Referéndum en Escocia
Escocia amenaza con otro plebiscito ante el caos del Brexit
La nacionalista Nicola Sturgeon, la jefa del Gobierno escocés, anuncia que podría convocar un segundo referéndum para salir de Reino Unido antes de 2021. Defiende el diálogo y que Cataluña vote «dentro de la ley» para decidir su futuro.
La nacionalista Nicola Sturgeon, la jefa del Gobierno escocés, anuncia que podría convocar un segundo referéndum para salir de Reino Unido antes de 2021. Defiende el diálogo y que Cataluña vote «dentro de la ley» para decidir su futuro.
La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, volvió ayer a la carga con su órdago secesionista asegurando que, una vez se sepan los términos en los que Reino Unido abandone la Unión Europea, su Gobierno volverá a convocar un referéndum. «La independencia ofrece un futuro mejor», manifestó en el discurso con el que clausuró el congreso anual del Partido Nacionalista Escocés (SNP). «Tenemos un mandato para dar a la gente esa elección. Ese mandato se ganó de manera justa y directa. Pero el ejercicio debe hacerse con los intereses de toda Escocia en el corazón. Y la gente primero quiere claridad sobre el Brexit», matizó. «Aún no sabemos exactamente cuándo se hará (el plebiscito), pero podemos, debemos, y siempre defenderemos la independencia», señaló Sturgeon.
Pese a que se negó a hablar de fechas concretas, su segundo en el Gobierno escocés, Angus Robertson, fue aclamado al sugerir que la consulta tendrá lugar antes de las próximas elecciones en Holyrood en 2021. En los últimos comicios regionales del mes de mayo de 2016, el SNP fue la formación más votada, pero perdió la mayoría absoluta.
En 2014, Escocia celebró un histórico plebiscito donde el «no» a la independencia se impuso con el 55,3% de los votos frente al 44,7% de los partidarios de la secesión. El SNP aseguró entonces que aquel voto era uno «único» en una generación. Sin embargo, tras el triunfo del Brexit y los cambios que pueda generar, Sturgeon consideró que tenía legitimidad para convocar otro plebiscito y, a principios de este año, anunció la votación de otra consulta para el otoño de 2018 año o la primavera de 2019.
Las filas congregadas ayer en Glasgow aplaudieron el discurso de su líder. Pero lo cierto es que el independentismo lleva tiempo dando señales de agotamiento al norte de la frontera. El signo más inequívoco tuvo lugar el pasado mes de junio. Sturgeon presentó las elecciones generales como la mejor oportunidad de reforzar su liderazgo ante el desafío que había lanzado semanas antes a Westminster, pero los escoceses le dieron la espalda. El SNP fue la fuerza política más votada en la región, pero perdió 21 escaños.
La líder nacionalista hizo entonces autocrítica y declaró que era «importante hacer una pausa». Pero el periodo de reflexión ha durado poco y ayer volvió a recalcar que «Escocia debería tener el derecho a elegir nuestro futuro cuando los términos de Brexit estén claros».
El discurso de Sturgeon tuvo lugar tan sólo horas antes de la esperada intervención de Carles Puigdemont en Barcelona. Consciente del interés que el escenario catalán ha generado tanto en la política como en la prensa británica, la líder nacionalista aseguró que había llegado el «momento de que el diálogo reemplace a la confrontación». «Éste es el momento en que el Gobierno de España se debe sentar con el Gobierno de Cataluña. Es el momento de que hablen y encuentren un camino hacia adelante. Un camino que respete la legalidad, sí, pero también un camino hacia adelante que respete la democracia y respete el derecho de la gente de Cataluña a determinar su propio futuro».
Así mismo, Sturgeon consideró que la UE debería haber «levantado la voz» ante la actuación de la Policía durante el pasado 1 de octubre. «Cuando la gente de Cataluña, que son ciudadanos europeos, fueron violentamente atacados por la policía sólo por intentar votar, la Unión Europea debería haber levantado la voz para condenarlo», aseveró.
Cuando los nacionalistas escoceses alcanzaron su momentum en 2014, siempre marcaron distancias con los secesionistas catalanes, conscientes entre otras cosas de que una hipotética Escocia independiente iba a contar con el rechazo de España en su eventual solicitud para entrar a formar parte de la UE. Pero ahora Sturgeon se ha convertido en una de las pocas voces en Reino Unido, por no decir la única, que defiende al presidente catalán, al que recuerda, eso sí, que debe actuar dentro del marco de la legalidad.
En este sentido, en el debate sobre Cataluña celebrado ayer en la Cámara de los Comunes de Westminster, el secretario de Estado, Mark Field, había advertido a la Generalitat de que pensara muy bien «en los efectos e implicaciones para el futuro» de una declaración unilateral de independencia. Aunque el discurso de Sturgeon estuvo marcado por la recuperación de su órdago separatista, también se anunció una batería de medidas sociales tras las críticas recibidas por la oposición, que acusa a la nacionalista de dejar a un lado sus responsabilidades para centrarse en un sueño separatista que parece cada día más lejano para los escoceses.
Sturgeon propuso crear una compañía energética de titularidad pública y sacó pecho ante el hecho de que Escocia mantenga la gratuidad de sus tasas universitarias, después de que el Gobierno central anunciara la semana pasada que congelará la matrícula anual máxima en 9.250 libras (10.360 euros).
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