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Egipto confirma el hallazgo de restos del vuelo MS804
Francia investiga a los empleados del Charles de Gaulle que estuvieron en contacto con el avión, ya que no se descarta el móvil terrorista
Francia investiga a los empleados del Charles de Gaulle que estuvieron en contacto con el avión, ya que no se descarta el móvil terrorista
Tras la falsa alarma del jueves, las autoridades egipcias pudieron confirmar ayer que esta vez sí habían encontrado en el Mediterráneo, «a 290 km al norte de Alejandría», los restos del Airbus A320 que había desaparecido el día anterior mientras realizaba el trayecto París-El Cairo, con 66 personas a bordo. El ministro griego de Defensa, Panos Kammenos, fue el primero en precisar que había sido localizado «un miembro humano, dos asientos y una o varias maletas» entre los primeros restos del avión. Por la tarde, la Agencia Espacial Europea (ESA) indicó que los satélites habían detectado una mancha «de unos dos kilómetros de largo», que podría ser de queroseno, localizada a «unos 40 kilómetros» del lugar en el que se presume que desapareció el avión, frente a la isla griega de Cárpatos. Las autoridades egipcias confirmaron por la tarde que habían encontrado «nuevos restos del avión, ciertos elementos pertenecientes a los pasajeros, restos humanos y asientos». Según la compañía EgyptAir, la zona de búsqueda de los restos cubre un radio de 65 kilómetros, aunque no descartan que deban ampliarlo.
La armada francesa anunció la salida del patrullero de alta mar Buque Insignia Jacoubet del puerto de Toulon hacia el lugar donde se estrelló el vuelo MS804 de EgyptAir para ponerlo «a disposición de las autoridades marítimas egipcias» a partir de su llegada, prevista para el lunes.
El barco navega con 90 personas a bordo, y está especialmente equipado para realizar los trabajos de localización e identificación de los restos del avión, recuperar los cuerpos de las víctimas y contribuir a la búsqueda y localización de las cajas negras. Participan en esta misión expertos en inmersión e intervención submarina que van dotados de material para búsqueda en los grandes fondos. Según el portavoz de la Armada, Didier Piaton, el patrullero lleva a bordo «dos gendarmes, oficiales de la policía judicial» y está dotado de tres radares y de un sonar que puede identificar los sonidos emitidos por los registradores de vuelo. La cadena estadounidense CNN informaba también ayer de que la alarma por humo del vuelo siniestrado se activó poco antes de que el avión se estrellara en el mar.
El ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, anunció que recibirá hoy a las familias de los pasajeros del MS804 «para dar el máximo de información con toda transparencia». Insistió en que «ninguna hipótesis es descartada y ninguna es privilegiada», lo que quiere decir que se trabaja como si pudiera ser accidente o acto terrorista. Desde que se produjeron los ataques terroristas de enero y noviembre del año pasado, los aeropuertos de París figuran, al menos en teoría, entre los lugares más protegidos de Francia. Por eso, en el caso de que la desaparición de este avión se deba a un atentado o a que alguien haya podido saltarse las consignas de seguridad, introduciendo explosivos en una maleta o mediante un pasajero kamikaze, ha hecho saltar las alarmas. Y más teniendo en cuenta que dentro de tres semanas, Francia acoge la celebración de la Eurocopa, con el desplazamiento de decenas de miles de personas.
En Roissy, los pasajeros pasan por controles reforzados, los militares de la operación «Sentinelle» patrullan por los terminales junto a equipos de policías y perros adiestrados para la detección de equipajes sospechosos y entre la gente se pasean expertos en detección de comportamientos anormales. Augustin de Romanet, director de los Aeropuertos de París, ha confirmado recientemente que de las 85.000 personas que trabajan en las zonas de seguridad, de los aeropuertos de Roissy y Orly, han retirado el pase a 70 desde los atentados de noviembre por «comportamientos inquietantes».
Aunque la posibilidad de un ataque a partir de Roissy parece descartable en pleno estado de emergencia, en el aeropuerto de Charles de Gaulle todas las personas que han tenido la oportunidad de acercarse al Airbus A320 de EgyptAir durante su escala en París, que duró poco más de una hora, han sido interrogadas por los investigadores de la Gendarmería de Transportes Aéreos. Según «Le Parisien», que cita una fuente próxima a la investigación, las medidas de seguridad en el aeropuerto «han sido correctas», el equipaje embarcado fue «inspeccionado y filtrado 100%», y el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidales, confirmó que el avión no transportaba otro tipo de carga. Pero, aunque París se esfuerce en mantener abiertas todas las causas del accidente por igual, y que incluso el primer ministro egipcio, Chérif Isamil, diga que es demasiado pronto para ofrecer ninguna explicación, su ministro de Aviación Civil, Chérif Fathi, y los expertos se inclinan más por la pista terrorista, porque consideran inexplicable que, en caso contrario, el piloto no enviara ningún mensaje de socorro, antes de que el avión cayera de forma brutal. Aunque, de momento, nadie ha reivindicado su presunta autoría.
Los expertos desplegados en el Mediterráno se afanan por dar con el paradero de las cajas negras que arrojarán luz sobre lo ocurrido a bordo del MS804. Los aviones disponen de dos cajas negras (de color naranja). Una de ellas es la encargada de recoger hasta 146.000 tipos de parámetros: presiones, velocidades, combustible, clima... La otra registra las conversaciones de la cabina. Dependiendo del modelo de caja negra, ésta puede grabar desde media hora hasta el trayecto completo del vuelo. Ambas son prácticamente indestructibles; una caja negra está equipada con una baliza de localización submarina que comienza a emitir 37,5 Hertz por segundo en cuanto se sumerge, muy por encima de la media habitual de frecuencias que se pueden encontrar en el fondo marino.
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