Roma

Dimite el alcalde de Roma por un escándalo de malversación

Imagen de archivo del alcalde de Roma, Ignazio Marino, el pasodo 28 de julio
Imagen de archivo del alcalde de Roma, Ignazio Marino, el pasodo 28 de juliolarazon

Roma se queda sin alcalde a dos meses de que comience uno de los eventos más multitudinarios que la ciudad va a acoger en años, el Jubileo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco, en el que se espera que participen hasta 35 millones de peregrinos. Ignazio Marino, del izquierdista Partido Democrático (PD), presentó anoche su dimisión al no poder aguantar la polémica generada por el uso de fondos públicos para gastos privados. Al final su propia formación política propició su caída.

Marino llevaba meses en la cuerda floja y no contaba con el apoyo del primer ministro, Matteo Renzi, pese a pertenecer ambos al mismo partido. Renzi no disimulaba sus ganas de quitárselo de encima. Llegó a decir que el edil debía demostrar que «era capaz de gobernar» y en agosto nombró como prefecto de la capital a un hombre de su entera confianza, Franco Gabrielli, para que controlara cómo Marino llevaba las riendas del municipio. Ahora tal vez sea Gabrielli quien se convierta en el nuevo alcalde: le tocará gestionar el Jubileo de la Misericordia, un auténtico desafío para una ciudad incapaz de garantizar unos servicios públicos de una mínima calidad a sus habitantes.

El ya ex alcalde de Roma se va, pero en un último giro tragicómico de su despedida, amenaza con volver. «Presento mi dimisión sabiendo que por ley puedo retirarla en un plazo máximo de veinte días», dijo. Marino añadió que no se trataba de una jugada de «astucia» suya para no perder el poder, sino de una posibilidad en caso de que pudieran «reconstruirse las condiciones políticas» necesarias.

A Marino le han costado el puesto los 20.000 euros desembolsados en los últimos dos años por el Ayuntamiento para sus gastos de representación. Algunos de esos fondos los habría gastado en comidas con personalidades de Roma que luego negaron haber estado con él. También había alguna factura de restaurantes cercanos a su domicilio en los que comió o cenó en días festivos. Marino niega haber cometido delito alguno. A pesar de que la cantidad total gastada es menor a la de sus antecesores y a la de alcaldes de otras ciudades italianas, la oposición conservadora cargó contra él y el PD no hizo nada para protegerle. El ex alcalde incluso se comprometió a poner de su bolsillo los 20.000 euros para aplacar la polémica, pero fue inútil.

En su carta de despedida, Marino calificó este escándalo de «escuálido y manipulado». Recordó además que durante su mandato se ha destapado la red de corrupción mafiosa que ha controlado buena parte del Ayuntamiento durante años, la llamada Mafia Capitale.