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El mundo se inquieta ante el poderío nuclear de Kim Jong Un

El desfile militar por el 105 nacimiento del fundador de la dinastía comunista se convierte en una exhibición de músculo armamentístico: misiles Musudan, los temidos KN-08 y KN-14, los Pukguksong 1 y 2 y posiblemente dos ICBM intercontinentales de combustible sólido.

El líder norcoreano, Kim Jon-un ha mostrado su potencial armamentístico durante el desfile militar en Pyonyang
El líder norcoreano, Kim Jon-un ha mostrado su potencial armamentístico durante el desfile militar en Pyonyanglarazon

El desfile militar por el 105 nacimiento del fundador de la dinastía comunista se convierte en una exhibición de músculo armamentístico: misiles Musudan, los temidos KN-08 y KN-14, los Pukguksong 1 y 2 y posiblemente dos ICBM intercontinentales de combustible sólido.

Como ya viene siendo habitual, regimientos de soldados norcoreanos marcharon ayer con paso impecable por las calles de Pyongyang para conmemorar el 105º aniversario del nacimiento de Kim Il Sung, fundador del régimen y abuelo del actual líder Kim Jong Un. En un gran desfile en el que Corea del Norte quiso exhibir al mundo su cada vez mayor capacidad militar, el régimen guardaba una sorpresa en su escaparate a la comunidad internacional: varios misiles de alcance intercontinental y otros para submarinos que fueron mostrados por primera vez en público. «Estamos completamente preparados para afrontar cualquier tipo de guerra con nuestras armas nucleares si EE UU ataca la península de Corea», declaró en el discurso previo al desfile el segundo en la jerarquía del país, Choe Ryong Hae, quien acusó a Washington de «crear una situación de guerra». Su amenaza iba dirigida expresamente al presidente Donald Trump, quien hace una semana ordenó enviar el portaaviones «Carl Vinson» con toda su flotilla a las inmediaciones de la Península en un gesto que ha causado la peor crisis de la región desde hace 20 años.

El aumento de la capacidad nuclear de Pyongyang y la posibilidad de que consiga armar un misil balístico intercontinental (ICBM) con una ojiva atómica se ha convertido en el principal desafío para EE UU, que justificaba así su decisión de enviar buques de guerra. Un movimiento que, junto a los últimos bombardeos en Siria y Afganistán, ha sido considerado por Kim Jong Un como la prueba de que la Administración Trump ha elegido el camino de «la amenaza abierta y el chantaje», según publicó la agencia oficial KCNA. «Nuestro contraataque será más duro contra EE UU, y sus vasallos serán tomados de una manera tan despiadada que no permitiremos que los agresores sobrevivan», aseguraron. Ayer, esa amenaza cobraba fuerza cuando varios camiones pasearon un enorme proyectil que diversos analistas apuntaron podría tratarse del ICBM de combustible sólido que tanto anhela el régimen. «Se presume que es un nuevo ICBM. Es más largo que el KN-08 o el KN-14», detalló un funcionario surcoreano a la agencia Yonhap. Para Adam Mount, miembro principal del Centro para el Progreso Americano, «parece ser un mensaje de que son capaces de amenazar el territorio de EE UU. Ese es ciertamente su objetivo», declaró a la CNN.

Junto a este, otros proyectiles de alcance medio Musudan y el tan perseguido KN-08, que se dispara desde una plataforma móvil pero todavía no se ha probado con éxito, desfilaron ante la orgullosa mirada del líder norcoreano. Algunos expertos señalaron que las novedades podrían ser maquetas falsas que ya en ocasiones anteriores el país habría utilizado para mostrar armamento que está desarrollando. No obstante, los asistentes pudieron ver por primera vez algunos de los últimos logros del régimen como el Pukguksong-1, que se lanza desde un submarino, y el Pukguksong-2, que se tira desde plataforma móvil y que, tras probarlo el 5 de abril, fue la causa de que EE UU enviara sus navíos. En los últimos años, Corea del Norte ha incrementado su capacidad nuclear significativamente. Pese al hermetismo que el país mantiene al respecto, el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional con sede en Washington estimó el año pasado que Pyongyang poseía entre 10 y 16 armas nucleares. Para ello, se basó en el análisis de la producción de uranio y plutonio recuperados del combustible nuclear gastado en el país. Tras revisar dichas estimaciones, a día de hoy el total podría ser de entre 13 y 21, una desafiante cifra para un país que acumula el mayor número de sanciones internacionales del mundo.

«Mientras Kim Jong Un esté en el poder, Corea del Norte nunca abandonará su carrera nuclear», afirmó en diciembre el desertor y diplomático norcoreano Thae Yong Ho. Pyongyang está preparada para realizar su sexto ensayo nuclear, han advertido oficiales americanos, una afirmación respaldada por la página especializada 38 North, que esta semana indicaba que según las imágenes recogidas por los satélites, el país se encuentra «preparado y dispuesto» para una nueva prueba que numerosos especialistas aventuraron tendría lugar ayer.

Ayer, mientras el desfile tenía lugar los medios estatales chinos advertían de que Trump se equivocaba al pensar que la presión militar sobre Corea del Norte iba a detener sus programas de lanzamiento de misiles y nuclear. El periódico «Global Times» criticó la actuación del presidente norteamericano en Afganistán y la calificó como un truco para intimidar a Kim, quien por el contrario iba a mostrar una mayor determinación en una carrera armamentística en la que, según Seúl, tampoco faltan las armas químicas. El ministerio de Defensa surcoreano estima que su vecino del norte posee cerca de 5.000 toneladas de 25 tipos de sustancias químicas. Entre ellas, un temido gas sarín que según afirmó el portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, podría ser utilizado para equipar unos misiles capaces de llegar a su territorio. Un temor que «no tiene que ver con ningún aniversario. Si la tensión continúa, el programa nuclear norcoreano tendrá su propio calendario», aseguró a LA RAZÓN Zhang Baohui, profesor de Políticas en la Universidad Lingnan de Hong Kong.