Guerra comercial

La Comisión Europea prepara una nueva lista de aranceles si las negociaciones con Estados Unidos fracasan

Los Veintisiete darán luz verde hoy a los primeros gravámenes del 25% a diamantes, huevos o salchichas, sin incluir el Bourbon

Bruselas está dispuesta a seguir negociando con Washington para evitar una guerra comercial, pero también comienza a enseñar los dientes. El Ejecutivo comunitario ha asegurado este miércoles que Bruselas va a presentar a principios de las semana que viene una nueva lista de aranceles que entrarían en vigor en el mes de mayo. Estos castigos serían la respuesta a las subidas anunciadas por Donald Trump a los coches del 25% y la tasa general del 20% a todos los productos.

El Ejecutivo comunitario también repite una y otra vez que “todas las opciones están sobre la mesa”, lo que significa que Bruselas no descarta desempolvar el instrumento anti- coerción, una nueva herramienta creada en 2023 y que nunca ha entrado en vigor. En los pasillos comunitarios se considera el “botón nuclear” ya que permite una variada gama de opciones para castigar no solo los bienes sino aquello que más puede doler a Estados Unidos: los servicios. Esto podría incluir revocar licencias, atacar los derechos de propiedad intelectual o excluir a las empresas de las licitaciones públicas. Esta herramienta fue ideada para responder a China ante posibles chantajes geopolíticos y serviría para poner a Washington contra las cuerdas en sectores como los servicios financieros y los gigantes tecnológicos.

Pero las capitales europeas están divididas sobre la posibilidades utilizar esta nueva herramienta. Irlanda e Italia son los países que se han expresado con una mayor contundencia a la hora de pedir a la Comisión Europea que no de pasos en falso y que agote los canales de diálogo antes de pensar en medidas de este tipo. En el otro lado, Alemania y Francia consideran que hay que poner toda la carne en el asador.

Pero mientras prepara represalias para responder a las últimas medidas de Trump, aún están pendientes las anteriores en respuesta a la subida del 25% a los aranceles del aluminio y el acero. Se espera que este miércoles las capitales europeas den su visto bueno a las subidas arancelarias del 25% a una serie de bienes. La lista ha sido preparada por el Ejecutivo comunitario y, tras las consultas con la capitales y las partes interesadas, se ha excluido el bourbon y el vino para contentar a Francia, España e Italia que temían que esto desatara la ira de Estados Unidos. Trump había amenazado con un arancel del 200% al champán y al vino.

Finalmente, se espera que esta primera tanda de aranceles entre en vigor de manera escalonada a partir del 15 de abril e incluya diamantes, soja, maíz, arroz, almendras, zumo de naranja, arándanos, textiles, varios tipos de maquillaje, vehículos, hilo dental, huevos, salchichas , calzado y muebles entre otros. En un primer momento, la Comisión Europea había asegurado que el daño infligido con estas subidas sería de manera proporcional a los ocasionados por Estados Unidos, cifrados en 28.000 millones de dólares. Aunque el Ejecutivo comunitario había previsto responder con unas 26.000 millones de euros, finalmente esta cantidad será menor. Esto responde a la necesidad de establecer un reparto justo de la carga entre los países europeos según su dependencia menor o mayor de Estados Unidos y también da un margen de maniobra mayor a Bruselas para negociar. Según los cálculos del digital Político, la cantidad de exportaciones afectadas será aproximadamente de unos 22.100 millones de euros. La recaudación de estos aranceles será escalonada: tras el 15 de abril, la segunda tanda llegará el 16 de mayo y se postergará hasta el mes de diciembre las almendras y la soja.

Por el momento, no está previsto que el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, intente mantener un nuevo encuentro con sus homólogos estadounidenses, a pesar de que Bruselas está dispuesta a seguir negociando. Pero todo indica que la oferta de tarifas recíprocas en los bienes industriales no es suficiente. Washington está presionando para que Bruselas no cobre el IVA y modifique su legislación ambiental y sanitaria. Unas peticiones que ahora mismo parecen imposibles de conseguir.