Violencia
Masiva persecución policial a los autores del atentado que mató a tres israelíes en el Día de la Independencia
Una oleada de atentados terroristas sin precedentes desde la Segunda Intifada
Cuando las brasas de las barbacoas todavía ardían y los fuegos artificiales colmaban el cielo de Israel en los festejos del Día de la Independencia (74 aniversario), llegaron las peores noticias posibles. En la ciudad de Elad, una localidad de población ultraortodoxa ubicada en el corazón del país, dos palestinos armados con un hacha y un cuchillo agredieron a diversas personas en un parque. Poco después, los servicios médicos decretaron la muerte de tres víctimas, y al menos siete resultaron heridas, una en estado crítico.
Tras los frecuentes disturbios registrados en la Explanada de las Mezquitas durante el mes de Ramadán, grupos armados palestinos habían amenazado con perpetrar nuevos ataques. En una oleada de atentados terroristas sin precedentes desde la Segunda Intifada,14 israelíes murieron en cuatro ataques el mes pasado. En la noche del jueves, se sumaron tres víctimas más a la lista. Los tres padres asesinados, Yonatan Havakuk, Boaz Gol y Oren Ben Yiftah dejaron un total de 16 niños huérfanos. En la víspera del Día de la Independencia, el estado judío conmemoró el Yom Hazikaron (Día del recuerdo), en homenaje a los cerca de 24.000 soldados y más de 4.000 civiles que perdieron la vida en guerras y atentados.
Inicialmente, se sospechó que se podría haber usado un arma de fuego en el ataque, pero los paramédicos indicaron que todas las heridas eran de arma blanca. Al llegar al lugar de los hechos, afirmaron que se trató de “un suceso extremadamente difícil”. Primero, encontraron a una de las víctimas con múltiples cuchilladas tumbada en el suelo sin vida. Luego, al bajar una escalinata hacia el parque, encontraron a las otras dos víctimas inconscientes, que también fueron halladas muertas.
Las fuerzas de seguridad israelíes pusieron en marcha el viernes una operación de busca y captura masiva para intentar localizar a los agresores. Según la policía, Subhi Emad (20) u As’ad Yousef (19) ambos procedentes de una localidad cercana a Jenín –al norte de Cisjordania-, fueron quienes llevaron a cabo la agresión.
Desde esa misma región procedían varios de los responsables de los últimos atentados, y de nuevo se dio por hecho que penetraron en territorio israelí a través de las múltiples brechas existentes en la valla separadora con Cisjordania. Las fuerzas del orden hicieron un llamamiento general para proporcionar cualquier pista que pueda ayudar a darles caza.
Según reportes de la prensa israelí, ambos jóvenes palestinos no estaban afiliados con ninguna facción armada, ni estuvieron anteriormente presos o interrogados por planear atentados. Se cree que ambos conocían las calles de Elad, ya que podrían haber trabajado allí anteriormente. Miles de palestinos acuden diariamente desde Cisjordania a Israel para trabajar, mayoritariamente en el sector de la construcción.
En Elad y Lod, se celebraron ayer funerales multitudinarios para enterrar a los muertos. La mujer de Oren Ben Yiftah no daba crédito ante su tumba: “cada mañana me repetía que me amaba, y que no se imaginaba una vida sin mí”. Y aclaró: “para mi sigues vivo, sigues en mi corazón. Gracias por los doce años que me regalaste a tu lado, siempre me cuidaste y me dijiste que todo irá bien”.
Como ocurrió en los escenarios de los atentados previos, decenas de jóvenes judíos de extrema derecha llegaron al lugar y gritaron cánticos racistas anti-árabes. Shlomo Linder, un residente local, les plantó cara: “sufrimos una dura tragedia. Los haredíes (ultraortodoxos) nunca formamos parte de la derecha radical, y llegó aquí varios a encender los ánimos. Nuestra gente está contra el fascismo, no defendemos el asesinato de árabes”.
Pese al jolgorio general por los 74 años de vida del estado judío, sobre el terreno se hizo patente que el conflicto persiste. Horas antes del atentado mortal de Elad, la Corte Suprema de Israel dictaminó la demolición de ocho aldeas palestinas al sur de Hebrón, que supondrá la expulsión forzosa de cerca de mil residentes palestinos. Las familias, que esperaron dos décadas el veredicto final, serán desalojadas porque se declaró en la zona un área de entrenamiento militar. La Asociación de Derechos Civiles de Israel, que representó a los residentes palestinos en el proceso legal, declaró que “sin aviso y en medio de la noche, la justicia publicó un veredicto que tendrá consecuencias sin precedentes”.
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