Irán
España toma posiciones en la carrera por la «conquista» de Irán
Energía, turismo, ferrocarriles y agricultura, los sectores más prometedores para las empresas españolas tras el fin de las sanciones al régimen de los ayatolas. Margallo afirma que Teherán estudia construir una refinería en Algeciras
Energía, turismo, ferrocarriles y agricultura, los sectores más prometedores para las empresas españolas tras el fin de las sanciones al régimen de los ayatolas. Margallo afirma que Teherán estudia construir una refinería en Algeciras.
España puede ser uno de los grandes beneficiados por el fin de las sanciones a Irán. Numerosas empresas españolas han mantenido contactos con las autoridades iraníes en los últimos meses de cara a las licitaciones programadas en los principales sectores económicos. Para las compañías nacionales se abren oportunidades de negocio en ingeniería, ferrocarriles, automoción, agricultura, turismo, energías renovables y petróleo. Hace apenas un año, sólo ocho empresas españolas figuraban en la lista del ICEX como establecidas en Irán.
El ministro José Manuel García-Margallo ha afirmado hoy que Irán podría construir una planta de refinado de petróleo en el Campo de Gibraltar, en Cádiz, una de las zonas con más paro de España (37%). Irán busca países para asegurar un mercado para su crudo y en este contexto se circunscribe este proyecto, ya que la futura planta solo refinará petróleo iraní. Hace unos días, el viceministro de Petróleo persa anunció que varias empresas españolas habían presentando sus propuestas para esta planta, que tendrá capacidad pare refinar 200.000 barriles y que estará financiada a medias por Irán y las empresas españolas.
Todos los grandes países europeos han desfilado en los últimos meses por Teherán para establecer contactos con la mira puesta en el fin de las sanciones. “Es un mercado de casi 80 millones de personas, con una población formada. Es también un país con una influencia en su entorno geográfico muy importante, hace de plataforma industrial y comercial para un mercado potencial de 400 millones de personas”, asegura a LA RAZÓN Manuel Teruel, presidente honorario de la Cámara de Comercio de España y uno de los pocos empresarios que lleva trabajando con los iraníes desde hace dos décadas.
La empresa presidida por Teruel, Taim Weser, firmó su primer trabajo en Irán en 1994. Desde entonces ha desarrollado en el país 25 proyectos relacionados con la minería y la ingeniería. “Dentro de Irán hay ilusión y un ambiente de apuesta tras el fin del bloqueo. Creo que va a ser la zona donde todo el mundo se volcar a partir de ahora”, añade Teruel, quien augura un fuerte crecimiento industrial en el país persa del que las empresas españolas podrán sacar partido, especialmente, explica, en industria básicas, como automoción, papeleras, acerías, cementeras, ferrocarril. “Irán ha apostado por la producción. Estoy convencido de que pronto se van a implantar marcas europeas de automóviles allí”.
Las autoridades de Teherán tienen pendiente un plan quinquenal que contempla un gasto de 361.000 millones de euros hasta 2021 en proyectos de infraestructuras. Los planes prevén seis autovías en el país (1.135 kilómetros), casi 3.200 kilómetros de trenes y la mejora de los 5.115 kilómetros por un importe de unos 23.000 millones de euros. Varios aeropuertos serán ampliados, entre ellos el de Teherán, que quiere recibir 26 millones de pasajeros anuales (ahora tiene 12 millones).
Para llevar a cabo todas estas inversiones, el país de los ayatolas necesita una fuerte inyección financiera. Su economía está muy dañada no sólo por las sanciones internacionales sino también por la caída del precio del petróleo, por eso sus autoridades quieren seducir al capital exterior con exenciones de impuestos y leyes que ofrecen seguridad jurídica.
Asqar Fajrie Kashan, viceministro iraní para Inversiones Extranjera, ha explicado que la experiencia de España en ferrocarriles, desarrollo de puertos y construcción urbana le podría abrir puertas en Irán. Ineco, la empresa pública de ingeniería, podría hacerse con el proyecto de electrificación de la línea férrea Teherán-Mashhad, de unos mil kilómetros de distancia.
Antes de las sanciones internacionales que entraron en vigor en 2012, España compraba a Irán casi el 15% del petróleo que consumía. Cepsa y Repsol estaban entre sus principales clientes y ahora podrían volver a un país cuyas infraestructuras energéticas están obsoletas por falta de inversión. Irán produce actualmente 2,8 millones de barriles diarios de petróleo y podría sumar otro medio millón en los próximos meses.
Existe también una ambiciosa apuesta por reactivar el turismo con la intención de atraer a cinco millones de visitantes al año. España e Irán iniciaron en septiembre negociaciones para abrir vuelos directos entre Madrid y Barcelona con Teherán lo más pronto posible. Además, Paradores asesorará a los iraníes para adaptar edificios históricos en hoteles. La visita de tres ministros españoles en septiembre a Irán dio un impulso al restablecimiento de relaciones comerciales entre ambos países.
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