Violencia racista
El día que los neonazis salieron de las sombras
Los grupos xenófobos de extrema derecha han aumentado sus afiliados exponencialmente en el último año. Internet es su mejor aliado.
Los grupos xenófobos de extrema derecha han aumentado sus afiliados exponencialmente en el último año. Internet es su mejor aliado
El ex líder del Ku Klux Klan, David Duke, fue uno de los organizadores de la marcha supremacista del fin de semana en Charlottesville, Virginia. Duke se trasladó desde Luisiana hasta la ciudad universitaria para no perderse la mayor concentración de nacionalistas blancos en la última generación. El sábado, antes de que uno de los asistentes atropellara a decenas de personas y matara a la joven Heather Heyer, Duke reconoció que «esto es un punto de inflexión para la gente de este país. Estamos determinados a recuperar la nación. Vamos a consumar las promesas de Donald Trump. Por eso le votamos, porque nos dijo que tendríamos América de vuelta y eso es lo que haremos». Sin embargo, al antiguo «gran mago imperial de los caballeros», de 67 años, no le gustó la tibia respuesta del presidente una vez que se desató la violencia. «Le recomiendo que se mire bien al espejo y recuerde que fueron los americanos blancos los que le pusieron en la presidencia y no los izquierdistas radicales», contestó Duke a un tuit de Trump en el que había pedido «a todos los lados» que parasen su odio y que EE UU se uniera. Unas palabras, que precisamente indignaron a la opinión pública porque el presidente se negaba a condenar a los supremacistas y eso que uno de ellos atentó contra otros manifestantes.
A. C. Thompson, el periodista especializado en delitos de odio, explica en Propublica que en las filas de los participantes de Charlottesville no estaban principalmente los grupos racistas de la vieja guardia, sino que entre los «hombres jóvenes que viajaron hasta allí con escudos, porras, espray pimienta y pistolas había licenciados que han abandonado la corriente política general en favor de una ideología extremista». Thompson reconoce que muchos tienen una apariencia cuidada, de joven de fraternidad, que resultan más atrayentes para el hombre blanco medio que cualquier skinhead hubiera soñado. «Pertenecen a organizaciones como Vanguard America, Identity Evropa, Traditionalist Workers Party o True Cascadia, que en el último año han aumentado sus cifras dramáticamente», expone el investigador. Grupos, por cierto a los que se puede acceder a ellos y a su ideología a través de internet. Las redes son una de las mejores formas de nutrirse y organizarse. El hombre blanco que se siente marginado en pro de negros, feministas y LGTBI, busca en ellos noticias falsas o descontextualizadas que alimenten su visión del mundo. Ayer, la plataforma GoDaddy retiró de su servidor a «The Daily Stormer» por negarse a retirar una atroz necrológica sobre Heyer en la que la llamaban «una puta gorda sin hijos de 32 años».
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