Análisis
"Una coalición "antifascista" de moderados no es en absoluto imposible en Francia"
Richard Wolin, experto en política francesa en el Centro de Postgrado de CUNY en Nueva York, explica a LA RAZÓN las claves de las legislativas francesas
Con la victoria de la extrema derecha de Le Pen en la primera vuelta de las elecciones legislativas, ¿podríamos decir que Francia ha desafiado en las urnas a la historia, a su propia idiosincrasia y a una imagen que en Europa parecía inamovible?
Estaría de acuerdo en el carácter de precedente de las elecciones francesas. Al convocar estas elecciones, Emmanuel Macron ha perpetrado lo impensable: ha colocado a la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen a un paso de gobernar Francia, la segunda nación más grande de la Unión Europea. Si este escenario llega a producirse este domingo, y Jordan Bardella, del RN, se convertirá en primer ministro, será como si Francia hubiera renunciado a su herencia republicana y regresado a "les années noires" (los años oscuros) de Vichy... bueno, ¡casi!
¿Por qué fracasó Macron?, ¿cuál es el futuro del partido? y ¿por quién votarán en la segunda vuelta?
Aquí, es tentador recurrir a la psicología y culpar a la notoria arrogancia política de Macron. Después de todo, no estaba obligado por ley a convocar elecciones en esta coyuntura. Por lo tanto, a la luz de los excelentes resultados de la Reagrupación Nacional en las elecciones al Parlamento Europeo de hace tres semanas, el cálculo de Macron de seguir adelante con las elecciones legislativas parece autodestructivo. Su decisión podría describirse caritativamente como una "fuite en avance", una huida hacia adelante. Pero cuando hay tanto en juego políticamente -el grave riesgo de permitir que un partido con raíces en el neofascismo de posguerra encabece el gobierno- la decisión parece haber sido tomada desafiando la razón política; por lo tanto, es casi inexplicable.
En cuanto al destino del Partido del Renacimiento de Macron, creo que la única conclusión razonable que se puede sacar a estas alturas es que, a la vista de sus paupérrimos resultados, está acabado.
Los franceses ya han optado sin matices por la extrema derecha. Sin embargo, ¿podría una gran coalición alternativa de centristas, ecologistas y socialistas para impedir una mayoría absoluta para el partido de Le Pen?
El resultado que usted describe -una coalición "antifascista" de moderados e izquierdistas- no es en absoluto imposible a estas alturas. Macron propuso que en los distritos donde haya una carrera a tres bandas, los candidatos del Partido del Renacimiento renuncien, para no diluir el voto anti-Reagrupación Nacional. Sin embargo, no está nada claro que los candidatos del Nuevo Frente Popular -especialmente los que pertenecen a La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon- vean las cosas de la misma manera. Las tensiones entre el Partido del Renacimiento y La France Insumisa de Mélenchon crean un ambiente político bastante favorable a la Reagrupación Nacional.
Francia podría vivir un bloqueo político mucho más pronunciado que el que arrastra desde hace meses tras las elecciones. ¿Podría darse este escenario con una salida difícil al menos durante el próximo año?
Por supuesto que sí. De hecho, en la actualidad, es difícil concebir una alternativa constructiva al estancamiento o bloqueo político que usted describe. Francia experimentó las dificultades de la "cohabitación" durante los años ochenta (1985-88), cuando el presidente del Partido Socialista, François Mitterrand, se vio obligado a compartir el poder con el primer ministro gaullista de centro-derecha, Jacques Chirac. Pero lo que ocurre ahora es una situación totalmente distinta. Dada la animadversión visceral entre Macron y el RN de Marine Le Pen, ¡el futuro político de Francia en caso de victoria del RN parece inimaginablemente sombrío!
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