Política

Sudáfrica

El presidente de Sudán desafía a la CPI al viajar a Sudáfrica para la cumbre de la UA

El presidente de Sudán, Omar al-Bashir.
El presidente de Sudán, Omar al-Bashir.larazon

El presidente de Sudán, Omar al Bashir, desafió hoy a la Corte Penal Internacional (CPI) que le reclama por genocidio y acudió a la cumbre de la Unión Africana (UA) que se celebra en Sudáfrica, país miembro de esa instancia judicial.

Al Bashir, sobre el que pesan dos órdenes internacionales de arresto, tomó parte de la reunión de jefes de Estado prevista en este encuentro e incluso se fotografió públicamente con ellos.

Al tener constancia de su presencia en Suráfrica, una asociación defensora de los derechos humanos, la Litigación de África Meridional (SALC), presentó a primera hora de la mañana una acción legal urgente para forzar al gobierno a detener a Al Bashir.

El Tribunal Superior dictó una orden para impedir su salida del país y dictaminará mañana si debe ser detenido y puesto a disposición de la Corte Penal Internacional.

Según los promotores de la acción legal, Sudáfrica tiene la obligación de arrestar a Al Bashir como país firmante del Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la CPI.

Por su parte, los abogados del Estado defienden que la decisión sobre el arresto corresponde al Ejecutivo sudafricano, y pidieron de plazo hasta mañana, lunes, para preparar sus argumentos.

Para garantizar el efecto de la prohibición de la salida del presidente sudanés, el juez Hans Fabricius ha pedido al Ministerio del Interior una lista con los nombres de los funcionarios que deben hacer cumplir su orden "en todos los puntos de entrada de la República".

El SALC había denunciado que funcionarios de fronteras del aeropuerto Oliver Tambo de Johannesburgo se habían negado a aceptar la orden del juez nada más ser dictada.

La petición de este grupo ha sido respaldada por el primer partido de la oposición sudafricana, la Alianza Democrática (AD), y por grupos de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional (AI).

El Gobierno sudafricano no se ha pronunciado hasta el momento sobre la visita de Al Bashir, que en la cumbre fue felicitado por la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini Zuma, por su reciente reelección.

Sin embargo, el Ejecutivo surafricano aprobó el pasado 5 de junio, dos días antes del inicio de la cumbre de la UA, un decreto que garantiza la impunidad a todos los líderes y delegados que viajen a Sudáfrica para tomar parte en la cumbre.

En un comunicado publicado hoy, el gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) ha pedido al Gobierno que no detenga a Al Bashir, y ha justificado su llamamiento en el citado decreto gubernamental.

La bienvenida de la UA a Al Bashir supone, según varios observadores del continente, un nuevo desafío del organismo continental a la CPI, a la que, en la línea del presidente sudanés, ha acusado en numerosas ocasiones de perseguir injustamente a los líderes africanos.

Además, la UA ha amenazado en numerosas ocasiones con una retirada en masa de sus países miembros que son parte de la CPI.

Los jefes de Estado de la UA cerrarán mañana la cumbre con una declaración final en la que podría haber alguna resolución sobre el CPI y su relación con África, en una sesión en la que está previsto que participe Al Bashir.

El presidente sudanés ya ha estado presente en la ceremonia de apertura de la asamblea de jefes de Estado, que ha comenzado este domingo.

La llegada ayer al aeropuerto militar de Waterkloof (Pretoria) de Omar al Bashir estuvo rodeada de confusión y no pudo ser confirmada hasta que el presidente sudanés apareció hoy en público.

Mientras tanto, la a CPI instó hoy desde su sede en La Haya al Ejecutivo sudafricano a proceder a su detención.

Este Tribunal emitió una orden de arresto contra el presidente sudanés en 2009, bajo acusaciones de responsabilidad por genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, desde 2003.

Esta es la primera visita de Al Bashir a Sudáfrica desde la emisión de las órdenes internacionales para su detención, aunque sí ha viajado a otros países firmantes del Estatuto de Roma, como Malaui y Nigeria.

El presidente sudanés se niega a reconocer al Tribunal de La Haya, al que considera una herramienta colonial dirigida contra su país y los africanos.