Indonesia

El presidente de Indonesia insta perseguir a los culpables

Oficiales de Policía en la zona de la explosión.
Oficiales de Policía en la zona de la explosión.larazon

«Condenamos los ataques. Perseguir y atrapar a esos hombres y su red», declaró Widodo.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, condenó hoy el ataque con explosivos seguido de un tiroteo que se registró en Yakarta, en el que han muerto al menos seis personas, e instó a perseguir a los culpables.

"Condenamos los ataques. Perseguir y atrapar a esos hombres y su red", declaró Widodo, según recogen medios locales.

La Policía precisó que en el ataque participaron entre 10 y 14 hombres armados, algunos de los cuales podrían encontrarse dentro de un centro comercial aledaño al lugar del suceso.

"No debemos tener miedo. No podemos ser derrotados por actos terroristas", aseveró el mandatario, quien viaja a la capital desde Majalengka, en Java Occidental, donde se encontraba por motivos de agenda.

Widodo pidió a la gente que se eviten las especulaciones con la pertenencia a grupos extremistas de los posibles culpables y que se espere hasta que termine la investigación policial.

La primera deflagración se produjo al mediodía en un puesto de policía, reporta el canal local DetikTv.

Tras el estallido se inició un intenso tiroteo seguido por más explosiones.

Según el diario Kompas, los disparos alcanzaron a varias personas, por lo que el número de víctimas podría aumentar.

La Policía acordonó las calles aledañas al centro comercial Sarinah, escenario del ataque, en el barrio de Jalan Thamrin, cercano al palacio presidencial y a oficinas de la ONU.

Indonesia permanecía en alerta por posibles ataques contra las autoridades locales y lugares frecuentados por extranjeros.

El país islámico más poblado y donde los musulmanes componen el 88 por ciento de sus 250 millones de habitantes, Indonesia ha sufrido varios ataques perpetrados por radicales islamistas.

El atentado de mayor envergadura se registró en 2002 en la turística isla de Bali, y causó 202 muertos, en su mayoría visitantes australianos.