Política

Reino Unido

El laborismo británico, dividido ante un segundo referéndum

Los laboristas han mantenido una calculada ambigüedad sobre el Brexit. Parte de su electorado y dirigentes quieren dejar la UE, pero cada vez son más los que apuestan por otra consulta

El líder de los laboristas británicos Jeremy Corbyn
El líder de los laboristas británicos Jeremy Corbynlarazon

Los laboristas han mantenido una calculada ambigüedad sobre el Brexit. Parte de su electorado y dirigentes quieren dejar la UE, pero cada vez son más los que apuestan por otra consulta

El Partido Laborista de Reino Unido se encuentra en la encrucijada. Todo indica que la moción de censura contra el Gobierno conservador de Theresa May que se votará esta tarde, y que ha sido impulsada por Jeremy Corbyn, el líder de la formación, no saldrá adelante porque los conservadores apoyarán a la primera ministra a pesar de que muchos detestan el acuerdo del Brexit de May.

Una vez renunciado al sueño de tener unas elecciones anticipadas, los laboristas tendrán que afinar su estrategia para ofrecer una visión convincente y clara sobre su posición ante el Brexit. Hasta ahora, Corbyn, que en el pasado votó contra el ingreso de Reino Unido en la UE, se ha mantenido muy cauto al respecto, en consonancia con buena parte de su formación, que ha sido deliberadamente ambigua sobre el tema.

El Partido Laborista siempre ha apoyado cumplir el mandato popular para sacar al país de la instituciones comunitarias. También ha sostenido que defendería un apoyo al Gobierno conservador si se cumplieran seis condiciones que a todas luces resultan inalcanzables. La tercera opción es la de un segundo referéndum, rechazada en un primer momento por los laboristas. En este punto sí que los laboristas han evolucionado.

En el congreso del partido de Liverpool celebrado el pasado mes de septiembre, la declaración oficial abría la puerta a una nueva consulta: “Si no conseguimos unas elecciones generales, el Partido Laborista debe apoyar todas las opciones que queden en la mesa, incluida hacer campaña para una votación pública”.

No queda meridianamente claro qué tipo de consulta plantea el partido. ¿Es una consulta sobre el resultado de las negociaciones entre May y Bruselas? ¿o más bien sería una consulta para pedir al pueblo que se posicione sobre la posibilidad de hacer un segundo referéndum?

Hoy mismo, un grupo de 71 diputados laboristas (son 256 en el Parlamento) y trece eurodiputados de esta formación han enviado una carta a Jeremy Corbyn para que cambie de postura y apoye la celebración de un segundo referéndum. Una moción presentada por el laborismo en el Parlamento defendiendo otra votación popular tendría posibilidades de salir adelante. Pero no es tan sencillo como parece.

Corbyn, como le ha pasado a May, está atado por las diferentes corrientes que hay dentro de su partido. Hay líderes de peso que son abiertamente favorables a la salida de Reino Unido de la UE. Al contrario, herederos del blairismo son partidarios de seguir en la UE. Corbyn, cuyo liderazgo es cuestionado por corrientes dentro del laborismo, ha tenido que caminar con pies de plomo para no descarrilar.

A nivel personal, la postura de Corbyn ha sido ambivalente. El jefe de los laboristas votó contra el ingreso en el Comunidad Económica Europea en 1975 y mantuvo una medida ambigüedad en la consulta popular del 2016. Sin embargo, en alguna ocasión ha dicho que en caso de una segunda consulta volvería a votar por la permanencia de Reino Unido en la UE.


En una entrevista con el semanario aleman Der Spiegel, dijo: "He criticado en el pasado las políticas de la UE en materia de competitividad, y su desplazamiento hacia el libre mercado. Y es obvio que no me gustó nada el modo en que trató a Grecia durante la crisis financiera. Mi idea es la de una Europa social, con sociedades incluyentes que trabajen a favor de todos los ciudadanos y no de solo unos pocos".

Otro de los elementos que explica la cautela del laborismo frente al Brexit es que muchos de sus votantes y circunscripciones tradicionales votaron a favor de la salida en el referéndum de 2016. Apoyar un segundo referéndum sería traicionar a una buena parte de su electorado.

Pero a medida que va corriendo el reloj, las aspiraciones de muchos británicos también parecen ir cambiando. La demanda de una segunda consulta parece que va tomando impulso, a tenor de los resultados de las encuentas. Según la firma YouGov, el 46% votaría para quedarse en la UE, mientras que el 39% elegiría salir del club comunitario. Corbyn y los suyos tendrán que calibrar qué rumbo van a tomar después de hoy. La izquierda tampoco lo tiene fácil en Reino Unido.