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El oligarca y “lord” Lebedev se rebela contra Putin: “Dejen de matar a sus hermanos”

Pide al presidente de Rusia que utilice “las negociaciones de paz para salvar a Europa de otra guerra mundial”

Portada del Evening Standard, propiedad del magnate ruso Evgeny Lebdev, llamando a poner fin al conflicto
Portada del Evening Standard, propiedad del magnate ruso Evgeny Lebdev, llamando a poner fin al conflictoNEIL HALLAgencia EFE

El oligarca ruso Evgeny Lebedev, dueño de varios medios de comunicación en el Reino Unido e hijo de un exespía de la KGB, atacó ayer con dureza a Vladimir Putin, a través de una carta publicada en la portada del rotativo Evening Standard, acompañada de una estremecedora imagen de los paramédicos intentando salvar a una niña de tan solo seis años que perdió la vida por proyectiles que impactaron en su bloque de apartamentos en Mariupol.

“Mientras Europa se encuentra al borde de otra guerra mundial y el mundo al borde de un posible desastre nuclear, les ruego que utilicen las negociaciones para poner fin a este terrible conflicto en Ucrania”, matizaba el magnate, que es además el primer ruso con asiento en la Cámara de los Lores.

Su intervención es tremendamente significativa, ya que se trata del primer oligarca ruso basado en Londres -con doble nacionalidad- que se muestra públicamente en contra del Kremlin.

“Como ciudadano británico le pido que salve a Europa de la guerra. Como patriota ruso, le suplico que impida que más jóvenes soldados rusos mueran innecesariamente. Como ciudadano del mundo, le pido que salve al mundo de la aniquilación”, añadía la misiva.

Desde que a principios de año escalaran las tensiones en la frontera de Ucrania, el premier Boris Johnson ha estado presionado para actuar contra los oligarcas rusos que desde hace décadas se han instalado en la capital británica, accediendo al Establishment con fortunas de dudosa procedencia. Es tal su poder que la ciudad a orillas del Támesis se ha bautizado en muchas ocasiones con “Londongrado”.

Desde que comenzara la guerra, Downing Street ha impuesto varias sanciones que afectan directamente a los oligarcas. Lebedev siempre ha estado en el punto de mira. De ahí que ahora su tajante respuesta contra Putin sea tan significativa.

Los servicios de Inteligencia británicos nunca han visto con buenos ojos la estrecha relación que desde hace años guarda el premier con el extravagante magnate, investigado en su día como parte del informe del comité de inteligencia del Parlamento sobre la presunta interferencia del Kremlin en el referéndum del Brexit de 2016.

Pero lejos de tomar distancia, el líder tory nombró en 2020 a su íntimo amigo Lord, convirtiéndole así en el primer ruso en la historia del Reino Unido en entrar en la Cámara Alta de Westminster, cuyos miembros no son elegidos por el pueblo británico, pero sí tienen voz y voto en la legislación. El título completo es el de “Barón Lebedev de Hampton en el distrito londinense de Richmond upon Thames y de Siberia en la Federación de Rusia”, para lo cual, tuvo que hacer una solicitud al Gobierno de Moscú.

El nombramiento siempre se vio con recelo. Según The Guardian, los Lores mostraron su preocupación después de una sesión informativa confidencial de los servicios de Inteligencia, donde supuestamente advirtieron que Lebedev era visto como un riesgo potencial para la seguridad del país debido al pasado de su padre. Durante el último período de la Guerra Fría, Alexander Lebedev, trabajó de manera encubierto en la embajada soviética en Londres a la órdenes de la KGB desde 1988 hasta 1992. Es algo que él nunca ha ocultado. Es más, ha escrito un libro sobre ello. Aunque luego hizo una fortuna en diferentes inversiones durante el caos que siguió al colapso de la Unión Soviética.

Las fiestas de Navidad de los Lebedev en Londres son míticas. No falta nadie. Los políticos -de todo signo- suelen llegar a primera hora. Los elegidos por el anfitrión pasan a “la sala de Stanlin” para tener algo más de privacidad en las conversaciones de interés. Y ya entrada la noche, van llegando cantantes, actrices y demás `celebrities´. En las Navidades de 2017 estuvo, entre otros, Rupert Murdoch y Elton John. Tras su victoria electoral en 2019, Johnson también acudió a la gran mansión que el oligarca tiene frente a Regent´s Park.

