Política

Mali

Francia «liquida» a los islamistas en Mali

La Fuerza Aérea gala amplía su ofensiva a los focos yihadistas del norte tras frenar el avance de los radicales

Un militar francés prepara el armamento de uno de los cazas galos
Un militar francés prepara el armamento de uno de los cazas galoslarazon

Tres días después de iniciar la contraofensiva frente al avance terrorista en Mali, Francia extendió ayer el perímetro de sus ataques hacia el norte. Tras 72 horas de violentos combates, las fuerzas franco-malienses conseguían en la noche del domingo frenar por completo a los islamistas en su progresión hacia el sur. Así lo confirmaba el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, al término de la reunión del Consejo de Defensa en el Elíseo. «Ahora el objetivo de Francia son las bases de la retaguardia, en el norte», aseguró.

Tras conseguir estabilizar el enclave estratégico de Konna, línea de demarcación entre la zona ocupada por los insurgentes y el sur controlado por las fuerzas gubernamentales, ayer se produjeron las primeras incursiones aéreas en feudos islamistas como Gao, a unos 1.200 kilómetros al norte de la capital, Bamako, para «liquidar» a los islamistas, como dijo ayer el ministro de Defensa, Jean Yves Le Drian. Desde primeras horas, aviones franceses atacaron esa ciudad destruyendo sus principales bases yihadistas y provocando la huida de los rebeldes, según manifestaron con visible satisfacción algunos de sus habitantes. Agradecen la ayuda, «imprescindible» de Francia, pero reclaman rápidamente la presencia del Ejército de Mali. «Ahora lo que hace falta es que pronto venga la Armada, antes de que los islamistas vuelvan», declaraba un joven de Gao a una radio gala.

Otras posiciones islamistas como Lere, cerca de la frontera con Mauritania, o Douentza fueron igualmente objeto de los bombardeos selectivos de la aviación francesa, que ayer tarde atacó una importante base islamista cerca de Kidal, en el extremo noreste de Mali. Uno de los santuarios de los radicales armados de «Ansar al Din» (Defensores del Islam) que, según se conoció ayer, ha perdido en los combates frente a los aliados a uno de sus más destacados cabecillas. Abdel Krim, conocido con el sobrenombre de «Kokaj» era uno de los altos responsables de este grupo islamista, dirigido por Iyad ag Ghali y formado por tuaregs, y que junto Al Qaeda para el Magreb Islámico y MUYAO dominan el norte de la región desde que iniciaran su invasión en marzo de 2012.

Las incursiones aéreas francesas se prolongarán durante el día de hoy, según afirmó el ministro de Defensa, que justificó nuevamente la entrada de su país en el conflicto. «Francia está en guerra para preservar su seguridad y también la seguridad de Mali», aseveró el ministro sin ocultar que el terrorismo es una amenaza a la que tanto Francia como Europa van a tener que enfrentarse «sin duda durante largo tiempo». Drian advirtió de que el peligro terrorista «es permanente» y confirmó la presencia en suelo galo de yihadistas: «No son muchos pero existen. Hay que vigilarlos», dijo Le Drian en una entrevista en televisión.

La duración de la intervención militar es lo que más preocupa a la opinión pública francesa. París quiere evitar a toda costa que el conflicto maliense se estanque o se convierta en un avispero del que no puedan salir. Por lo pronto, las fuerzas galas se han topado con unos terroristas mejor pertrechados y más peligrosos de lo que cabía esperar. «Están bien equipados, bien armados y bien entrenados», comentaban ayer desde la Jefatura del Estado Mayor. No sólo disponen de material moderno y sofisticado sino de la formación específica, lo que ha sorprendido en el Elíseo. La principal prioridad ahora de François Hollande es «africanizar» la operación. Es decir, ceder las riendas lo antes posible a las fuerzas locales de la Cedeao, responsables de devolver la integridad territorial a Mali y cuyo despliegue se espera a principios de esta semana. Países miembros de ese organismo, como Senegal, Níger o Burkina Faso, contribuyen al contingente con 500 soldados cada uno. «El objetivo no es solo impedir el avance yihadista, sino reconquistar las posiciones de Tombuctú, Gao y Kidal, en el norte» aseguró el ministro marfileño de Defensa, Ally Coulibaly.

Tras dar su «beneplácito» y su apoyo político a la misión gala, Londres y Washington se comprometieron a aportar ayuda logística, de avituallamiento y en materia de Inteligencia a Francia.

Villepin lidera el «no a la guerra» contra el gobierno

El ex primer ministro francés Dominique de Villepin se ha convertido en la primera voz política discordante en contra de la operación militar en Mali. Lo hizo a través de una tribuna publicada en «Le Journal du Dimanche» bajo el título: «No, la guerra no es Francia». El ex primer ministro asegura sentirse «inquietado» por «la precipitación aparente» de la operación militar y por la «utilización de los argumentos ya conocidos de la guerra contra el terrorismo». Considera que frenar el avance islamista, reconquistar el norte (tomado por los grupos yihadistas) o destruir las basas de Al Qaeda en el Magreb Islámico son misiones de distinta naturaleza y critica que no se haya especificado cuál de ellas es la que se va a desempeñar. También critica la falta de un «respaldo regional sólido» y la inestabilidad del partenariado maliense. Villepin fue el que defendió el «no» francés a la guerra de Irak en la ONU.