Internacional

El triunfo político del paternalismo

Un niño, en tres de los más de 25.000 centros electorales abiertos ayer
Un niño, en tres de los más de 25.000 centros electorales abiertos ayerlarazon

¿A qué se debe el éxito del Partido Ley y Justicia entre el electorado?

Por una parte, el éxito económico de Polonia durante estos cuatro años ha sido clave para despertar las simpatías de sus votantes. A pesar de ser un partido de derecha conservadora, Ley y Justicia es muy favorable al gasto público, muy paternalista. Con el incremento de los ingresos mediante el aumento de los impuestos y los fondos que recibe de la UE, sostiene todas las políticas públicas con las que afianza su poder. Ante esta situación, varios países miembros proponen que, si se condena a Polonia por atacar a los valores fundamentales de la UE, deje de recibir dinero europeo. Además de esto, el votante medio del partido es del medio rural, muy importante en el este de Polonia, es un electorado muy favorable al programa ultraconservador de Ley y Justicia, algo que está creando tensiones con el resto de Polonia. Todo esto, unido a la retórica nacionalista frente a Rusia y a los «burócratas de Bruselas», es la receta del éxito de Ley y Justicia.

¿Existe realmente el riesgo de que Polonia pierda democracia?

Sí. De hecho, la Comisión Europea acudió al Tribunal de Justicia en un procedimiento de infracción contra Varsovia por la pérdida de derechos de la oposición y la pérdida de independencia del poder judicial. Ley y Justicia ha puesto en marcha varias medidas que atacan al control parlamentario, al sistema electoral, a la televisión pública, a las agencias (...). Y sobre todo, también a los derechos de los funcionarios, porque hay una purga contra aquellos sospechosos de haber colaborado con el régimen socialista en un intento por colonizar a toda la Administración con sus simpatizantes.

¿Cómo afecta su victoria a la UE?

El problema es que no encaja bien con las familias de la Unión Europea. La inmensa mayoría de los países europeos están gobernados por partidos conservadores, liberales o socialdemócratas; a excepción de Hungría, que también está gobernada por un partido de este corte. Esto hace que la diplomacia sea muy complicada, porque no tiene aliados dentro de Europa. Dicho esto, el partido ha sabido ser pragmático. Por ejemplo, han votado a favor de Usula Von der Leyen como presidenta de la Comisión. Es decir, es un euroescepticismo moderado. Nada comparable al de Le Pen, en Francia, o al de Salvini en Italia.