Defensa
Alemania se encuentra en una profunda encrucijada. Su complicada posición geoestratégica ha obligado al país a mantener equilibrios constantes desde su reunificación en 1990, sobre todo por la amenazante sombra que Rusia proyecta. Durante todo este tiempo ha sido capaz de mantener su estatus de potencia económica sin aumentar su peso militar en el contexto internacional.
Sin embargo, tras la invasión rusa de Ucrania la situación ha cambiado y se han roto todos los equilbrios. Pese a no tener frontera directa con Rusia, Alemania es clave como puente entre la Europa del Este y Occidente. La delicada situación de países como Polonia, las repúblicas bálticas, Rumanía o Bulgaría obliga al canciller alemán a endurecer su posición hacia el Kremlin, algo que su antecesora, Angela Merkel, intentó evitar durante su largo mandato.
De hecho, cuando Angela Merkel asumió su cargo en 2005, los líderes occidentales dieron por hecho que Rusia dejaría su régimen semiautoritario para abrazar la democracia liberal. Confiada, la canciller se encomendó en continuar con el legado de su predecesor, Gerhard Schröder, que se despidió de la Cancillería firmando la construcción de un gasoducto desde Rusia hasta Alemania y portando carta blanca para que Berlín se convirtiera en el mayor socio comercial de Moscú.
Dieciséis años después, esas expectativas no se materializaron. Alemania imaginó una Rusia más liberal y Rusia confió en que Alemania convenciera a Europa para que le tratase como un igual y que incluso se creara una zona de libre comercio desde Lisboa a Vladivostok. No ocurrió ni una cosa ni la otra. Y, aun así, Merkel visita Moscú justo antes de su despedida como un último intento por impulsar uno de los mayores escollos de su política exterior: las relaciones con Rusia, pero también para despedirse de un líder del que llegó a desconfiar profundamente.
Documento interno del Bundeswehr
Ahora, según un documento interno del Bundeswehr que ha sido dado a conocer por el semanario “Der Spiegel”, el Ejército alemán se enfrenta a una reorientación estratégica. El general de cuatro estrellas Eberhard Zorn ordenó a fines de septiembre que las fuerzas armadas se preparen de manera más efectiva ante un posible conflicto inminente con Rusia. Este cambio pasaría por una reducción de la presencia de Alemania en misiones internacionales y el fortalecimiento de la defensa nacional.
“Los ataques a Alemania pueden ocurrir potencialmente sin previo aviso y con un gran daño, posiblemente incluso existencial”, dice el documento de 68 páginas. “No hay duda de que la capacidad de defender el territorio nacional y de la alianza será vital para la supervivencia y se volverá aún más importante que antes”, explica Zorn .
El documento, titulado “Lineas operacionales para las Fuerzas Armadas”, establece que las misiones extranjeras en las que participa, como Afganistán, los Balcanes o Malí, deberían reducirse, para cambiar el enfoque a favor de la defensa nacional. “La disuasión visible y creíble ahora sería mucho más importante”, asegura Zorn que, añade, las fuerzas armadas tendrían que armarse para una “guerra impuesta”.
Según el Bundeswehr General, la situación es diferente a la de 2014. Una guerra en el flanco este de la OTAN es ahora más probable que entonces. El documento incide en que Alemania debería haber dado pasos en este sentido después de la anexión de Crimea en 2014. Desde entonces, se han estacionado pequeños comandos avanzados en los países del este de la OTAN. Sin embargo, nunca ha habido una amenaza seria por parte de Rusia, como ahora parece posible tras la invasión de Ucrania. Esta circunstancia también ha llevado a un replanteamiento en la Bundeswehr.
El informe afirma que Alemania enfrenta amenazas “existenciales” y que “la guerra en Europa vuelve a ser una realidad”, prediciendo que el escenario más probable sería un conflicto con Rusia en el flanco oriental de la OTAN. Eberhard Zorn se reafirma el compromiso del ejército alemán con la OTAN aunque deja en claro que Berlín inciará su propia “autonomía estratégica independiente de Washington”.
Al inicio de la invasión, Alemania fue uno de los países que más activamente abogó por considerar este hecho un “punto de inflexión” para Europa y por la necesidad de crear un “fondo especial de defensa” de 100.000 millones de euros. En este sentido, está previsto que en 2023 el presupuesto militar de Alemania aumente a casi 60.000 millones de euros, más de 70.000 millones para 2024 y 80.000 millones para 2030.