Política

Berlín

El Gobierno de Merkel asegura que «no se vende» tras las donaciones de BMW

Las donaciones realizadas a la Unión Cristianodemócrata (CDU) por la familia Quandt, que tiene el 46,7 por ciento de las acciones del consorcio automovilístico BMW, han arrojado sombras sobre el gobierno de Angela Merkel que la Cancillería se esforzó hoy en despejar.

"El gobierno alemán naturalmente no se vende", tuvo que responder hoy en rueda de prensa el viceportavoz del Ejecutivo, Georg Streiter, a la pregunta de un periodista que quiso saber cuánto costaba comprar al Gobierno.

La familia Quandt donó a la CDU, el partido Merkel, cerca de 700.000 euros.

El dinero fue declarado siguiendo las normas sobre la financiación de partidos e ingresó a las cuentas de la CDU el 9 de octubre, dos semanas después de las elecciones.

Entre los partidos de la oposición se sucedieron hoy las voces que alertaron de una relación entre este donativo y la intervención del gobierno alemán para evitar una normativa europea más rigurosa sobre las emisiones de CO2 de los vehículos.

"El momento de la donación muestra que sólo se trataba de comprar un partido, sino de comprar una ley", dijo el copresidente del partido La Izquierda, Bernd Riexinger, en declaraciones que publica el diario "Passauer Neuer Presse".

"La sospecha de soborno es evidente, la fiscalía tiene que actuar", agregó.

De parte del Partido Socialdemócrata (SPD), probable socio de coalición de la CDU en la próxima legislatura, el vicepresidente del grupo parlamentario, Ulrich Kleber, recomendó al partido de Merkel que no acepte la donación para disipar sospechas.

Mientras, la sección alemana de Transparencia Internacional (TI) pidió al presidente alemán, Joachim Gacuk, que tome cartas en el asunto y le recordó que está facultado para crear una comisión en el caso de que haya indicios de que existen problemas en la financiación de los partidos.

TI propuso también que se pongo un límite a las donaciones que pueden recibir los partidos y que ningún consorcio pueda donar más de 50.000 euros al año a una agrupación política.

Los Verdes, por su parte, pidieron un límite de 100.000 euros al año para las donaciones de personas privadas y una prohibición de las donaciones de las empresas.

La discusión sobre la donación de la familia Quandt recuerda una de las crisis más grandes de la CDU, que se desató el 4 de noviembre de 1999 cuando se dictó una orden de captura contra el ex-tesorero del partido Walther Leisler Kiep por sospecha de evasión de impuestos.

Kiep se presentó al día siguiente ante la fiscalía y explicó que el dinero que había recibido del comerciante de armamento Karl Heinz Schreiber y que no había declarado al fisco no había sido para él, sino para el partido.

A partir de ahí terminó descubriéndose un sistema de doble contabilidad que la CDU había llevado durante décadas para ocultar donativos y al ex-canciller Helmut Kohl -que había ideado el sistema- se le retiró el título de presidente honorario de la agrupación.

El escándalo salpicó también al presidente de la CDU en ese momento -el actual ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble-, que a la postre tuvo que dejar el cargo en el que fue sucedido por Merkel.