Unión Europea

La Unión Europea presiona a los Estados para que no paguen en rublos el gas ruso

Hungría se descuelga de la línea marcada por Bruselas y asegura que acepta el mecanismo aprobado por Putin para comprar el combustible con la moneda rusa. Alemania, Austria o Italia están en el punto de mira

La unidad mostrada hasta el momento a la hora de hacer frente al chantaje ruso, después de que Gazprom haya cesado desde este miércoles el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, podría resquebrajarse. La Comisión Europea advirtió ayer de que corresponde a las autoridades nacionales vigilar que sus compañías energéticas realizan sus pagos en euros y dólares, tal y como esta estipulado en sus contratos, ya que lo contrario supondría no respetar los castigos puestos en marcha contra Rusia.

Las importaciones energéticas suponen el principal ingreso del Kremlin para sufragar su mortífera maquinaria de guerra. Desde el inicio de la contienda, Moscú se ha embolsado 63.000 millones de euros, de los que 44.000 millones han sido pagados por los países europeos, según las estimaciones del Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio.

A pesar de que ahora mismo Bruselas no tiene evidencias de que estas empresas estén violando las sanciones europeas, han aparecido diferentes informaciones periodísticas en medios como Bloomberg y el rotativo británico Financial Times que han sembrado dudas. A finales de marzo, Moscú puso en marcha un decreto de manera unilateral que obliga a los importadores europeos a cambiar el método de pago. Gazprom asegura que cortará al gas a todos los países que no cumplan esta nueva normativa y que el caso de Polonia y Bulgaria es sólo el principio.

La semana pasada el Ejecutivo comunitario envió una serie de pautas a las capitales europeas para que estuvieran preparadas en sus contactos con el gigante energético ruso, teniendo en cuenta que varios pagos vencen en las próximas semanas. Según explican fuentes diplomáticas, Bruselas no se opone a que las empresas energéticas abran cuentas en el banco de Gazprombank- que ha sido expresamente excluido de las sanciones para facilitar estas transacciones- y que realicen sus pagos allí en dólares o euros, tal y como obligan el 97% de los contratos suscritos con Moscú. Después Rusia es libre de realizar la conversión en rublos si así lo considera preciso.

Sin embargo, el nuevo decreto de Vladimir Putin obliga a un sistema en el que las empresas están obligadas a abrir dos cuentas. Rusia no considera que el pago ha sido satisfecho hasta que la transacción inicial en euros y dólares se ha convertido después en rublos de manera obligatoria. Fuentes diplomáticos aseguran que esto supone un “crédito” encubierto para el Banco Nacional de Rusia que puede negarse a reconocer el pago hasta que el montante no se haya convertido en rublos , lo que contraviene el régimen de sanciones europeas y es fuente de inseguridad para las empresas.

Este pasado miércoles, la agencia Bloomberg ya avisaba de que diez empresas europeas estaban dispuestas a realizar cambios en el sistema de pagos y el rotativo británica FT apuntaba ayer en la misma dirección y mencionaba a distribuidores de gas de Alemania, Austria, Hungría, Eslovaquia e Italia. El pasado miércoles, Viena ya salió al paso de estas informaciones y acusó al aparato de propaganda del Kremlin de estar detrás de ellas. Ayer Hungría reconoció su fuerte dependencia del gas ruso, pero también dejó claro que el acuerdo alcanzado con Gazprom no supone una violación de las sanciones europeas. Según declaró ayer la oficina del primer ministro Gergely Gulyas a la agencia Bloomberg, Budapest “pagará en euro en Gazprombank, lo que Gazprombank convertirá en rublos”, lo que supone “cumplir al pie de la letra la política de sanciones de la UE”.

Este pasado martes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió de que violar el régimen de sanciones europeo puede tener un “alto coste” para las compañías. La política alemana calificó este pasado martes el cerrojazo de gas a Polonia y Bulgaria como un “chantaje” y aseguró que Rusia había fracaso en sus intentos de dividir a los Veintisiete. A pesar de estas palabras , persisten las discrepancias entre las cancillerías europeas sobre la posibilidad de un embargo generalizado al gas, si bien todo indica que la semana que viene el Ejecutivo comunitario pondrá sobre la mesa una nueva batería de sanciones que incluya el petróleo. De momento, los países vecinos están bombeando gas a los dos países afectados y Bruselas está liderando la puesta en marcha de mecanismos de solidaridad en grupos regionales de países. Este próximo dos de mayo la UE ha convocado una reunión extraordinaria de ministros de Energía para abordar la situación.