Críticas

La boda de lujo de un ministro alemán desata la polémica en Alemania en plena campaña por la austeridad

El enlace de Christian Lindner ha supuesto un importante gasto para las arcas públicas en un momento en que el Gobierno insta al ahorro a la población por la crisis energética y la inflación

El ministro de Finanzas, Christian Lindner, en una imagen de archivo con el canciller alemán, Olaf Scholz
El ministro de Finanzas, Christian Lindner, en una imagen de archivo con el canciller alemán, Olaf ScholzReutersLa Razón

El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, y la presentadora de televisión Franca Lehfeldt celebraron su boda este sábado. Se trató del “evento del año”, según la revista Bunte y es que no faltó ningún tipo de lujos, algo que ha generado fuertes críticas de la población alemana en un momento de recesión por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania.

La celebración tuvo lugar en la exclusiva isla de Sylt donde acudieron millonarios, otros políticos y miembros del Gobierno alemán. El líder de la oposición, Friedrich Merz, fue uno de los invitados que más polémica generó. El político llegó a la isla en su propio avión privado junto a su mujer, Charlotte Merz. Sylt es la mayor de las islas alemanas del mar del Norte y es conocida por la cantidad de hoteles y restaurantes de lujo que hay, y por ser el lugar preferido de verano de ricos y famosos.

No se trata de la primera vez que a Merz le llueven críticas por esa imagen de ostentación. El millonario amasó su fortuna en varios consejos de administración durante su retirada temporal de la política y desde que regresó al plano político en 2018 ha sido bastante criticado por vender una imagen que no se corresponde con la realidad. De hecho, una de las frases que más le reprochan los ciudadanos es: “Considero que pertenezco a la clase media-alta de Alemania”, negando ser parte de las élites.

Además de la presencia de Merz, también estuvo el canciller, Olaf Scholz, y altos cargos del Gobierno, por lo que el alto gasto público en su seguridad es lo que más ha molestado a la ciudadanía alemana. La revista Bunte ha publicado las imágenes de la lujosa boda donde se pueden ver hileras de furgonetas de policía en la isla.

Esta controversia se produce por el gran despilfarro en un momento de recesión por la crisis energética derivada de las sanciones impuestas a Rusia por la invasión en Ucrania.

De hecho, el Gobierno alemán lleva semanas haciendo un llamamiento al ahorro de los hogares para reducir el impacto de la crisis de cara a un posible racionamiento de gas en invierno. Varios medios germanos han criticado la ceremonia y en concreto, Der Spiegel denunciaba que Lindner organizara una fiesta “propia de celebridades”, pero con un despliegue de seguridad “pagado por el erario público”.