Otros oligarcas también se muestran críticos con el mandatario

El oligarca ruso Roman Abramovich, dueño del Chelsea y uno de los hombres más ricos de Rusia, está tratando desempeñar un papel de mediador ayudando en las negociaciones entre Rusia y Ucrania, promoviendo la paz. Así lo confirmó ayer a los medios británicos un portavoz del equipo de fútbol londinense, del que el empresario ha vendido la gestión pero sigue siendo el propietario, precisando que fue “la parte ucraniana quien se puso en contacto con él para apoyar la búsqueda de una solución pacífica” y acotó que lo “ha estado intentando desde entonces”.

“Teniendo en cuenta lo que está en juego, le pedimos que comprenda nuestra elección de no haber querido comentar la situación (de guerra) en sí, ni su implicación”, añadió el portavoz, según la agencia PA.

Abramovich (quien también tiene pasaporte israelí) fue contactado por el productor de cine ucraniano Alexander Rodnyansky, activo como él dentro de la comunidad judía de la antigua Unión Soviética. “Aunque la influencia de Roman Abramovich (sobre la guerra en curso) es limitada -declaró Rodyansky-, él es el único que ha respondido y se ha puesto a disposición para intentarlo” entre las diversas personalidades rusas que el productor afirma haber contactado con el Kremlin como potenciales mediadores en nombre de Kiev.

Por su parte, en abril de 2018, pocos días después de que el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia fueran atacados con el agente nervioso novichok en la localidad inglesa de Salisbury, Johnson, por aquel entonces ministro de Exteriores, tomó un avión destino a Italia para acudir a otra gran fiesta de los Lebedev, sin tan siquiera guardaespaldas. En definitiva, el titular de la diplomacia británica estaba en una fiesta junto al hijo de un ex agente de la KGB sin que nadie pudiera ver qué hacía o que decía.

Afincado en Londres desde hace años, el magnate ruso de 41 años es propietario del rotativo Evening Standard (que compró en 2009 por tan sólo una libra), The Independent (que también adquirió cuando atravesaba dificultades económicas) y del canal de televisión londinense London Live.

Por su parte, el multimillonario Mikhail Fridman, presidente y confundador del grupo LetterOne y dueño de la cadena de supermercados DIA, ha pedido el fin de la guerra desencadenada por el ataque del presidente Vladimir Putin a Ucrania, calificando la invasión rusa al país como “una tragedia para los pueblos de ambos países”.

“Nací en el oeste de Ucrania y viví allí hasta los 17 años. Mis padres son ciudadanos ucranianos y viven en Leópolis, mi ciudad favorita”, escribió Fridman en una carta recogida por la agencia Reuters. “Pero también he pasado gran parte de mi vida como ciudadano de Rusia, construyendo y haciendo crecer negocios”.

El oligarca, que también entra en las sanciones impuestas por varios países, afirma que está “profundamente apegado a los pueblos ucraniano y ruso” y pide que se acabe el conflicto “lo más rápido posible”.

“No hago declaraciones políticas, soy un hombre de negocios con responsabilidades para con mis muchos miles de empleados en Rusia y Ucrania. Sin embargo, estoy convencido de que la guerra nunca puede ser la respuesta”. agrega. El oligarca afirma que esta crisis “costará vidas y dañará a dos naciones que han sido hermanos durante cientos de años”. “Si bien una solución parece terriblemente lejana, solo puedo unirme a aquellos cuyo ferviente deseo es que el derramamiento de sangre termine. Estoy seguro de que mis socios comparten mi punto de vista”, añade el multimillonario.

Los llamados oligarcas rusos, que una vez ejercieron una influencia significativa sobre el presidente Boris Yeltsin en la década de 1990, se enfrentan al caos económico después de que Occidente impusiera severas sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania por parte de Putin. Otro de los multimillonarios que pidieron el fin de la guerra fue el fundador de Rusal, Oleg Deripaska, quien afirma que “la paz es muy importante”.