Protestas

El “no a la guerra” crece en la Alemania oriental y anti OTAN que prefiere una victoria de Rusia en la guerra

La crisis energética y la inflación alumbran un nuevo movimiento de izquierdas que critica la política de la OTAN y la alianza con Estados Unidos

Soldados alemanes en una imagen de archivo
Soldados alemanes en una imagen de archivoDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Si no fuera por las pancartas, la muchedumbre allí congregada podría haberse confundido por el tumulto que anticipa la apertura del mercado navideño de Leipzig. Pero pronto llegaron las proclamas. “Nos vamos a dar la vuelta”, gritó una mujer por un megáfono. “No, nos quedamos aquí”, exclamó un hombre. “Yo, como líder de la reunión, les digo que nos vamos para atrás”, respondió la mujer. “Resistencia, resistencia”, retumbó a su alrededor. “¡Por favor, no provoquéis a la policía y tened en cuenta que las banderas rusas no son bienvenidas!”, declaró un organizador.

Desde que estalló la crisis energética, cientos de personas se han manifestado en varias ciudades alemanas. Una alianza de grupos de izquierda, ecologistas y organizaciones sociales están detrás de la convocatoria bajo el lema “Solidaridad a través de la crisis”. Más en concreto, la denominada alianza “Otoño solidario” (Solidarischer Herbst, en alemán) pide ayudas específicas para personas con pocos recursos, la congelación de los alquileres y una transición energética más consistente.

Para ello, habría que quitar los beneficios de las empresas en crisis, gravar a las grandes fortunas y volver a suspender el freno de la deuda. “Alemania está sirviendo como un títere exclusivamente para los intereses estadounidenses ylos de la OTAN, advirtió el portavoz a una multitud compuesta de estudiantes universitarios, familias y jubilados. Algunos portaban pancartas de la izquierda alemana, otros banderas de la paz e incluso algunos carteles con complicados paralelismos entre la guerra de Ucrania y la pandemia de coronavirus.

Mientras la retórica antiestadounidense se disparaba, la gente aplaudía, abucheaba y silbaba. “La política de sanciones contra Rusia ha fracasado por completo y está dirigida catastróficamente contra nosotros mismos”, prosiguió el orador, invocando el Holocausto y declarando la lucha en Ucrania como un “paraíso” para “belicistas, empresas armamentísticas y especuladores”.

La marcha no es algo nuevo en Leipzig, sino la continuación de una serie de manifestaciones que se llevan celebrando los lunes en esta ciudad durante los últimos siete años. Comenzaron en enero de 2015 con los xenófobos de Pegida, que se llama Legida en Leipzig, seguido de manifestaciones contra las medidas del Gobierno contra el coronavirus y luego llegaron los opositores a la vacunación. Ahora es el turno del “Otoño solidario”. Pero su influencia está llegando a otras ciudades alemanas.

“¡Nuestra tierra primero!”

Desde principios de septiembre, se han llevado a cabo más de 4.400 manifestaciones como la de Leipzig en toda Alemania, más de 100.000 personas salieron cada semana a las calles en todo el país y siempre con referencias a la pandemia, la guerra de Ucrania o la crisis climática y energética. Sin embargo, según una encuesta publicada por el periódico “Welt am Sonntag”, la mayoría de estas manifestaciones tuvieron lugar en Alemania oriental.

Aunque no se puede hablar de concentraciones multitudinarias, al igual que otras celebradas en otras partes de Europa, transmiten una seria preocupación a las esferas políticas locales. Una inquietud que toma incluso otro cáliz si se tiene en cuenta que detrás de estas movilizaciones en Alemania está la izquierda junto a colectivos populistas.

En Leipzig, ambos y antagónicos espectros ideológicos a menudo se han encontrado protestando colectivamente en la Augustusplatz, separados únicamente por las vías del tranvía. “Queremos que los belicistas de la OTAN dejen de crear un conflicto entre Alemania y Rusia y entre Ucrania y Rusia”, declaró a los medios de comunicación Sabine Kunze, una jubilada. En su mano porta un cartel que reza: “paz con Rusia”.

En otras ciudades germanas, los mensajes fueron sorprendentemente similares y sin importar el tono político. Según los organizadores, más de 2.000 personas se manifestaron en Hanover y en Dresde se congregaron varios cientos. También se realizaron demostraciones en Frankfurt, Düsseldorf y Stuttgart. “Seguridad energética y protección contra la inflación: ¡nuestra tierra primero!”, se pudo leer en una pancarta portada en una manifestación celebrada hace unos días en Berlín, organizada por el partido populista Alternative für Deutschland. Algunos manifestantes ondeaban banderas rusa y otros carteles con la frase “no a las ventas portuarias de Hamburgo a China”. Los organizadores hablaron de 6.000 manifestantes, aunque habían esperado a unos 20.000.

Ecos en la región

Fuera de Alemania, también se han sucedido protestas como en la vecina República Checa. A principios de septiembre, 70.000 personas se reunieron en Praga para oponerse al gobierno y la OTAN. Los oradores de la manifestación eran pro-Kremlin y euroescépticos y generalmente relacionados con sitios web de conspiración.

Asimismo, en Eslovaquia, las encuestas han demostrado que el 19% de la población prefiere una victoria rusa a la ucraniana, según una encuesta publicada por el grupo de expertos Globsec. Algunos analistas intuyen que esta corriente irá a más con la llegada del frío y el efecto de los costos de la energía. También en Austria y en el contexto de un gobierno impopular y dividido por escándalos de corrupción, el populista grupo Freedom ha recuperado el apoyo de los votantes en las últimas encuestas, después de haber culpado a las sanciones y la hostilidad hacia Rusia de las crecientes dificultades financieras que enfrentan algunos austriacos.