Ésta es la imagen del nuevo jefe del Estado Islámico

Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN señalan que se trata de Amir Muhammad Said Abdal Rahman al Mawla

¿Quién se esconde detrás del que los terroristas de Daesh denominan “Amirul-Muminin, Califa de los musulmanes, el Mujahid Shaykh Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurashi”? . Expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, señalan que, tras estudiar con detenimiento los últimos mensajes del grupo yihadista, entre ellos el de su nuevo portavoz, Abu Hamza, existen muy pocas dudas de que se trata de Amir Muhammad Said Abdal-Rahman al-Mawla. También es conocido como Hajji Abdallah, apodado “El Profesor” y “El Destructor”.

Hamza, en su mensaje, que ya se ofrece en las redes del Estado Islámico en español, informa de que para nombrar al sustituto de Baghdadi se tuvo en cuenta sus consejos y el hecho de que le hubiera designado como futuro Amiral Munimim y Califa. Hamza se refería a un hecho conocido desde el pasado mes de agosto, cuando el fallecido jefe del Estado Islámico designó al que ahora se hace llamar Hashimi como jefe de operaciones y sucesor de facto. El hecho de que Baghdadi tuviera siempre a mano un chaleco de explosivos hace deducir que había decidido dejar todo “atado y bien atado” por si se producía su muerte.

Además, el portavoz da otra serie de pistas como que el nuevo jefe es “una “figura preminente de la yihad, uno de los ulamas y de los emires de los creyentes”. Sus alias de “Profesor” va por lo de que se presenta como un erudito; y lo de “Destructor”, por las atrocidades que ha cometido, entre ellas la dirección del exterminio de los yahizidíes, con la muerte de miles de personas de este grupo, muchos de ellos mujeres y niños.

“Sabe cómo combatir a los Estados Unidos, a los que ha infligido derrotas, y a los protectores de la Cruz (de Cristo). El Estado Islámico está sólo a unos metros de la puerta de Europa”, amenaza. En las redes telemáticas de Daesh, son constantes las publicaciones de adhesión inquebrantable al nuevo jefe, que va a “enfurecer a los kuffar (infieles) y aterrorizarlos”.

Subrayan que, en ningún caso, se debe “disputar el mandato de aquellos que tienen la autoridad “a menos que veamos una kufr (infidelidad) descarada y tengamos pruebas de Alá, que da testimonio de lo que decimos”.

Abu Hamza, para convertir la muerte de Baghdadi en una heroicidad, dice que “marchó adelante sin rendirse”. Lo que ocurrió, como es sabido, es bien distinto