. Chile es un país muy legalista. La seguridad jurídica existe, y eso es lo primero que exige un inversionista extranjero. Somos muy receptivos a la inversión extranjera. Este año la inversión de fuera va a ser de 17.200 millones de dólares, la tercera de la región después de Brasil y México. No sólo queremos la llegada de empresas, también esperamos que llegue capital humano cualificado que nos ayude a soportar el crecimiento que tenemos. Hoy día en Chile falta mano de obra a todos los niveles. El desarrollo de la gran minería en el norte ha atraído fuertemente mano de obra cualificada y, por tanto, en el resto del país faltan trabajadores. Esa es una buena noticia para España. Chile es hoy un país muy atractivo, lo estamos viendo con la llegada de persona jóvenes. El empleo en la minería es duro porque se trabaja en la cordillera, a gran altura, durante veinte días, y luego se tiene diez días libres.

-¿La diversificación de la economía chilena es una asignatura pendiente?

-Todavía estamos muy concentrados en el ámbito minero, con el cobre, el litio y el oro; también tenemos la exportación de madera y productos agrícolas, y existe un fuerte desarrollo en la industria vitivinícola. Lo que se está produciendo ahora es el desarrollo de la industria turística, y probablemente va a evolucionar hasta hacer de Chile un país plataforma en materia de servicios para las empresas en el ámbito latinoamericano.

-Chile también se reivindica como plataforma para entrar en Asia.

-Los puertos chilenos van a terminar siendo los puertos de ingreso o de salida de los productos asiáticos. Dado el nivel de comunicaciones de Chile con el resto de los países, se ha producido el traslado de las cabezas de las industrias a Chile debido a la seguridad personal y jurídica, requisitos para instalarse en un país.

-¿El populismo sigue siendo una amenaza para el desarrollo de algunos países de Latinoamérica?

-El momento actual de crecimiento económico sustentado en los altos precios de las materia primas hace que el populismo sea una fórmula de mirar la vida a corto plazo, pero ningún país puede sustentar un modelo a largo plazo basado en el populismo. Lo que genera a la larga es una destrucción de la institucionalidad democrática y de la cultura del trabajo.

-¿Cree que hay un exceso de organismos regionales en Latinoamérica que se solapan?

-Hay una importante superposición de estructuras internacionales. Lo difícil no es plantear ideas comunes, lo difícil es materializarlas en el mediano y largo plazo. Esto se ve aumentado por la diferencia de modelos de desarrollo en Latinoamérica. Bolivia, Venezuela, Argentina y probablemente Ecuador tienen un modelo de desarrollo distinto al que presentan Perú, Chile, Brasilo y Colombia.

-¿La nacionalización de YPF afecta al conjunto de Latinoamérica de cara a los inversionistas?

-Los grandes inversionistas saben diferenciar la realidad jurídica y política de los diversos países, pero el pequeño inversionistas que quizá compra bono u otros instrumentos mercantiles, tiene una menor comprensión de la realidad y por tanto se aleja más de un mundo que no logra distinguir.