El Cairo
España cierra su embajada en Trípoli ante el clima de violencia en Libia
España se suma a los muchos países que están abandonando Libia, evacuando a sus diplomáticos y connacionales, y cerrando sus embajadas, ante el rápido deterioro de la situación, sobre todo en la capital, donde los combates entre milicias rivales no cesan desde hace dos semanas.
El Gobierno español decidió evacuar ayer al embajador José María Bordallo y al resto del personal acreditado en la embajada de Trípoli, así como otros ciudadanos españoles y europeos, que fueron trasladados en avión hasta Madrid.
Otros países europeos, como Francia y Grecia, están evacuando a sus ciudadanos y los de otros de países amigos por vía marítima, ya que el aeropuerto de Trípoli se encuentra en el fuego cruzado entre dos milicias que se disputan su control y que están incendiando literalmente la zona en la que se encuentra.
Una espesa y elevada columna de humo se levanta sobre el sur de la capital libia desde que a principios de la semana un cohete impactara en un gran depósito de combustible, que arde desde entonces sin que los bomberos consigan extinguir el fuego. Este incidente refleja la impotencia e incapacidad de las autoridades locales de gobernar el país, mientras que la violencia entre los distintos batallones, afiliados a determinados intereses políticos, tribales o particulares está dinamitando la recién nacida democracia.
Desde el final de la guerra contra el coronel Muammar al Gadafi, en octubre de 2011, los subsiguientes gobiernos transitorios no han conseguido desarmar a los rebeldes que lucharon contra el dictador ni han podido encauzar la transición a la democracia, que parece ahora abocada al fracaso.
Este fin de semana está previsto que se inaugure el nuevo parlamento libio, salido de las urnas en las elecciones celebradas en julio, después de la parálisis y la disolución del parlamento interino. La nueva cámara de representantes iba a tener sede en Bengasi -donde el vacío de poder y la violencia imperan desde hace meses, y donde las milicias islamistas radicales se han hecho fuertes- pero los miembros del Parlamente han decidido que se reunirán en la vecina localidad de Tubruk, al menos de momento. Precisamente esta semana, los extremistas, apoyados por otros batallones, reivindicaron el control de la principal base militar de Bengasi, en un importante revés al ex general Jalifa Haftar, que antes del verano lanzó una gran operación en contra de los extremistas. Después de esa victoria sobre el terreno, el grupo radical "Ansar al Sharia"ha declarado el establecimiento de un "emirato islámico"en Bengasi, mientras la población lo ha rechazado y Haftar, las fuerzas de seguridad gubernamentales y las instituciones locales tratan de mantener como pueden el control sobre la segunda ciudad de Libia.
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